
De cantinas y rocolas
Las trompetas irrumpen, altas, brillantes, en la noche profunda. El cantante no está, ni hay nada parecido a los destellos de su traje de fantasía. No hay escenario. Ni público que asista a espectáculo alguno. La voz y la orquesta salen de un artefacto encerrado en una jaula de metal...