
Violencia sexual en la educación y el abandono del Estado
¡Ayúdenme! Es la primera palabra que se escucha y se funde con el rechinar de los frenos de un auto. Enseguida esa misma voz -la de una mujer muy joven- en franca desesperación repite: «¡Tú me violaste!», «Tú me violaste», «Te juro que me violó», «Te juro que me violaste»....