Por Leonardo Parrini
Ciertas leyes de la vida que pretenden regir la muerte suelen aparecer injustas. Este es el caso del artículo 144 del Código Orgánico Integral Penal (COIP), que establece: “la persona que mate a otra será sancionada con pena privativa de libertad de 10 a 13 años”. Del mismo modo que en temas relacionados con la muerte, o con la forma de morir, no deben interferir preceptos religiosos porque atañen a derechos humanos y no necesariamente a los de una deidad.
Con estos fundamentos, la ecuatoriana Paola Roldán Espinosa busca despenalizar la Eutanasia o muerte asistida en Ecuador, y así tener la oportunidad de decidir sobre su muerte con el propósito de poner fin a los padecimientos que sufre por una enfermedad terminal. Paola Roldán tiene esclerosis lateral amiotrófica (ELA), una enfermedad degenerativa e irreversible del sistema nervioso. La enfermedad se le manifestó a Paola hace 3 años, en agosto de 2020, cuando presentó el primer síntoma. Al cabo de tres años la progresión del mal la mantiene postrada en una cama sin movimientos posibles, imposibilitada de respirar sin la asistencia de un respirador artificial. Su estado es tal que, atorarse o que se desconecte el respirador -como ya ha ocurrido-, o una intervención quirúrgica así sea leve, sería mortal para ella.
Paola Roldán asistida por sus abogados – Ramiro Ávila, Farith Simón y Pablo Encalada- ha planteado una demanda que busca despenalizar la Eutanasia o muerte asistida en Ecuador. La palabra eutanasia proviene de las voces griegas eu = bueno y thanatos = muerte, «Buena muerte». Este término a evolucionado y actualmente hace referencia al acto de acabar con la vida de otra persona a petición suya, con el fin de minimizar el sufrimiento. En Ecuador está penalizada la eutanasia y se conoce que el suicidio es la cuarta causa de muerte entre personas que padecen enfermedades terminales.
El caso de Paola Roldán fue presentado ante la Corte Constitucional por sus abogados el 8 de agosto de 2023 y admitido el 29 de septiembre de 2023. Este lunes 20, tendrá lugar la audiencia para tratar el expediente ante las autoridades.
No puede una ley coartar la celebración de un derecho humano como es la prerrogativa a morir con dignidad ante un padecimiento que provoca un sufrimiento intolerable. A Paola le asiste todo el derecho a decidir sobre su vida y, por tanto, sobre su muerte para poner fin a un martirio inhumano. No en vano el caso de Paola reviste prioridad luego de que sus abogados justificaron que la compatriota está en una situación de absoluta vulnerabilidad y puede morir en cualquier momento, víctima de una enfermedad cruel que la está dejando inmóvil con total conciencia suya de lo que está ocurriendo.
Despenalizar la Eutanasia para permitir a Paola una muerte en un ambiente de paz y con una mirada serena, sin dolor, es un tema humanitario de absoluta justicia y dignidad humanas. Así lo han comprendido sus familiares, padres, esposo e hijo que la apoyan en su decisión.
El objetivo de la despenalización de la Eutanasia es evitar el sufrimiento intolerable, el propósito no es conceder el “derecho” a que cada uno decida si su vida es o no digna de continuar, sino evitar ese sufrimiento. El Estado no dedica suficientes recursos para apoyar a las personas con discapacidad y para conseguir lo solicitado por la profesión médica en cuanto al acceso universal y equitativo a los cuidados paliativos de calidad en el Sistema Nacional de Salud; el derecho a la sedación paliativa en la agonía, de forma científica y éticamente correcta.
Una decisión favorable de la Corte Constitucional a la demanda de Paola Roldán permitirá avanzar en aquello sobre lo que existe consenso en la profesión médica y en la población en general, no solo dignificando la vida al aliviar el sufrimiento. La Corte Constitucional actuaría en derecho y en justicia al considerar este caso que se convierte en un símbolo de esperanza para tantas otras personas postradas por una enfermedad progresiva y terminal. La opinión pública ecuatoriana bien haría en manifestarse solidaria y sensiblemente a favor de los derechos de Paola y apoyar moralmente su causa.
Paola Roldán Espinosa será recordada como la ecuatoriana que brindó, junto a su vida, un valioso aporte a la sociedad y un hálito de esperanza para tantos otros enfermos que sufren y merecen decidir poner fin al sufrimiento y morir con dignidad.