Por Leonardo Parrini
La guerra en términos militares tiene, indudablemente, un componente comunicacional en la difusión de noticias e imágenes que no siempre reflejan la verdad, cuando ésta es la primera víctima que deja la guerra. En las últimas horas, se vive en el Oriente Medio la guerra con versiones contrapuestas.
Hamás afirma que Israel está atacando hospitales llenos de enfermos, heridos y refugiados e Israel reconoce que lo hace, porque bajo las instalaciones hospitalarias operan centros de comando y control de Hamas. Esto ocurre mientras el ejército israelí ha dicho que el ultimátum para que los palestinos dejen la zona norte de Gaza se acaba en el tiempo y que, en las próximas horas, recrudecerá el ataque aéreo que se ha convertido en genocidio, haciendo perder el control del norte de la Franja de Gaza a Hamas. El movimiento de resistencia islámico ha respondido diciendo que son 160 los objetivos militares israelíes que ha destruido en el norte de Gaza. En tanto, en el sur del territorio continúan los enfrentamientos entre el ejército israelí y Hezbollah, cuyo líder ha descartado que vayan a terminar los ataques contra Israel. Por su parte, un ministro israelí afirmó que, si continúan los ataques palestinos en la frontera sur contra Israel, lo pagarán los libaneses. La organización Médicos sin Fronteras denuncia bombardeos israelíes contra el mayor hospital de la Franja de Gaza, Al Shifa, centro médico que dejó de operar por falta de suministro eléctrico, agua, medicamentos y combustible para los generadores. Los recién nacidos mueren en las incubadoras y los adultos heridos en los pasillos pierden la vida en el suelo por falta de camas. Hasta el momento han muerto 11 mil personas en Gaza, víctimas de los bombardeos israelíes, mientras que los 36 hospitales y clínicas que existen en Gaza han quedado inutilizados.
Ante estos acontecimientos cabe preguntarnos ¿hacia dónde va la guerra?
Líderes del Eje de la Resistencia Palestina han manifestado que existe la posibilidad de que la guerra se desborde a la región. Hezbollah ha declarado que todos los escenarios están abiertos, por su parte el gobierno iraní ha trazado líneas rojas que Israel ha cruzado en toda su medida. El Eje de la Resistencia está integrado por Irán, Siria y el Líbano y los movimientos políticos militares que ejercen acciones bélicas contra Israel como Hamás, Hezbollah, entre otros. La pregunta es por qué Hezbollah no ha declarado la guerra abierta a Israel, sin embargo, ejecuta ataques constantes en el sur de Israel en donde más de treinta mil personas han tenido que abandonar sus hogares y existen 40 mil hectáreas que han sido arrasadas por la aviación israelí.
Líbano no está en las mejores condiciones de enfrentar a Israel en una guerra, por su actual crisis económica. Entonces lo haría indirectamente a través de Hezbollah que está bien armado y que en dos oportunidades ha enfrentado con éxito militar a Israel -en el año 2000 y el 2006- expulsándolo de territorio libanés. Hoy Hezbollah no está en condiciones de una fácil victoria frente a Israel, pero tiene una capacidad de daño inmensa, teniendo en cuenta que sería respaldado por Turquía e Irán, que es un Estado nuclear. Frente a esa posibilidad, Estados Unidos ha dispuesto elementos “disuasivos” en el mar Mediterráneo con portaviones y una flota de barcos de apoyo a Israel. Hoy Hezbollah es un Estado dentro de un Estado libanés porque ha evolucionado hacia un partido político con un fuerte brazo militar y esto le ha granjeado el apoyo popular multitudinario con organizaciones de base que copan varias instancias del Estado libanés con acciones sociales, copan además escenarios religiosos y militares de ese país.
Israel sabe lo que significa entrar en guerra con Hezbollah, lo ha hecho en dos ocasiones y en ninguna de las dos ha ganado, ahora Israel tiene abiertos dos frentes de guerra, por tanto, la situación es mucho más complicada para ese país. También en la región, Yemen ha mostrado hostilidad con Israel, se puede prever entonces un incremento de acciones bélicas y atentados contra el Estado israelí. Y hay que tomar en cuenta que Turquía ha dicho que Israel debe responder por sus acciones y, además, Rusia también tiene intereses en la región inclinada a favor de los palestinos.
Israel no entrará en guerra total en la región si no tiene el apoyo de los Estados Unidos. Los ataques israelíes en Gaza y en el Líbano pueden generar efectos en el resto del mundo contra intereses israelitas, como atentados y ataques terroristas. Estados Unidos ha advertido al gobierno de Israel que no cometa los mismos errores que los norteamericanos cometieron cuando invadieron a Irak. El conflicto, en la medida que genera pasiones y posiciones ideológicas encontradas, a Israel se le juzga en el mundo entero por la respuesta que está dando en esta guerra. Las consecuencias en el mundo están a la vista, hay manifestaciones pro palestinas y un rebrote de antisemitismo muy grande en Europa y en los propios EE. UU.
La causa palestina ha conseguido ponerse en primer plano mundial, con un resurgimiento de los movimientos islámicos, después de estar por más de 75 años en un segundo lugar, lo que abre una posibilidad cierta de una regionalización del conflicto armado en todo el Oriente Medio. Por tanto, no es casual ni desconocido que están habiendo ataques en el Líbano, en Irak y en Siria contra intereses norteamericanos.
El conflicto no se soluciona con una pausa humanitaria ni con un canje de prisioneros. Israel tiene, no solo uno o dos enemigos, sino que toda la región se ha puesto al lado de los palestinos como Arabia Saudí, la Liga Árabe y Turquía. Por tanto, la ONU debe negociar nuevas realidades y hacer cumplir sus decisiones. Israel ha perdido su relato que ha tenido durante 75 años, no solo por el incremento del antisemitismo, sino porque actualmente se está viendo que la comunidad internacional abrió sus ojos frente a lo que ocurre en Palestina y cuáles son los efectos sobre ese pueblo y en la política internacional.
Estamos en un momento en que los actores se moverán en el tablero, pero incluso dentro de EE. UU hay un cambio de discurso frente a una guerra que se está viviendo con otro tipo de combates económicos y tecnológicos, a parte de los combates militares. Este es un momento de inflexión, en el que occidente debe repensar su acción que apoya a Israel, porque no puede apoyar las masacres que son contra la humanidad cometidas por Israel, con miles de muertos víctimas de crímenes de guerra.