Por Leonardo Parrini
La semana que concluye tuvo lugar en Nueva York la sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas (0NU) reunida en pleno para examinar en su agenda el tema de la Necesidad de poner fin al embargo económico, comercial, y financiero, impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba. Luego de una larga sesión que incluyó la intervención de diversos países, el resultado de la votación fue la abrumadora mayoría de 187 votos a favor, 2 en contra (EEUU e Israel) y 1 abstención (Ucrania). El documento contó este año con dos votos más que en 2022.
La resolución sometida por Cuba, «insta una vez más a los Estados en los que existen y continúan aplicándose leyes y medidas de ese tipo a que, en el plazo más breve posible y de acuerdo con su ordenamiento jurídico, tomen las medidas necesarias para derogarlas o dejarlas sin efecto». El bloqueo comenzó en 1960 y se fue endureciendo en diferentes momentos históricos, alcanzando a terceros países a partir de 1992, fecha en la que la Asamblea General emitió su primera petición a Estados Unidos para que acabe con el embargo.
El representante de los Estados Unidos, Paul Folmsbee, explicó que «las sanciones son una serie de herramientas en nuestros esfuerzos amplios para que se adopte la democracia y fomentar el respeto a los derechos humanos en Cuba. Por eso nos oponemos a esta resolución». En su intervención y haciendo uso al derecho a réplica, el representante diplomático cubano intervino para decir que “una vez, con viejos y nuevos pretextos, el Gobierno de los Estados Unidos intenta en vano justificar una política que es ilegal y moralmente insostenible”. Luego enumeró una lista de “prácticas condenables” en las que incurren los Estados Unidos en su propio país, citando “el racismo sistémico, la brutalidad policial, la política represiva contra los migrantes, la represión de los derechos reproductivos, las ejecuciones extrajudiciales y el uso de la tortura”. Y denunció que “miente la delegación estadounidense cuando cita cifras infladas de exportaciones y ayuda humanitaria” a Cuba y calificó de falso que sea un proveedor de medicamentos a Cuba.
En la intervención oficial cubana el ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez Padilla, señaló en su alocución cómo el bloqueo afecta el día a día de los cubanos, desde la alimentación a la energía, pasando por los medicamentos, incluidos para tratar el cáncer, la diabetes y otras enfermedades: “Con saña y precisión quirúrgica se ataca a los sectores más sensibles de la economía y se busca deliberadamente infligir el mayor daño posible a las familias cubanas”, dijo Rodríguez Padilla. En ese capítulo, quiso “compartir con hondo dolor, la situación de María, una niña cubana de seis años”, a la que se operó para extraer un tumor de cáncer, pero a la que no se le ha podido administrar un medicamento producido por Estados Unidos necesario para continuar el tratamiento. Durante su intervención el ministro cubano explicó que se impide a Cuba adquirir de compañías estadounidenses y sus subsidiarias equipos, dispositivos y fármacos, que el país debe pagar a precios exorbitantes a terceros. Y agregó que “miente el Gobierno de los Estados Unidos al afirmar que el bloqueo no impide el acceso a medicamentos y equipos médicos, puesto que, esto fue exactamente lo que ocurrió durante la reciente pandemia de COVID 19″. El momento de solicitar el voto en favor de la resolución que solicita acabar con el embargo, Padilla dijo: “Mejor sin bloqueo. Bloqueo genocida. Dejen a Cuba vivir sin bloqueo”.
Reacción diplomática
Las reacciones no se hicieron esperar. Por su parte, el máximo responsable de la ONU en la isla, Francisco Pichón, comentó sobre el embargo: «Compartimos el criterio de que el bloqueo, las restricciones unilaterales externas, la exclusión de Cuba de mecanismos e instrumentos financieros internacionales, son un gran obstáculo para su desarrollo sostenible».
La representante de la Unión Europea, declaró que la UE “considera que el levantamiento del embargo podría hacer más efectivas las reformas económicas y facilitar la apertura de economía cubana en beneficio del pueblo cubano”. Señaló, por otra parte, que el mantenimiento de Cuba en la lista de países patrocinadores del terrorismo “sin justificación evidente han introducido obstáculos adicionales a las transacciones financieras internacionales con la isla”. La Unión Europea rechaza la activación por parte de Estados Unidos de los títulos III y IV de la Ley Helms Burton en abril de 2019. Esto incumple los compromisos adquiridos por Estados Unidos en los acuerdos Estados Unidos–Unión Europea de 1997 y 1998.
Por su parte, la posición unánime de América Latina coincide con la aprobación de la resolución que exige, a escala mundial, poner fin al bloqueo como quedó manifestado explícitamente en la intervención de algunos países de la región. Jaime Hermida Castillo, representante de Nicaragua, señaló que el bloqueo “atenta contra sus instituciones estatales, limita su acceso al financiamiento para el desarrollo, socava su economía y afecta el pleno goce y disfrute de todos los derechos fundamentales de una población entera”. Por su parte el diplomático brasilero, Sérgio França Danese, manifestó que “Intensificar las relaciones económicas con Cuba es el camino correcto que deben seguir todos los países interesados en apoyar el desarrollo de la isla y la mejora de las condiciones de vida de millones de ciudadanos cubanos”. La representante de Chile, Paula Narváez Ojeda, enfatizó que “reafirmamos la necesidad de poner fin del bloqueo a Cuba y la aplicación de medidas extraterritoriales asociadas a esta política, así como la exclusión de Cuba de la lista de países patrocinadores del terrorismo que exacerba los impactos del bloqueo. Lo que ha quedado demostrado a lo largo de los 60 años de la aplicación de medidas coercitivas unilaterales contra Cuba es que el pueblo cubano puede sobrevivir gracias a su dignidad, perseverancia y esperanza”, añadió la diplomática chilena.
La Asamblea General de las Naciones Unidas ha aprobado por abrumadora mayoría condenar el bloqueo económico de Estados Unidos a Cuba por 31 años consecutivos. De los 193 miembros de la organización, no llama la atención que se hayan opuesto EE. UU e Israel, países que se encuentran envueltos como responsables del execrable genocidio cometido por sus fuerzas militares contra el pueblo palestino en Oriente Medio, prueba de ello es la reciente aprobación en el Congreso norteamericano al Gobierno de Joe Biden del desembolso de 14 mil millones de dólares de apoyo para equipamiento militar de Israel. Y la abstención de Ucrania tampoco llama la atención, país en guerra que también recibe financiamiento de las potencias capitalistas occidentales.
A diferencia de los acuerdos del Consejo de Seguridad, las resoluciones de la Asamblea General de la ONU no son vinculantes, pero reflejan la opinión generalizada y constituyen también un termómetro moral, lo que da a Cuba año tras año una nueva razón para condenar el castigo y demostrar el aislamiento de que es objeto por Estados Unidos, así como las consecuencias nefastas que para su población tiene el bloqueo. La resolución que refleja, sobre todo, un consenso mundial sobre la cuestión, está sustancialmente arraigada en el derecho internacional y en los fundamentos de las Naciones Unidas, además se alinea con los principios de la Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados, que enfatiza la importancia de cumplir las obligaciones de los pactos de buena fe y, particularmente, la prohibición de ejercer medidas coercitivas para obligar a un Estado a resignar sus derechos soberanos.
La resolución de la ONU en Ecuador
La Embajada de Cuba en Quito, Ecuador, invitó a una reunión a la que asistieron personalidades políticas, intelectuales, periodistas y miembros de la Coordinadora Ecuatoriana de Solidaridad con Cuba, a un protocolo de exhibición de la transmisión telemática de la sesión de la Asamblea General de la ONU. En calidad de anfitrión, el señor embajador de la República Socialista de Cuba, diplomático Basilio Gutiérrez, expresó que el representante de los Estados Unidos “trató de explicar lo inexplicable”, frente a un embargo que no es tal, sino una acción bélica unilateral: “Ellos le llaman embargo, eufemísticamente, a esa política de acoso contra Cuba, pero es un bloqueo económico, comercial y financiero contra Cuba que dura más de sesenta años, pero en realidad es una guerra económica total, cuyo objetivo es, mediante el hambre y las enfermedades afectar el apoyo del pueblo cubano a su Revolución, buscando provocar un estallido social en nuestro país que dé al traste con la Revolución Cubana y con su obra de justicia social.”
Sobre los efectos que el bloqueo causa en la isla caribeña, Gutiérrez dijo: “El bloqueo es injusto, ilegal y extraterritorial y solo en el último año las pérdidas en nuestro país son más de cuatro mil millones de dólares, esa es una cifra muy grande para una economía como la de Cuba, todos los días Cuba pierde trece millones de dólares por los efectos del bloqueo”.
El embajador cubano en nuestro país expresó su agradecimiento al pueblo ecuatoriano y a su representante en la ONU, por sumarse al consenso mundial que exige poner fin al bloqueo genocida de los Estados Unidos contra Cuba.