Por Leonardo Parrini
La República socialista de Cuba obtuvo recientemente un importante triunfo diplomático al ser elegida, por sexta ocasión, miembro del Consejo de Derechos Humanos, en la reunión plenaria convocada por la 78 Asamblea General de la ONU. La designación para integrar el organismo entre 2024-2026, muestra el prestigio alcanzado por el país en las labores de este órgano. Cuba obtuvo 146 votos -de un mínimo necesario de 97- que representan el apoyo de más de las dos terceras partes de los miembros de las Naciones Unidas y la mayor cantidad para los países aspirantes de América Latina y el Caribe.
“Cuba continuará en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU como reconocimiento a la prioridad que otorga el país al respeto y disfrute de los derechos humanos”, señaló el diplomático cubano Rodolfo Benítez. El director general de Asuntos Multilaterales y Derecho Internacional del Ministerio de Relaciones Exteriores cubano consideró ese resultado como “fruto, además, del compromiso de la nación con la defensa del multilateralismo y la Carta de las Naciones Unidas”.
En este sentido, se ha incrementado la cooperación de Cuba con la maquinaria de derechos humanos de la ONU, con acciones que incluyen fluidos intercambios técnicos con la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos sobre varias temáticas de interés mutuo, incluido el proceso legislativo y visitas de titulares de mecanismos de Derechos Humanos. Cuba tiene un amplio historial de cooperación con los mecanismos de derecho humanos de naturaleza universal y no discriminatoria y forma parte de 44 de los 61 instrumentos internacionales en la materia lo que lo convierte en uno de los estados con más instrumentos ratificados.
Esta línea de acción muestra diversos acontecimientos políticos internos en la isla, como procesos electorales realizados en Cuba que ponen de manifiesto el carácter genuinamente popular y participativo de la democracia cubana, demostrado en amplios procesos de consulta, dos de ellos devenidos en referendos nacionales.
El bloqueo y los DDHH
Cabe notar que, en momentos de recrudecimiento del bloqueo económico y político norteamericano a la isla, Cuba ha realizado diversas iniciativas para respaldar el derecho a la alimentación, la cultura y el respeto a la diversidad cultural. Entre estas iniciativas destaca un profundo e integral proceso de reformas legislativas, que ha incluido el fortalecimiento del marco jurídico e institucional de promoción y protección de los derechos humanos.
A la luz de estas reformas, la isla cuenta actualmente con robustas y modernas leyes fundamentales de la organización del Estado y el Gobierno, que le permite desarrollar un amplio catálogo de derechos y garantías previstas en la Constitución, así como la actualización del modelo económico y social del país. En tanto, el bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por el gobierno de los Estados Unidos constituye una violación masiva, flagrante y sistemática de los derechos humanos de los cubanos. Es el principal freno al desarrollo económico y social del país y a la implementación de la Agenda 2030. Sus propósitos de provocar hambre y desesperación en el pueblo cubano, son ilegítimos, inhumanos, ilegales y violatorios de la Carta de las Naciones Unidas y el Derecho Internacional.
Esta victoria diplomática cubana, en medio de un reforzamiento sin precedentes del bloqueo de los Estados Unidos, agrega valor a la resistencia del pueblo cubano frente a esa flagrante, masiva y sistemática violación de los derechos humanos de todo un pueblo.
Es notorio que Cuba ha promovido el desarrollo progresivo de los derechos de tercera generación, la promoción de un orden internacional democrático y equitativo, así como el tema de la deuda externa. Al tiempo que se ha opuesto a resoluciones dentro del órgano con enfoques y mandatos politizados, punitivos y selectivos que no cuentan con el apoyo de los países concernidos. En contraposición, la nación caribeña ha aportado su experiencia como país en desarrollo, firme defensor del diálogo y la cooperación en materia de derechos humanos, con apego a los principios de objetividad, no selectividad e imparcialidad.
De cara al futuro, el país caribeño mantendrá sus posiciones de principio, así como su contribución a la protección de todos los derechos humanos para todas las personas y pueblos del mundo. Esta defensa de Cuba se basa en el respeto de la Carta de la ONU, los instrumentos internacionales de derechos humanos acordados y la Declaración y Programa de Acción de Viena.
En este sentido, Cuba en su condición de miembro del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, se compromete a defender el carácter genuinamente popular y participativo de la democracia cubana, demostrado en varios procesos de consultas devenidos, dos de ellos, en referendos nacionales: la Constitución y el Código de las familias. Igualmente, la isla revolucionaria defenderá en el Consejo los intereses de los países miembros del Movimiento de Países No Alineados, el G77 y China, así como los de otras naciones en desarrollo.