Por Leonardo Parrini
El llamado conflicto árabe-israelí ha entrado en fase de aguda crisis en las últimas horas ante el recrudecimiento de las hostilidades, con un ataque sin precedentes de la organización Hamas -gobierno de la franja de Gaza- a territorio israelí ante hostilidades de sionistas contra árabes en territorio de Jerusalem.
La franja de Gaza es un territorio reducido donde viven más de dos millones de personas sometidas al bloqueo israelí, por aire, mar y tierra, que necesitan ayuda humanitaria para sobrevivir y solo pueden salir o entrar con un permiso del territorio gobernado por Hamas desde hace 15 años. El régimen sionista israelí de extrema derecha de Benjamin Netanyahu se opone al gobierno de Hamas en Gaza porque, según señala, obstruye cualquier forma de negociación política.
La situación se mantiene inalterable hace décadas, pero en los últimos días Hamas ha efectuado una serie de ataques a territorio israelí y el gobierno de ese país ha respondido militarmente con una violencia desproporcionada.
Hamas alega que la actual crisis se debe a la presión de Israel sobre la mezquita de Al-Aqsa -que se traduce como la más lejana- en Jerusalem, además existe un rechazo de Hamas por un reciente acercamiento de Israel con Arabia Saudí, pero el motivo del ataque de Hamas va más allá y data de tiempo atrás y sorprendió desprevenido al sofisticado servicio de inteligencia israelí que nada supo con anticipación del sorpresivo ataque de Hamas.
La alerta cunde en toda la región, especialmente en el Líbano, desde donde Hezbollah ha lanzado ataques contra posiciones israelíes. Esta es una organización musulmana chií libanesa que cuenta con un brazo político y paramilitar, organizados y fundados por un contingente de la Guardia Revolucionaria iraní.
La violenta respuesta israelí, desde el pasado sábado, tiene el propósito de destruir las capacidades gubernamentales y militares de Hamas en Gaza, con resultado hasta el momento de 720 israelíes y 420 palestinos muertos. Israel ha atacado la franja de Gaza con más de 3200 cohetes impactando 800 objetivos militares y de gobierno de Hamas, mientras que en el sur de Israel se sostienen enfrentamientos terrestres entre tropas israelíes y milicianos, lo que ha provocado el mayor número de bajas, unos 500 entre milicianos de Gaza en ocho puntos de enfrentamiento con unos cien rehenes israelíes en manos de las fuerzas milicianas.
Israel activó oficialmente el Estado de Guerra
Moisés Garduño analista especialista en el tema y académico de la UNAM, México, sostiene que existen varios factores que explican el actual ataque de Hamas a Israel, uno de ellos es el cincuentenario de la guerra de 1973 con un mensaje claro: la ruta de paz comandada por los EEUU -aliado de Israel- desde los acuerdos de Camp David, ha fracasado, debido a que han empeorado las condiciones de vida de la gran mayoría de los palestinos que viven en la franja de Gaza y en los territorios de Cisjordania. Además, la guerra en Ucrania que distrae la preocupación norteamericana, es una buena oportunidad que encontró Hamas para lanzar una “contraofensiva” para erradicar los años de ocupación israelí en territorios palestinos. A esto hay que sumar el hecho de que Israel está gobernado en estos momentos por una coalición de extrema derecha, religiosos y ultra ortodoxos, liderada por Benjamin Netanyahu, lo que ha influido en la actual decisión bélica de los sionistas con graves consecuencias para la población palestina. Esto explica la respuesta negativa del gobierno de Israel antes los llamamientos de poner fin a la agresión y ocupación sionista a territorios palestinos. Netanyahu tiene juicios en su contra por corrupción con fuertes críticas sociales de la población israelí, para la cual existe la clara identificación de que una de las responsabilidades del Primer Ministro israelí es la crisis al interior de las comunidades palestinas, debido a graves violaciones a los derechos humanos, dentro y fuera de Palestina, debidamente documentadas por ONGs desde el propio Israel.
El Consejo de Seguridad de la ONU reunido este fin de semana no condenó el ataque de Hamas, en tanto que EEUU ha vetado 45 resoluciones condenatorias de la ONU a Israel durante los años de conflicto de ese país con Palestina estableciendo, entre otras, que los asentamientos israelíes en territorio palestino, son ilegales ante el derecho internacional y violan derechos humanos en calidad de potencia ocupante. En la actúa crisis EEUU enviará ayuda militar a Israel con el desplazamiento de un portaviones y varios buques militares a la zona del Mediterráneo y municiones para las fuerzas sionistas.
Arrogancia israelí
Desde su país, el periodista israelí, Gideon Levy, confronta a los israelíes con los hechos y constata que “Israel castiga a Gaza desde 1948”. Luego de ver imágenes que no esperaba en su vida debido a la arrogancia israelí, dijo: “Detrás de todo lo ocurrido, esta la arrogancia israelí. Pensábamos que se nos permitía hacer cualquier cosa, que nunca pagaríamos un precio ni seríamos castigados por ello. Seguimos sin confusión. Arrestamos, matamos, maltratamos, robamos, protegemos a colonos masacradores (…) Disparamos a personas inocentes, les arrancamos los ojos y les destrozamos la cara, los deportamos, confiscamos sus tierras, los saqueamos, los secuestramos de sus camas y llevamos a cabo una limpieza étnica. También continuamos con el asedio irrazonable en Gaza, todo estará bien”.
El corresponsal israelí sostiene explicando el conflicto: “Construimos una enorme barrera alrededor de la Franja, su estructura subterránea costó tres mil millones de shekels y estamos a salvo. Confiamos en los genios de la Unidad 8200 y los agentes del Shin Bet que lo saben todo y nos avisarán en el momento adecuado. Estamos trasladando la mitad del ejército del enclave de Gaza al enclave de Huwara sólo para asegurar las celebraciones de las fiestas de los colonos, y todo estará bien (…) Mire, este arrogante obstáculo puede ser superado por bicicletas y motocicletas, a pesar de todos los miles de millones gastados en ello, y a pesar de todos los famosos expertos y contratistas que han ganado mucho dinero”.
Su crítica, o mejor, su autocritica como ciudadano israelí, va más allá: “Pensábamos que podíamos continuar con el control dictatorial de Gaza, arrojando aquí y allá migajas de favor en forma de unos miles de permisos de trabajo en Israel -esto es una gota en el océano, que además siempre está condicionado a un comportamiento adecuado- y a cambio, los mantenemos en su prisión. Hacemos las paces con Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos, y nuestros corazones se olvidan de los palestinos, para que puedan ser eliminados, como a muchos israelíes les hubiera gustado.
Mientras que, su visión periodística, no deja de denunciar las atrocidades sionistas en territorio palestino: “Seguimos deteniendo a miles de prisioneros palestinos, incluidos aquellos recluidos sin juicio, la mayoría de ellos presos políticos, y no aceptamos discutir su liberación incluso después de décadas en prisión. Les decimos que sólo por la fuerza sus prisioneros podrán alcanzar la libertad. Pensábamos que seguiríamos rechazando con arrogancia cualquier intento de solución política, simplemente porque no nos convenía emprenderla, y seguramente todo seguiría así para siempre. Y una vez más resultó que no era así.
En su apocalíptica visión del conflicto, Levy describe el ataque de Hamas: “Varios cientos de militantes palestinos traspasaron la valla e invadieron Israel de una manera que ningún israelí podría haber imaginado. Unos cientos de combatientes palestinos han demostrado que es imposible encarcelar a dos millones de personas para siempre sin pagar un alto precio. Así como ayer la vieja y humeante excavadora palestina demolió el muro, el más avanzado de todos los muros y vallas, también arrancó el manto de la arrogancia y la indiferencia israelíes. También derribó la idea de que basta con atacar Gaza de vez en cuando con drones suicidas y vender estos drones a medio mundo para mantener la seguridad. Ayer, Israel vio imágenes que nunca había visto en su vida: vehículos militares palestinos patrullando sus ciudades y ciclistas de Gaza entrando por sus puertas. Estas imágenes deberían arrancar el manto de la arrogancia. Los palestinos en Gaza han decidido que están dispuestos a pagar cualquier cosa por un atisbo de libertad. ¿Hay alguna esperanza para eso? No. ¿Aprenderá Israel la lección? No.
Y concluye denunciando las intenciones sionistas de borrar del mapa a la franja de Gaza: “Ayer ya hablaban de aniquilar barrios enteros de Gaza, de ocupar la Franja de Gaza y de castigar a Gaza “como nunca antes se había castigado”. Pero Israel lleva castigando a Gaza desde 1948, sin detenerse ni un momento. Son 75 años de abusos y ahora le espera lo peor. Las amenazas de «aplanar Gaza» sólo prueban una cosa: que no hemos aprendido nada. La arrogancia llegó para quedarse, incluso cuando Israel una vez más ha pagado un alto precio».
En su lúcida versión de los hechos, Gideon Levy, responsabiliza al gobierno de su país del drama: “Benjamín Netanyahu tiene una gran responsabilidad por lo sucedido y debe pagar el precio, pero el asunto no comenzó con él y no terminará después de su partida. Ahora debemos llorar amargamente por las víctimas israelíes. Pero también debemos llorar por Gaza. Gaza, cuya población es en su mayoría refugiados creados por Israel; Gaza, que no ha conocido ni un solo día de libertad”-
Mientras no concluya la agresión sionista a los territorios palestinos y la ocupación militar en Gaza, el conflicto árabe-israelí no encontrará solución… y no habrá paz en el resto del mundo.