Soy admirador del buen fútbol, pero en mi vida profesional nunca me interesó el periodismo deportivo hasta que conocí a Patricio Diaz Guevara, un señor del oficio y un comunicador a carta cabal. Con su voz de tenor superó los regionalismos propios del fútbol criollo y los fanatismos de sus colegas que por parcialidades deportivas se convierten en hinchas con micrófono.
Patricio gustaba del nacho, como le decía al Nacional, pero nunca hizo prevalecer su predilección a la hora de relatar o comentar un partido. Se debía al publico y no a su equipo preferido y su deuda la saldó con un nivel profesional admirable y admirado.
Cuando tuvimos oportunidad de conocernos, Patricio formaba parte de un trío de lujo en Canal Canela junto a un colega suyo argentino y otro ecuatoriano. Le expresé mi admiración en esa oportunidad, admiraba en él su mesura profesional en un oficio donde ser fanático es parte del curriculum vitae. Admiraba su temple de ánimo en los momentos más emotivos de un evento deportivo, su sobriedad para describir los hechos que ocurrían en las canchas deportivas, donde no solo narró el futbol lo comentó y lo ponderó con sabiduría, sino además el atletismo y, de manera inolvidable, la medalla olímpica que Jefferson Pérez obtuvo en 20 kilómetros marcha en 1996 en Atlanta, EE.UU. Patricio con su voz afiatada, potente, nítida, nos trajo la emoción indescriptible a millones de ecuatorianos ante el triunfo del atleta cuencano.
Su mesura profesional era el fruto de unas raíces más profundas. Patricio era un señor en la vida diaria, inmejorable ecuatoriano con una calidad humana que hizo extensiva a su oficio del cual se enorgullecía y enorgullecía al país.
Un tiempo pensamos en hacer algo juntos en el periodismo, pero por aquellas circunstancias extrañas en que los seres humanos mostramos inconstancias, no lo hicimos. Sin embargo, seguimos siendo amigos a cierta distancia, congratulándonos de los logros de cada cual. Y los suyos fueron muchos.
Patricio fue uno de los relatores deportivos más importantes de Quito y de Ecuador. Su potente voz le valió el apodo del ‘Tenor del fútbol’. Había comenzado su trayectoria profesional en Radio Central, luego trabajó en Radio El Sol y siguió su carrera en Radio Nacional Espejo, Radio Tarqui, Emisoras Gran Colombia, Radio Canela y Radio Redonda. En televisión hizo carrera en Teleamazonas y Gamavisión. Durante su exitosa trayectoria, Patricio Diaz asistió como periodista a 10 Mundiales de Fútbol organizados por la FIFA.
A sus 69 años de edad su corazón que albergó tantas pasiones se detuvo, como para dar paso a un instante de eternidad en que la voz de Patricio nos sigue diciendo la vida como él la veía, con alegría, con optimismo y esfuerzo, como en un campo deportivo. A la hora del pitazo final dejó un score insoslayable: en la vida es tan significativo competir como triunfar. Y eso solo lo consiguen los grandes como Patricio, que saben mezclar la grandeza con la humildad. Paz en su tumba.