“Así es como funciona el capitalismo”, sentenció el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, en referencia a la quiebra de dos bancos norteamericanos -Silicon Valley Bank y Signature Banks- que, esta quincena, cerraron sus puertas por orden del gobierno estadounidense. La noticia trascendió a nivel mundial como una descarga eléctrica que encendió las alarmas en el sistema financiero norteamericano que, en el 2008, ya vivió una de las crisis más sonadas de los últimos años con la quiebra de importantes bancos.
Esta vez los dos bancos de Santa Clara, California, de mediano tamaño que atendían empresas tecnológicas llamadas startups no tuvieron liquidez suficiente para responder ante sus clientes que retiraron masivamente sus depósitos de sus arcas y declararon insolvencia. El Silicón Valley Bank tenía más de cuarenta años de gestión y hasta hace un año no mostraba signos de iliquidez; en orden de importancia estaba ubicado en el puesto 16 de los EEUU. Era el banco de empresas incipientes e innovadoras dedicadas a la comercialización de tecnología digital avanzada. El banco conservaba una pequeña fracción de los depósitos en efectivo y el resto lo invertía, a largo plazo, para obtener retornos modestos al 1% en bonos del tesoro. Es, sin duda, un ejercicio que todo banco hace, sin embargo, los directivos de estos bancos no supieron ver con claridad en dónde colocaban su dinero y lo hicieron en bonos de muy bajo rendimiento.
La operación la realizaron en el contexto de una crisis anunciada, debido a que el gobierno del Trump primero, y de Biden después, habían provocado un incremento de la inflación en los Estados Unidos al inyectar dinero en el mercado que fue emitido de manera inorgánica, es decir, sin correlación con un aumento de la producción de bienes y servicios. Ambos gobiernos giraron cheques firmados por sus presidentes, a los afectados por la pandemia.
La Reserva Federal se propuso bajar la inflación provocada por la emisión de dinero inorgánico, a cualquier costo, enfriando la economía y encareciendo el costo de dinero, y esto provocó el incremento de los tipos de interés. En el último año los intereses subieron y el banco que había comprado bonos que no rendían nada, quedó descolocado. Las empresas tecnológicas necesitaban dinero fresco y no lo encontraban, porque el costo de dinero se había encarecido inusualmente, y muchas de ellas retiraron la plata qué tenían depositada provocando el pánico financiero, mientras que las deudas de estas empresas con la entidad bancaria estaban parcialmente cubiertas por depósitos. En el trasfondo del tema, tanto Trump como Biden son corresponsables de la crisis financiera: esta es la razón de porqué quebraron los mencionados bancos.
El Silicon Valley Bank cayó en un 60% en los recientes días previos a su quiebra, es el segundo fracaso más grande después del Washington Mutual en el 2008. Las bolsas estadounidenses se desplomaron, sin embargo, según los expertos esto es un incidente aislado que no forma parte de un problema sistémico más grande de la industria bancaria. No obstante, los financieros señalan que la Reserva Federal seguirá subiendo las tasas de interés, lo que continuará encareciendo el costo de dinero que, a su vez, seguirá enfriando la economía, al punto que en los Estados Unidos cada vez hay menos personas en posibilidad de comprar una casa endeudándose con el banco, porque las tasas de interés son de usura. Los intereses subieron buscando compensar el alza de la inflación al 6%, en consideración que bebería estar en un 2% en el país del norte.
El gobierno norteamericano adoptó algunas medidas ante la situación de crisis. En primer lugar, tomó el control de los dos bancos quebrados, ordenó el cierre de sus puertas, junto con el despido de sus funcionarios y anunció que sus dueños no serán compensados económicamente. “Es así como funciona el capitalismo”, señaló Biden al respecto.El presidente norteamericano anunció que el dinero de los depositantes en los bancos quebrados está protegido hasta 250 mil dólares en depósitos, por un Fondo de Depósitos de seguros bancarios que los bancos privados pagan, y que ese dinero no saldrá del Estado. Esto no es enteramente cierto, porque ese dinero que pagan los bancos privados y administra el gobierno, proviene de sus propios ahorristas. Rocu, compañía de streaming de televisión es uno de los clientes más fuertes del Silicon Valley Bank que tenía 487 millones de dólares depositados en efectivo en ese banco. ¿De dónde sale la plata para el salvataje bancario estadounidense y hasta dónde están protegidos los cuentahorristas de los bancos quebrados? Esa es la pregunta de los seis millones.
En la actual situación de crisis financiera norteamericana, pierden todos los clientes que tenían más de 250 mil dólares en los bancos quebrados, que es la cantidad que cubre el seguro. En el frío e impersonal mundo del dinero ganan mucho los que predicen lo que va a ocurrir, y pierden mucho los que predicen mal lo que va a ocurrir.
La razón de la crisis es la inflación, la subida de las tasas de interés y la existencia de una cartera de deudores muy frágiles. Los bancos que han prestado en criptomonedas podrían quebrar en los próximos días; de hecho, ya se anunció que otros cinco bancos estadounidenses muestran signos de insolvencia. También han caído las acciones del City Bank y del Bank of America, aunque mucho menos que las acciones de los bancos regionales relativamente pequeños y más vulnerables.
Es así como funciona el capitalismo, dice Biden, pero el capitalismo también funciona de otra manera. Imprimir dólares no es crear riqueza, solo se puede imprimir dinero después de que la producción de bienes y servicios haya crecido. Así también funciona el capitalismo: los banqueros manipulan dinero ajeno en negocios especulativos; dinero improductivo, sin correlación con el aumento de la producción. En momentos de crisis: salvataje bancario con dinero de los depositantes o del Estado, que no es lo mismo, pero es igual.
Así es como funciona también el capitalismo.