Dime con quién andas, y te diré quién eres, reza un dicho popular, queriendo significar que las buenas o malas compañías determinan la identidad de las personas o instituciones.
El presidente Guillermo Lasso, se rodea de actores políticos que de un modo u otro atenúan su aislamiento, en lo que algunos consideran la peor crisis política de sus 21 meses de gestión. En una decisión poselectoral el presidente renueva su gabinete con personas que tendrían por misión ayudarle a sobrellevar la derrota electoral y la de su partido -CREO-. y asumir la rotunda negativa popular a las ocho preguntas de la Consulta Popular propuesta por el régimen. Incluido, además, el reciente fracaso al llamado a la unidad nacional que confirma el escenario adverso que enfrenta el Ejecutivo en esta coyuntura.
Como si el ocho fuese un numero cabalístico para el régimen, Lasso hizo ocho cambios en el gabinete y designó a Sebastián Corral secretario de la Administración Pública, Henry Cucalón Ministro de Gobierno, Jossueth Almeida, Secretario Jurídico encargado, Jorge Córdova Castro, como Secretario de Pueblos, Francesco Tabacchi gobernador del Guayas, Tania Vásquez gobernadora de Cotopaxi, Fernando Apolo gobernador de El Oro y Frickson Erazo gobernador de Esmeraldas. Todos, se presume, de la entera confianza presidencial.
No deja de llamar la atención la presencia de Henry Cucalón entre los ocho nuevos funcionarios oficiales, ciudadano que ha ejercido durante 10 años la representación socialcristiana en el Parlamento. Si bien no resulta suficiente el cambio de hombres ni de nombres para un giro significativo de las políticas del régimen, no es menos cierto que estos identifican las cartas bajo la manga que puede tener el régimen, frente a lo cual existe una tendencia repetida a coro: que el presidente renuncie, puesto que pocos creen que existe sinceridad en las intenciones de cambio oficial.
La designación de Henry Cucalón indica dos cosas: el Partido Social Cristiano introduce un caballo de Troya en el gabinete y el ministro en cuestión ejercerá una crítica desde dentro al gobierno o el flamante ministro ex socialcristiano está llamado a dar oxígeno al régimen en crisis. Cucalón ha dicho que en nombre del país acepta el cargo y qué, escuchando el mensaje del pueblo, acepta la responsabilidad en una nueva etapa que da un giro en la acción gubernamental, rechazando todo intento de desestabilización. Agregó que estos cambios deben influir en la calidad de vida de los ecuatorianos con obras y cambios constitucionales en la brega contra la delincuencia y la corrupción. Y, como suena bien, realizó un llamado a una “cruzada nacional” en pro de la democracia y la convivencia ciudadana.
Frente a los cambios no falta quienes piensan que ya es tarde, que el presidente Lasso debió escuchar con anterioridad al pueblo, que no debió oír solo cantos de sirena de sus adláteres, entre los cuales se encuentran medios de información, encuestadoras, opinadores políticos y una no menos notoria turba de obsecuentes. Dime con quien andas…
Henry Cucalón sería un «renegado» del socialcristianismo, según consta en su historial político como ex militante del PSC y asambleísta nacional por ese partido entre 2013 y 2021. Fue secretario general de la Procuraduría del Estado entre 1998 y 2002. Ese año ingresa a la Municipalidad de Guayaquil a ocupar el cargo de Secretario General Municipal. Es elegido director del movimiento Madera de Guerrero (MG) en el 2016. Cuatro años más tarde en el 2020 integra una terna del PSC para una eventual candidatura presidencial en las elecciones de 2021, sin embargo, el PSC estableció una alianza con CREO para apoyar a Lasso. En los comicios legislativos de 2013, fue candidato a la Asamblea Nacional por PSC-MG ganando una curul, en el 2017 fue reelecto como asambleísta.
¿En qué momento Cucalón -cuadro destacado del socialcristianismo- renegó de las filas de esa tienda política y por qué? Su deserción se habría producido por razones que hoy lejos de incomodar al régimen, motivan su incorporación al gabinete. Razones que algunos analistas identifican como causa de la crisis gubernamental: división controversial en la derecha ecuatoriana que, incluso, llaman “traición de Lasso a los socialcristianos”, motivo por el cual esa tendencia haría pagar la felonía con humillantes consecuencias al presidente Lasso. Dime con quién andas…
Los adláteres
Cabe notar que todos aquellos que confluyen para acolitar al régimen, también muestran el fallido intento de implementar acciones de planificación y ejecución oficial que, al final del día, resultaron un fracaso como planes oficiales del régimen. El más evidente síntoma de que el frente político -piedra en el zapato de un gobierno que renguea- no funciona como es de esperar, es que un solo ministro no puede con el tema y el presidente debió dividir el frente político y de seguridad en ministerio de Gobierno y ministerio de Interior que se caracterizan por la rotación de ministros y secretarios que no rinden resultados políticos y electorales esperados por el régimen.
En medio de la crisis, el Ejecutivo emite un comunicado donde da cuenta de la situación poselectoral que califica de incierta: “lejos de tener las certezas que el pueblo ecuatoriano exige, luego de un pronunciamiento tan importante popular nos hemos llenado de incertidumbres, incertidumbres por el lento conteo de votos, por lo errático e inexacto de la información…” A dicha incertidumbre habrían contribuido el propio Consejo Nacional Electoral (CNE) y empresas autorizadas por la autoridad electoral para sondear la opinión ciudadana antes y después de las votaciones; empresas encuestadoras que habrían servido de guía al gobierno para hacer sus cálculos electorales, cuyos mensajes amplificados por determinadas cadenas de televisión habrían contribuido a las incertidumbres electorales. El caso de una cadena televisiva que difundió a las cinco de la tarde del domingo de votaciones, un Tracking Poll de una encuestadora realizado antes de las votaciones que contradicen las cifras reales de las urnas, cuando todos esperábamos resultados reales. Bien haría el organismo electoral en prohibir la difusión de encuestas, Tracking Poll y Exit Poll reñidas con la veracidad de la voluntad popular. Las encuestadoras ponen en riesgo de convulsión nacional al país por la incertidumbre que provocan con sus cifras irreales, lo cual es una irresponsabilidad que debe ser sancionada por ley. Dime con quién andas…
La incertidumbre es madre de toda duda. En este orden de cosas la ciudadanía observa con estupor que el propio vice presidente del CNE haya descubierto en la provincia del Guayas, en el seno del propio organismo, un supuesto centro electoral paralelo al oficial dedicado a imprimir actas de reconteo con resultados inexactos del referendo que no corresponderían a la voluntad popular.
Crisis social
La peor crisis política del régimen que detectan algunos analistas, tiene explicación en la crisis social que el propio régimen provocó con políticas alejadas de las necesidades populares como la falta de medicinas en los hospitales públicos, falta de empleo y seguridad, caos en la designación de autoridades y presunta corrupción en las empresas públicas. Un panorama que hace lidiar al gobierno en diversos frentes que sus funcionarios no alcanzan a controlar. La respuesta popular no se hizo esperar en las urnas.
Adicionalmente, el gobierno ve fantasmas donde no hay: el ministro Juan Zapata denunció a pocas horas de los comicios, la existencia de narco candidatos financiados por el crimen organizado. Denuncia que reposa en la Fiscalía en espera de pruebas.
Lo cierto es que el gobierno del presidente Guillermo Lasso no anda solo, anda mal acompañado. Subsiste rodeado de burócratas que no entienden la política y que hacen primar su visión subjetiva e interesada de los hechos: malas premisas conducen a incorrectas conclusiones. Ministros, asesores, secretarios, adláteres, encuestadores erráticos y medios informativos que no hacen bien su trabajo. Dime con quién andas y te diré quién eres.
Foto El Comercio