Las elecciones seccionales del domingo pasado y sus resultados en las urnas, permiten diversas interpretaciones, según sea quien las intente hacer bajo su prisma político. El ministro de Gobierno ha dicho -minimizando el impacto político que significa para el régimen-, que el rechazo del pueblo en las urnas “no representa un revés para el gobierno”, que “no es dramático” el resultado. El propio presidente Lasso manifestó que el resultado electoral “es un llamado del pueblo al gobierno y que está dispuesto a escucharlo, buscando un gran acuerdo nacional”. En el otro extremo, el ex presidente Rafael Correa, mentor en algún sentido del triunfo de su movimiento político, ha dado razones que explican la victoria electoral de la Revolución Ciudadana en las elecciones recién pasadas.
En entrevista con Radio Pichincha, Rafael Correa ha manifestado que el triunfo significa lograr lo imposible: “La misión nuestra no es ganar una alcaldía o una prefectura, la misión nuestra es alcanzar el buen vivir. Los corruptos siempre fueron ellos y eso ha quedado claro después de años de persecución”. El ex mandatario señaló que después de cinco años de acoso político, de acusar a su gobierno de hacer obras con sobreprecio, luego de permanecer sin partido político, con dirigentes exiliados, el triunfo “es poco menos que un milagro, es soñar lo imposible y lograr lo imposible”.
Los factores que explican el triunfo del correísmo en la provincia del Guayas, según Correa, tienen relación con los errores del Partido Social Cristiano (PSC), que llevó a la presidencia a Lasso, decisión que le pasó factura. Además, “una grave deficiencia en la alcaldía, una muy mala administración municipal y un mal estilo socialcristiano”. En cambio, en Pichincha la victoria tiene explicación en las mayorías silenciosas: “Siempre fuimos más, las grandes mayorías son silenciosas, no confundan silencio con ausencia, la derecha es más ruidosa en su prepotencia y en su odio que deben sacar de su corazón. No subestimen a las mayorías silenciosas, nuestro pueblo siempre ha estado presente”, señaló Correa. El ex mandatario atribuyó como factor de triunfo el hecho de la indiferencia de las autoridades frente a la persecución de la que fueron objeto los funcionarios del gobierno de Correa: “Se montó un aparato de persecución policial, frente a la cual la indiferencia en octubre del 2019 del pueblo y de la derecha en la alcaldía, fue un factor que explica el triunfo de la revolución ciudadana. Mientras tanto, se demostró la inocencia de varios casos de persecución judicial”.
Frente al porvenir, el ex presidente se mostró claro y cauto: “Los candidatos ganadores tendrán que cumplir lo prometido y no traicionar la confianza de nuestro pueblo. No todo se va a resolver desde los gobiernos seccionales. La moral pública se ha perdido, las carreteras abandonadas, las personas maltratadas en los hospitales, no todo se puede lograr cambiar desde los gobiernos seccionales, hay que recuperar el poder del gobierno central. Ojalá el régimen anticipe elecciones. Lasso está cosechando lo que el mismo sembró, no se le puede creer, es un fraude democrático.
La Consulta Popular -en opinión de Correa- es una revocatoria al mandato de Lasso: “El gobierno es un fracaso total y la gente se dio cuenta de que la consulta es una cortina de humo, la gente no es estúpida. Abusaron de la buena fe del pueblo ecuatoriano. Lasso dice que fue una consulta para escuchar al pueblo y hoy no sabe qué hacer. Si tuviera decencia debe adelantar las elecciones. Polarizó al país perdiendo credibilidad y ha tenido un comportamiento muy innoble, y seguirá siéndolo”.
Conforme el criterio de Correa, existen diversas salidas constitucionales para cambiar la situación actual de forma democrática. Una de las cuales es la revocatoria del mandato con el 12 % de firmas del padrón electoral, por incumplimiento del plan de gobierno. La otra alternativa es anticipar elecciones, como salida parlamentaria, con los dos tercios de votación de la Asamblea Nacional: “Lasso es un fraude democrático porque ganó con mentiras, es un farsante. El fraude democrático desestabiliza a la democracia, nos quita la fe y rompe la confianza social. Están cosechando lo que sembraron. El gobierno de Lasso no tiene salida, decentemente debe irse. La tragedia nacional continuará mientras ese gobierno permanezca ahí”.
En el otro extremo, los prefectos y alcaldes ganadores deben trabajar “con alma corazón y vida, con el corazón ardiente, las manos limpias y mentes lúcidas, con ganas de cambiar las cosas”. En esa línea de acción, de cara al futuro Rafael Correa sugiere “que la pasión no nuble nuestra razón”.