La historia consigna y consagra en sus anales aquellos personajes que, precisamente, rompen con los convencionalismos de la historia. Tal es el caso del escritor estadounidense Norman Mailer, considerado creador del llamado “Nuevo periodismo”, quien precisamente ayer cumplió un centenario de su nacimiento. De personalidad desbordante, a diferencia de su obra que ha sobrevivido entre un público de diversas generaciones, Mailer tal vez no habría superado la imposición de lo políticamente correcto, por su permanente contrapunto con lo establecido. De su impronta humana se ha destacado su egocentrismo de artista rebelde y autoconvencido de que estaba a la altura de Tolstoi o Dostoievski, con quienes en alguna oportunidad se comparó. En un obituario que le dedicó el New York Times después de su muerte, el periódico tituló “Norman Mailer, un escritor tan imponente como su ego”, aludiendo a su personalidad que se mantuvo en los primeros planos sociales e intelectuales durante más de seis décadas. Entre sus obsesiones constan la sexualidad, un antifeminismo a momentos violento, y el desplante polémico e impiadoso que exhibió en los debates en los que participó.
Mailer había comenzado su trayectoria literaria en un instituto antes de ser forzosamente reclutado para ir a la guerra en 1943 y enviado a Filipinas. Esta circunstancia, el autor la calificó como “la peor experiencia de mi vida, y también la más importante”. No obstante, la guerra inspiró su obra Los desnudos y los muertos, un texto de rotundo éxito que vendió más de un millón de ejemplares, considerada una de las mejores novelas bélicas de la literatura universal. Su prolífera obra incluye temas como la infancia de Hitler, los asuntos de la CIA en la Guerra Fría o La Canción del verdugo, que le hizo acreedor al premio Pulitzer de ficción en 1989.
Entre sus colaterales del Nuevo Periodismo constan Truman Capote y Tom Wolfe, con quienes echó luces a la realidad de su país en las décadas de 1970 y 1980. Sus reportajes son notables y en ellos se incluía en tercera persona, prueba de ello es la crónica Los ejércitos de la noche en la que narra la manifestación contra el Pentágono de activistas contrarios a la Guerra de Vietnam donde se vislumbra un nuevo estilo de narrativa periodística, obra por la cual se le confirió un premio Pulitzer. Sin embargo, los claroscuros de su trayectoria se evidencian en la biografía que escribió sobre Marilyn Monroe, que el propio Arthur Miller, ex marido de la actriz, consideró como “fantasías hollywoodenses”, al afirmar que la rubia del cine norteamericano había muerto víctima de una oscura conspiración del FBI y la CIA, circunstancia de la cual el autor no aportó ninguna prueba. Mailer admitió haber “especulado” sobre el tema.
Su actividad literaria siempre compartida con su activismo político, caracterizó a Mailer como un frontal enemigo de las guerras de Vietnam e Irak y contra la arrogancia internacional de los Estados Unidos. Asumió diversas causas humanitarias como la defensa de Jack Abbot, condenado sin pruebas que gracias al alegato periodístico de Mailer logró su excarcelación bajo fianza. No obstante, Abbot una vez en libertad asesinó a puñaladas a un joven, un hecho del que Mailer dijo “no sentirse orgulloso”.
De posturas inclaudicables, asumió un antifeminismo contra esa tendencia que cobraba fuerza en los años setenta diciendo que “la revolución feminista ha convertido a la mujer en ese tipo de hombre que a mí me entristecía cuando era joven, aquel que tenía que trabajar de nueve a cinco de manera aburrida y nunca era dueño de su destino. Ahí es donde acabó su revolución, su asalto al poder”. En su vida privada, no obstante, tuvo nueve hijos en seis matrimonios, los cuales terminaron mal. En una ocasión Mailer apuñaló con un punzón a Adele Morales, su segunda esposa, quien no lo denunció y se divorció de él después de dos años. Su vida pública también fue controversial, en 1969 disputó la Alcaldía de Nueva York junto a los demócratas, pero su campaña por el secesionismo que proponía convertir a la ciudad en el estado 51 de los EEUU, no lo condujo al triunfo.
Norman Mailer, el sujeto terrible del periodismo y la literatura estadounidense, pasó a la historia a contravía de la historia, como todos los grandes que consiguen de algún modo influir en ella.