Fue un doble aniversario celebrado en la sede diplomática de la Embajada de Cuba en Quito. La Revolución Cubana cumple 64 años del triunfo del 1 de enero de 1959 cuando el pueblo cubano recibió el nuevo año el Primero de enero de 1959 con la alegría de saber que la Revolución había triunfado. El joven líder de la contienda libertaria, Fidel Castro Ruz, llegaba a Santiago de Cuba y se podía ver como humeaban y escuchaban los ecos de las recientes batallas victoriosas, cercanas a la ciudad heroica del Oriente, las de Santa Clara y Yaguajay.
La conmemoración en Quito en la Embajada cubana tuvo el doble carácter de celebrar ese acontecimiento histórico para el continente y el 40 cumpleaños de Aurora Feliú, cantautora cubana residente en nuestro país desde hace más de una década, hija del fundador de la Trova Cubana, Vicente Feliú. La emotiva velada reunió a amigos de la Revolución, cubanos y ecuatorianos, que junto al embajador Basilio Gutiérrez, conmemoraron los días del triunfo revolucionario.
Una historia imperecedera
El Ejército Rebelde, creado en diciembre de 1956, había sido el protagonista principal de la hazaña junto a otras fuerzas revolucionarias cubanas. Valiosos hijos de la Patria ofrendaron sus vidas y cayeron en el camino bajo la furia de los sicarios y el ejército constitucional que apoyaba al usurpador del poder Fulgencio Batista, pero ellos continuaron señalando el camino correcto a seguir, como dijera uno de los jóvenes héroes cubanos, José Antonio Echeverría.
La misión diplomática cubana recordó que el Movimiento Revolucionario 26 de Julio, fundado por Fidel tras ser liberado de la prisión que sufría junto a otros combatientes, fue el protagonista de los asaltos a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes en 1953. A partir de entonces, transcurrieron 6 años de guerra popular contra la dictadura cubana hasta que en enero de 1959, el contingente rebelde entró en La Habana para hacerse del poder. Fue con el respaldo de los combatientes clandestinos de Santiago de Cuba, encabezados por Frank País, y los de Manzanillo por Celia Sánchez, primera mujer guerrillera, que ofrecieron apoyo en hombres y logística a las fuerzas insurgentes, que el Ejercito Rebelde conquistó sus objetivos revolucionarios. Fueron los primeros pasos de lo que se llamó la Caravana de la Libertad, recorrido de más de mil kilómetros de aquellos combatientes, que llegó a numerosos pueblos y ciudades, y culminaría el 8 de enero de 1953 en La Habana.
La gesta de un pueblo que no habría sido posible sin la participación de las mujeres cubanas en puestos de vanguardia como Vilma Espín, combatiente de primera línea en la clandestinidad santiaguera y luego en la Sierra Maestra, así como las moncadistas Haydée Santamaría y Melba Hernández, las mensajeras Lidia Doce y Clodomira Acosta, y el histórico y bisoño pelotón femenino Las Marianas, operante en las montañas.
Evocando ese espíritu de la mujer cubana, Aurora Feliú, guitarra en mano como un arma en la actual batalla cultural, entonó canciones de su padre y de los progenitores de la Trova, Silvio Rodríguez, Pablo Milanés y otros artistas cubanos. Acompañada en la guitarra por el virtuosismo del artista ecuatoriano, Roberto Navarrete, la trovadora cubana recorrió musicalmente el pentagrama revolucionario de artistas tales como Silvio Rodriguez, Vicente y Santiago Feliú, la venezolana Cecilia Told, entre ottros, con quienes ha compartido escenario en su dilatada trayectoria musical.
Fueron momentos de gran sentimiento, con un poder evocativo y conmemorativo especial para la artista que celebrando sus cuatro décadas de vida, confirmó su talento musical y madurez humana puestos a tono con las más nobles causas latinoamericanas.
Seis décadas de resistencia
Los cubanos no están dispuestos a disfrazarlo con eufemismos: 2022 fue un año particularmente difícil para la Revolución y para Cuba, sometida a uno de los más inhumanos bloqueos políticos y económicos con sanciones impuestas por el gobierno de los Estados Unidos, la fatal confluencia de la etapa recuperativa de una pandemia, los desastres naturales, el impacto de la crisis mundial, sumados a los problemas estructurales de la economía que agravaron una situación ya compleja para la isla, a causa en buena medida de los efectos de la agresión norteamericana contra Cuba.
Los líderes cubanos lo han señalado: «el desafío del Gobierno revolucionario tiene que ser entendido también como el desafío de todo el entramado social. La desidia, la abulia, el desinterés no deberían campear a sus anchas. La respuesta es la articulación del empeño colectivo, que es el principal valladar ante las políticas agresivas de los adversarios históricos de la Revolución Cubana».
Ya lo dijo Fidel en los albores de la Revolución: “La Revolución empieza ahora, la Revolución no será una tarea fácil, la Revolución será una empresa dura y llena de peligros, sobre todo, en esta etapa inicial…
Luego de seis décadas de resistencia del pueblo cubano, los enemigos no han podido vencer a la Revolución, aunque hayan llenado su camino de obstáculos algunas veces insalvables, y la hayan atacado con crueldad inhumana, castigando a hombres mujeres y niños cubanos, a pesar de la condena del mundo.
Lo dijo también Aurora Feliú al recrear la canción El Necio: “Me vienen a convidar a arrepentirme / Me vienen a convidar a que no pierda / Me vienen a convidar a indefinirme / Me vienen a convidar a tanta mierda / Dicen que me arrastrarán por sobre rocas / Cuando la revolución se venga abajo / Que machacarán mis manos y mi boca / Que me arrancarán los ojos y el badajo / Será que la necedad parió conmigo / La necedad de lo que hoy resulta necio / La necedad de asumir al enemigo / La necedad de vivir sin tener precio / Yo no sé lo que es el destino / Caminando fui lo que fui / Allá Dios que será divino / Yo me muero como viví…”
El compromiso con que los artistas identificados con los destinos del pueblo combaten en la batalla cultural… cantando las cuarenta.