La final del campeonato mundial de fútbol Qatar 2022, que se juega este domingo, es mucho más que un encuentro deportivo entre las selecciones de Francia y Argentina. Es, además, expresión del contrapunto existente entre colonialismo y liberación, contemporánea relación vigente entre los pueblos del mundo. Francia, país considerado territorio luz de la cultura universal, es también la vieja nación colonialista que subyugó a los pueblos africanos en sus propios territorios.
Frantz Fanon, nacido en la colonia francesa de Martinica, en su obra Los Condenados de la tierra denuncia el colonialismo francés en Argelia. El libro de Fanon resulta ser un diagnóstico psiquiátrico, político, cultural e histórico de la colonización en Argelia, particularmente, y en África en general. Fanon describe cómo opera la ideología dentro de la lucha colonial, en ella hay una ideología dominante maniquea que divide al mundo en blanco y negro, bueno y malo, lo virtuoso y lo vicioso, el hombre y la bestia; y que termina por justificar la violencia ejercida sobre el colonizado.
El novelista francés, Paul Nizan, en su libro Aden Arabia, luego realizar un viaje iniciático al país arábico huyendo de la asfixia cultural francesa, dejó escrito: “Yo tenía 20 años y no permitiré que nadie diga que es la edad más hermosa de esta vida”. Aden Arabia es el diagnóstico poético de una edad, de una época y de un entramado social que el autor ve abocados al deterioro. Como lúcido testigo de su tiempo, Nizan develó las injusticias y se sintió herido en lo más profundo por la indiferencia ante ellas.
El escritor argelino francés, Albert Camus, se sentía un extranjero en su propio país. Su novela El extranjero, narra la historia de Meursault, un hombre franco-argelino que se muestra pasivo y ajeno al mundo que le rodea. Tras cometer un crimen, no experimenta el arrepentimiento, tampoco se inmuta ante la muerte de su madre. La actitud del protagonista choca con las convenciones sociales que lo conduce a su propia sentencia de muerte. El título del libro y su significado está relacionado con el contexto de guerra y posguerra en Francia. Al fin y al cabo, la obra de Camus es el reflejo de una sociedad carente de dirección, un ambiente de desesperanza y frustración en Europa. Camus, sumido en este contexto, crea a un personaje que representa la carencia de los valores de la época, un personaje que se caracteriza por la pasividad ante la vida pero que, finalmente, lo conducen a un destino trágico por ser un “extraño”, un extranjero en medio del mundo que lo rodea, al que no le encuentra sentido.
Entre colonizadores y colonizados
Fanon, que de algún modo representa el pensamiento de los intelectuales franceses anticolonialistas, nos recuerda, “en lo más profundo de sí mismo, el colonizado no reconoce ninguna instancia. Está dominado, pero no domesticado. Está inferiorizado, pero no convencido de su inferioridad”. Y concluye: “La cultura en los países subdesarrollados, colonizados, o bajo la amenaza de ser colonizados de nuevo, debe comprometerse con su circunstancia social y luchar a favor de su libertad, en ese sentido, es abiertamente política o ideológica, pues colabora con la emancipación mental del pueblo. La cultura debe ser inteligible y significativa para el pueblo”.
Este domingo, cuando la oncena “francesa” salte a la cancha para enfrentar a Argentina, lo hará con Kimpembe (Congo), Umtiti (Camerún), Pogba (Guinea), Mbappé (Camerún), Dembelé (Senegal), Tolisso (Togo), NGolo Kanté (Malí), Matuidi (Angola), Nzonzi (Congo), Madanda (Congo), Ramo (Marruecos) y Fekir (Argelia). La selección francesa más africana de todos los tiempos, camufla bajo la camiseta de su país el neocolonialismo europeo que tiene en el fútbol una expresión contemporánea. Francia, como todo país colonialista, tiene esa mixtura humana racial y cultural propia del neocolonialismo, sin embargo, continúa siendo considerado uno de los países más discriminatorios contra sudakas y africanos.
Argentina cuenta con un equipo de puros criollos y, sin que este reconocimiento signifique trasnochados chauvinismos, es un mérito de entrada. En esta «guerra simbólica» que es el fútbol -en el decir del escritor Edgar Allan García-, Argentina nos representa como continente sudamericano y como región llamada a oponerse a toda forma de neocolonialismo camuflado en la cultura, el deporte o develado por la política.
Al final de la final, haciendo votos porque la albiceleste se haga con la copa Qatar 2022 estaremos, de una extraña manera, aunando nuestro instinto libertario, nuestra consciencia anticolonial por un futuro de unidad nacional y regional. Mucho depende de Messi…