El himno nacional de una nación es una proclama musicalizada que pone de relieve los mayores valores patrios. En términos generales, los himnos de las naciones latinoamericanas hacen referencia en sus versos al espíritu independentista de nuestros pueblos, relievando la gesta de los próceres y exaltando las virtudes sociales y naturales de cada país. Entre las estrofas que arengan los himnos nacionales hay alusiones a la vida y a la muerte, a la libertad y a la gloria que supone ofrendar la vida por la patria en su nombre. Cada verso es una afirmación de principios que invoca la generosidad de un pueblo de inmolarse por los valores cívicos que profesa un Estado nación.
“Al combate corred, bayameses, que la patria os contempla orgullosa. No temáis una muerte gloriosa, que morir por la patria es vivir”. Estos versos son parte del Himno Nacional de Cuba, cuya autoría corresponde a Perucho Figueredo, cantado por primera vez el 20 de octubre de 1868. Por su importancia y trascendencia histórica esta fecha se instituyó como el Día de la Cultura Cubana.
Hoy cuando el pueblo cubano enfrenta un bloqueo político y económico oprobioso impuesto por los Estados Unidos, los cubanos lo cantan con mayor conciencia en estos tiempos álgidos en que “nos quieren arrancar de cuajo la soberanía”. Y ese fervor patrio se vive en cada barrio de las ciudades cubanas como expresión cultural de su gente, allí donde ha hecho su nido la simbiosis entre identidad e historia.
Hoy, cuando la lucha ideológica por la soberanía es esencialmente cultural, el imperialismo y su expresión politica del neoliberalismo -que es la cultura de la sumisión a los intereses del capital transnacional-, insta a los cubanos a desentenderse de las esencias que lo definen como pueblo, de los valores cultivados desde la función social del arte y las políticas culturales de la Revolución Cubana que siempre ha tenido como premisa enriquecer el espíritu de su gente.
Una nota de prensa cubana resalta el sentido de este día para los cubanos: “Aún sin saber leer ni escribir, un canto heroico se perpetúa en la memoria de los nacidos en esta Isla. Cada verso es una afirmación de principios, cada estrofa, un llamado a la dignidad patria. Palpita el alma a su ritmo y se enardece el pecho si lo escuchamos en arenas internacionales. Hay en él una valía inconmensurable, lo mismo desde el arte que desde la historia. No asombra, entonces, que cada 20 de octubre, al recordar a Perucho Figueredo escribiendo la letra del Himno Nacional, celebremos también el Día de la Cultura Cubana”.
Con motivo de esta conmemoración, los cubanos entonan el himno patrio de Cuba que arenga a su pueblo a continuar la resistencia contra el bloqueo: En cadenas vivir, es vivir en afrenta y oprobio sumido. Del clarín escuchad el sonido. ¡A las armas, valientes, corred!
Hoy, los cubanos enfrentan múltiples desafíos, siendo el mayor el reto cultural por mantener los valores revolucionarios de su pueblo. Esa lucha se libra con nuevas armas desde la pluma, la voz, el pincel, las manos, desde el talento de sus intelectuales y creadores “donde radica la decisión de seguir edificando el arte y la cultura de una nación más justa, digna y fiel a lo que hace 145 años comenzaron a forjar los fundadores de la patria cubana”.