En versión sinfónica y en la interpretación de artistas chilenos, Ángel Parra en la guitarra y segundas voces y Camila Escobar, junto a los ecuatorianos Alex Alvear, Margarita Laso, Ilyari, Grecia Albán, Mariela Espinoza con el acompañamiento musical de la Banda Sinfónica de Pichincha, revive Violeta Parra en un concierto único en su categoría.
Con la conjunción de artistas de Chile y Ecuador, la Prefectura de Pichincha y la Embajada de Chile conmemoraron el Bicentenario de la Batalla de Pichincha, un evento de perpetuación anual que evoca la lucha independentista de nuestros pueblos.
Un virtuoso Ángel Parra -nieto de Violeta- en la guitarra acompañó en segundas voces con afiatado tono a sus compañeros de escenario, no sin antes reconocer que “formar parte de una singular familia es un compromiso permanente que trata de llevar a la altura de la tradición musical de los Parra”.
Sobre las tablas de un escenario con aforo completo en el Teatro Nacional de la Casa de las Culturas, se dejaron oír los sones de canciones clásicas del pentagrama de Violeta Parra, revivida en presencia existencial a través de sus creaciones musicales.
El Rin del Angelito, en el que las mariposas alegres
de ver al bello angelito
alrededor de su cuna le caminan despacito,
cuando se muere la carne el alma va derechito
a saludar a la luna y de paso al lucerito...
En la proclama que protesta porque
Miren como nos hablan De libertad
Cuando de ella nos privan en realidad
Miren como pregonan tranquilidad
Cuando nos atormenta la autoridad
Que dirá el santo padre que vive en Roma
Que le están degollando a su paloma…
En la imprecación donde
Maldigo del alto cielo, la estrella con su reflejo
Maldigo los azulejos, destellos del arroyuelo
Maldigo del bajo suelo, la piedra con su entorno
Maldigo el fuego de horno, porque mi alma está de luto
Maldigo los estatutos, del tiempo con sus bochornos
Cuánto será mi dolor...
Luego de Volver a los 17
es como vivir un siglo
es como descifrar signos sin ser sabio competente…
Lo que puede el sentimiento no lo ha podido el saber
ni el más claro proceder ni el más ancho pensamiento
todo lo cambia el momento cual mago condescendiente
nos aleja dulcemente de rencores y violencia
sólo el amor con su ciencia nos vuelve tan inocentes.
Y aquel corazón maldito que es interrogado
Corazón maldito, contesta ¿por qué palpitas, sí, por qué palpitas?
Como una campana que se encabrita, sí, que se encabrita ¿por qué palpitas?
Para luego concluir en…Qué he sacado con quererte?
¿Qué he sacado con la luna, ay ay ay
que los dos miramos juntos, ay ay ay?
¿Qué he sacado con los nombres,
ay ay ay estampados en el muro,
ay ay ay como cambia el calendario,
ay ay ay cambia todo en este mundo, ay ay ay ay ay ay… ay.
O celebrar el brío de la rebeldía juvenil
¡Que vivan los estudiantes
Jardín de nuestra alegría!
Son aves que no se asustan
De animal ni policía
Por suerte tengo guitarra
Para llorar mi dolor
También tengo nueve hermanos
Fuera del que se engrilló
Los nueve son comunistas
Con el favor de mi Dios, sí
Con broche de oro cerró la velada en versión plural de los artistas sobre el escenario cantando Gracias a la vida que me ha dado tanto; me dio dos luceros que, cuando los abro,
perfecto distingo lo negro del blanco y en el alto cielo su fondo estrellado…
y en las multitudes… el hombre que amo.
Gracias a la vida que me ha dado tanto; me ha dado el oído en todo su ancho…
grabo noche y día grillos y canarios, martillos, turbinas, ladridos, chubascos…
y la voz del trino de mi bien amado.
Gracias a la vida que me ha dado tanto;
me ha dado el sonido y el abecedario.
Con él las palabras que pienso y declaro, padre, amigo, hermano y luz alumbrando…
la ruta del alma… del que estoy amando.
Gracias a la vida que me ha dado tanto;
me ha dado la marcha de mis pies cansados.
Con ellos anduve ciudades y charcos, playas y desiertos, montañas y llanos…
y la casa tuya, tu calle… tu patio.
Gracias a la vida que me ha dado tanto;
me dio el corazón que agita su marco cuando miro el fruto del cerebro humano…
cuando miro al bueno tan lejos del malo, cuando miro el fondo de tus ojos claros.
Un homenaje que revive la figura de Violeta Parra, memoria artística de la música popular, a través de historias sobre la lucha social y la reivindicación de derechos colectivos. En una noche muy especial, el legado musical de Violeta Parra que inspiró las creaciones de nuevas generaciones de artistas, revivió como un referente social y cultural de Latinoamérica en Ecuador.