No lo conocí personalmente, pero enterarme de las circunstancias de la muerte del fotógrafo Luis Mariño, me ha conmovido hasta el tuétano. Siempre la pérdida de un ser humano como Luis, un profesional de la imagen, es una funesta derrota. Un cáncer terminal que lo martirizó desde 2020, terminó con su vida a los 42 años en la plenitud de su trabajo creador como fotógrafo. Desde entonces sobrevivía sin estómago, luego de una gastrectomía tras detectarle un tumor que, como toda excrecencia maligna, resultó incurable.
Sin embargo, Luis le hizo frente con una valentía y dignidad a toda prueba, sin reparar en el embate de un mal implacable. Desde que le detectaron el cáncer, el fotógrafo emprendió una lucha constante para mantenerse con vida. Vendió y rifó sus fotos por redes sociales para solventar los gastos de su enfermedad y para cubrir sus necesidades de subsistencia personal. Solo en un país con un Estado indolente un profesional tiene que vender sus herramientas de trabajo para costear un tratamiento en extremo oneroso ¿Puede ser tan indigna la vida?
Luis, con la venta de sus fotos buscaba solventar sus gastos y contribuía para la cruzada que denominó Lucho por la vida, con la que apoyaba a otros pacientes oncológicos. Su valeroso espíritu, empoderado de generosidad, lo hizo dar batalla hasta el último instante en que este miércoles el capotazo de la muerte lo derribó como todo un guerrero de la vida.
Hace precisamente un mes, el 15 de julio de este año compartió en redes sociales que había vendido sus equipos. En ese entonces, escribió en su cuenta de Twitter: “Acabo de vender mi herramienta de trabajo para poder juntar para un examen médico que el Estado debió proveerme y no lo hizo. ¿La lucha por la vida debe ser tan indigna? ¿Si por milagro sobrevivo, luego cómo trabajaré? Debo seguir”.
Otros mensajes dan cuenta de su batalla sin tregua: “Soy un incansable buscador y creador de imágenes. Mi trabajo es de autor. Mis fotografías son para marcas que desean contratar a gente que sabe lo que hace. Son obras impresas en papel premium de exposición y montadas en soporte bastidor. Creativo, Obsesivo, Perfeccionista, Buen lector de lo que mi cliente busca. Comprometido. Responsable. Mis clientes siempre llegan a ser mis amigos. #LuchoContraElCáncer, por vivir para servir. Gracias de todo corazón”.
Su lucha tocó a su fin, pero nos deja el invalorable ejemplo de un ser humano que sobrellevó su enfermedad con valentía, dignidad y total generosidad con la vida. Paz en tu tumba, colega amigo.