Una evidente contradicción de la sociedad enfrenta a la ley con la justicia. Dilema que suele estar atravesado transversalmente por la política. La política, en tanto proceso dinámico, no necesariamente transita el mismo andarivel que el ordenamiento jurídico como statu quo, dejando al descubierto las contradicciones de clase existentes en la sociedad.
Luego de la conclusión del paro nacional, diversas voces consideran un error político la detención de Leonidas Iza, hecho que enciende la ira de las bases sociales de la Conaie radicalizando la protesta social. Como consecuencia de la movilización que paralizó al país, no falta quienes estiman que el dirigente indígena debe ser sancionado penalmente responsabilizándolo por daños a la propiedad privada, obstrucción de servicios públicos e impedimento de la libre circulación de personas, todo lo cual configuraría un cuadro de violencia “terrorista”.
La contradicción que existe entre proceso político y ordenamiento jurídico queda expresada en la visión de Milton Luna cuando señala en un editorial de El Comercio, “si la respuesta al reclamo es la represión se agitan más las aguas (…) meter preso y descalificar al máximo dirigente de la Conaie provocó y despertó al gigante. Tras él, de forma oportunista se “colaron” golpistas, extremistas e incluso lumpen delincuencial. Con mucho esfuerzo el movimiento indígena puso distancia a estos grupos, aunque la prensa hizo una sola masa de esa diversidad, despertando rencor. Aunque tarde se llegó a un acuerdo que tiene que cumplirse con vigilancia ciudadana y con fortalecimiento dentro del gobierno de la tendencia ecuánime frente a los guerreristas. Cumplimiento y confianza evitarán otro alzamiento”.
El presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie), Leonidas Iza, deberá presentarse este lunes 4 de julio a la audiencia de juicio directo. Iza enfrenta un proceso por “paralización de servicio público”. La diligencia tendrá lugar en el complejo judicial de la ciudad de Latacunga, desde las 10:00 y la Conaie convocó a un “plantón de apoyo y solidaridad” al dirigente, a quien identifica como un “acusado injustamente por el Gobierno para criminalizar la protesta social”. El proceso judicial contra Iza es implementado por la Procuraduría y la Fiscalía General del Estado, después de que el 14 de junio fuera aprehendido mientras lideraba el paro nacional. Como acusador particular consta el procurador judicial de Petroecuador y en la audiencia se presentarán presuntas pruebas que incluyen testimonios de policías, fiscales y funcionarios. Una información difundida por Radio La Calle señala que “el gobierno juega con fuego: Guillermo Lasso y Patricio Carrillo testificarán en contra del dirigente Leonidas Iza”.
Voceros coincidentes con la postura oficial, sin considerar las contradicciones existentes, estiman políticamente correcto la judicialización de Iza, más allá de los factores que encendieron la mecha del paro y las repercusiones para el gobierno: “Ecuador tiene reglas del juego. Justicia debe actuar sobre límites transgredidos”, señaló en un panel de televisión el analista Humberto Salazar.
Como corolario de la movilización social queda en evidencia que el fin del paro no superó la crisis. La política debe hablar el mismo lenguaje que la ciudadanía con estrategia y comunicación, so pena de no resolver a tiempo la contradicción existente entre la ley y la justicia.
Para conocer al hombre que hay detrás del dirigente indígena presentamos una entrevista realizada a Leonidas Iza Salazar.
¿Cuáles son sus orígenes?
Soy Leonidas Iza Salazar, nací en la comunidad de San Ignacio, en la casa de mis padres José María Iza y Rosal Elvira Salazar, somos ocho hermanos, cuatro hermanas y cuatro hermanos. En nuestra familia todos dependemos de la agricultura y de la ganadería, nadie tiene un espacio en el sector público, todos vivimos de la agricultura.
¿Cuál ha sido su trayectoria organizativa?
En el trayecto de acompañar a la Iglesia en animación, en canto, en todo esto pasé diez años directamente vinculado a la Iglesia y luego en el proceso profesional llegué a estudiar. Soy el único de mi familia que ha logrado estudiar en la universidad. Luego de eso articulamos al proceso organizativo siendo dirigente de jóvenes de la UNOCAM, -organización que vela por la igualdad de género desde el mundo ancestral-, siendo dirigente de jóvenes del movimiento indígena. Luego autoridad comunitaria de mi comunidad por tres años y como dirigente del Movimiento Indígena y Campesino de Cotopaxi. En todo ese trayecto hemos articulado con los diferentes sectores de jóvenes; sobre todo uno de los temas centrales que yo he hecho desde los inicios es generar condiciones de formación. Hemos formado mucho con otros compañeros, hemos entrado a comunidades, formación en música, en temas de formación política ideológica, en espiritualidad en medicina ancestral, articulación con la tradición.
¿Quiénes lo han encaminado en el proceso organizativo como dirigente?
Tengo dos recuerdos claros; uno mi padre José María Iza, que era una persona absolutamente pulcra, no permitía que topemos una aguja de lo ajeno, el ser honesto que no estemos involucrados en ningún acto de corrupción. Y la otra referencia que es mi madre Rosa Elvira, en cambio ella tenía un espíritu rebelde. Ella siempre estaba en los procesos comunitarios, en las movilizaciones. Mi madre en 1992, por ejemplo, recibió a la comisión de la Amazonía ya que había ido cocinando algunas ollas de choclos. Entonces tengo este recuerdo de una madre que siempre luchó y enseñó el camino de la lucha y siempre decía hay que saber estar en la UNOCAM, hay que estar en el movimiento indígena, ellos son nuestra referencia. De ahí a nivel nacional, mi referencia siempre he estudiado la vida de Dolores Cacuango, Tránsito Amaguaña. También como referencia Fernando Daquilema, que en su temprana edad como enfrentó en el proceso de la República contra los diezmos toda la imposición que vivían nuestros hermanos pueblos; pero también a nivel continental he estudiado mucho a Tupac Amaru y lo que significó los orígenes de la tradición milenaria de esta civilización del Abby Ayala.
¿Cómo ha influido su familia para mantenerse en el proceso organizativo?
Creo que la unidad familiar es absolutamente importante, eso es lo que no ha permitido salir de los límites en este caso, por eso cuando una familia está consolidada cuando no hay problemas entre los hermanos, entre los padres, se mantiene la unidad familiar; de esa misma manera han ayudado a sostener en todas las dirigencias. En el caso nuestro, tengo realmente una familia que nos apoya en el día a día a sostener la dirigencia. Así es que en mi caso realmente mi familia en su conjunto ha ayudado a sostener todos estos años de ser dirigente.
¿Cómo se financia Leonidas Iza, el movimiento indígena y sus líderes sociales?
En primer lugar, yo tengo mi familia, mi esposa es docente de una escuelita comunitaria que tiene un pequeño reconocimiento para que pueda realizar su actividad. Segundo, es lo que pueda yo hacer autogestión dentro del movimiento, no hay un sueldo establecido, pero de lo que se pueda gestionar con diferentes instituciones para que se pueda sostener la agenda sobre los pueblos y nacionalidades para, por lo menos, garantizar condiciones de logística, movilizaciones y alimentación para los otros compañeros dirigentes. Y la tercera fuente es el sostenimiento familiar, por ejemplo, mis hermanas ayudan a cuidar vacas y cada quince días nos ayudan con algún recurso de lo que se pueda vender en el trayecto. Por eso vivimos en condiciones súper básicas para poder garantizar la vida en el día a día. Ese es el sostenimiento de manera colectiva, y así también la comunidad cuando hacemos diferentes eventos siempre está colaborando para poder sostener a la dirigencia.
¿Cuál es la agenda de lucha del movimiento indígena en este gobierno?
El de octubre como el levantamiento de 1990 ha dejado como una referencia política organizativa, social, cultural, muy importante al movimiento indígena, a la Conaie, a la Feine, a la Fenocin, a las diferentes organizaciones cómo protagonistas en un espacio de lucha en el Ecuador. Tenemos una referencia de una imagen muy positiva en el país, eso mismo es una responsabilidad el sostener ese margen de aceptación que tenemos dentro de la sociedad. Invito a la juventud, sí necesitamos transitar y que podamos a llegar a tener experiencia. Para mi estar al frente del movimiento campesino de Cotopaxi ha significado entender la dinámica de cada territorio, porque entre las diferentes comunidades no tenemos las mismas condiciones económicas, culturales, más bien lo que ahora creo, a partir de la experiencia, poder identificar en cada territorio cómo podemos articularnos en una necesidad común y en una lucha común. También en el campo político poder ser determinantes. No se actúa a partir del criterio de los dirigentes sino del criterio determinante, a partir de las decisiones colectivas, comunitarias de las diferentes organizaciones, valorar uno por uno. En ese sentido, creo que me ha dado la experiencia para poder tener temple, firmeza sobre todo consecuencia en direccionar a un movimiento indígena que es tan importante dentro de la estructura de la Conaie.
¿Cómo sueña o anhela este país?
Creo que debe ser un sueño mayor de todos que podamos tener condiciones económicas mínimas, que todos podamos acceder a la educación y a la justicia, pero una justicia verdadera no a una justicia politizada; que podamos acceder a unos servicios básicos mínimos, que al día de hoy hay comunidades o urbanidades que no han podido acceder ni siquiera a un alcantarillado o un servicio de agua entubada, peor potable. Que realmente podamos tener respeto en esta diversidad con todas nuestras diferencias, que podamos construir una sociedad altamente tolerante, que podamos tener una sociedad armonizada, y que de pronto no sean únicamente utilizados los sectores populares para sostener el trabajo y de ese trabajo no sean explotados los trabajadores pero también sean explotados los campesinos a través de la venta de nuestros productos barato para que puedan seguir garantizando sus ganancias otros grupos económicos. Realmente sueño con una sociedad que tenga armonía y equilibrio, pero que supere estas estructuras sociales que han dominado durante muchos años. Qué lindo sería tener una sociedad en donde realmente respetemos nuestras diferencias hombres y mujeres y a la vez podamos hacer actividades complementarias dentro de la casa, dentro de la comunidad y dentro de la organización, y eso realmente permita ir construyendo y superando toda esta estructura social a partir del patriarcado, que sí hay un nivel de domino y un nivel de violencia en contra de nuestras compañeras mujeres. Eso no es solo de las mujeres, es un problema nuestro sobre todo los hombres cómo podemos trabajar para poder superar estas situaciones. Por ello me parece importante apuntalar, sostener las demandas, las luchas de las compañeras mujeres en la libertad en la decisión de sus cuerpos que muchas veces han sido violentadas no solo físicamente sino sexualmente. Cómo podemos ir sosteniendo estas luchas que tengamos también los hombres porque es un problema de la sociedad.