La cita continental que tiene lugar en Los Ángeles, EE. UU, del 6 al 10 de junio, es considerada un inmejorable espacio para sentar las bases de la construcción de nuevos vínculos americanos, inspirados en entendimientos que surjan a partir de un diálogo incluyente y reflexivo. Un punto de inflexión que encuentre, con mirada puesta en el futuro, vías de superación de los escollos del pasado que imposibilitaron una real integración regional. Ese es en teoría el objetivo de la cita de Los Ángeles. Con todo su aroma de utopía, este propósito se ve contaminado de distintos afanes de parte de los anfitriones. La administración estadounidense vetó la participación de Cuba, Nicaragua y Venezuela en la cita continental.
En la cumbre por la democracia, celebrada en Washington a finales de 2021, el gobierno estadounidense tampoco invitó a los tres países, que se sumaron a una ‘lista negra’ de naciones americanas conformada por Bolivia, Cuba, El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras, Nicaragua y Venezuela. La explicación norteamericana se refiere a que “es un momento clave en nuestro hemisferio, un momento en el que estamos enfrentando muchos retos a la democracia, y los países (Cuba, Nicaragua y Venezuela) no respetan la carta democrática de las américas, y por eso no se espera su presencia”.
The People´s Forum -una de las 150 organizaciones estadounidenses encargadas de preparar la Cumbre-, indicó que la medida “reafirma el carácter excluyente de la política exterior estadounidense (…) y la gran hipocresía del Gobierno de Estados Unidos, que tanto quiere hablar de democracia, pero a fin de cuentas es una democracia para unos pocos, para los que están de acuerdo con ellos; no una democracia en la cual todos podamos participar”, señala el comunicado.
En el contexto diplomático regional, la reacción del gobierno mexicano condena la postura estadounidense, señalando directamente al gobierno de Joe Biden la necesidad de transformar las relaciones entre los países de América y dejar atrás la estrategia de hegemonía e injerencismo, para sustituirla por una de cooperación y unidad. El presidente de México, López Obrador, aseguró: “Siguen con lo mismo, porque no es nada más México, es el mundo, son muchos países del mundo. En el caso de Estados Unidos, con todo respeto, es la política de hace dos siglos en el caso de América, no se invita a todos a la Cumbre, porque se les considera ‘dictaduras’ o porque no son buenas relaciones que tienen con esos países. ¿Quién autoriza a una nación excluir a otra? ¿Hay un gobierno mundial?”, cuestionó el mandatario mexicano.
Fin del bloqueo a Cuba
Conforme la postura de México, terminar con el bloqueo a Cuba será el tema central durante toda la semana en los trabajos de la novena Cumbre de las Américas, que se inició en Los Ángeles, California. Esa es la misión que tiene el canciller mexicano, Marcelo Ebrard, en la cumbre que podría dejar atrás a la OEA para buscar una relación más justa con respeto a las soberanías en el continente. El diplomático mexicano asegura que todo está dispuesto para poner fin al bloqueo que califica de inhumano, pese a las amenazas que se ciernen en contra de quienes buscan concluir con la injusta imposición: “Si queremos dar lugar a una nueva etapa, que es el objetivo de la cumbre. No puedes mantener viejas decisiones, como las exclusiones de esta naturaleza o el derecho de intervención selectiva respecto a otros países. Eso es lo que está cuestionando el presidente López Obrador”, manifestó en canciller. México fue el único país que no votó por sacar a Cuba de la OEA en 1962, manteniendo una permanente postura de solidaridad con el pueblo cubano.
La postura mexicana se resume en la convicción de que la mayoría de las y los jefes de Estado se van a referir a esta exclusión como algo indebido. En Cuba, durante la pandemia no había cómo echar a andar las plantas de luz de los hospitales, no había energía eléctrica en los hospitales porque no les permitían comprar combustible. ¿Por qué se argumenta, para mantener el bloqueo, que el régimen no respeta los derechos humanos? Hoy existe una nueva realidad geopolítica que busca acuerdos, hallar un sistema diferente al anterior, y lo que lo impide ahora, lo que no permite pasar a un nuevo capítulo es el bloqueo a Cuba. La base de la relación no puede ser la sumisión. ¿Por qué vamos a callarnos con respecto a lo que pasa en Cuba en aras de que no nos ataquen? Porque la sumisión te hace no confiable para nada, ni para los que te apoyan ni para los que se contraponen, señala la diplomacia mexicana.
La posición ecuatoriana por su parte, sin ser un comunicado oficial, se dejó entrever en una declaración de prensa del presidente Guillermo Lasso que habló sobre la posibilidad de no excluir a ningún líder político en la Cumbre de las Américas, al tiempo de reconocer que «estas divisiones afectan a los ciudadanos en su vida diaria». Se espera que el presidente Lasso muestre consecuencia con sus palabras a la hora de oponerse al bloqueo a Cuba en Los Ángeles.