«El pueblo chileno saluda los 110 años de Lucha del Partido Comunista de Chile”. Así dice la consigna que convoca a la militancia, amigos y amigas de la colectividad de la hoz y el martillo, al acto central en Santiago conmemorativo del aniversario de fundación del PCCh. En esa línea, se programaron otras actividades de celebración de los 110 años de la organizacion comunista chilena, con actos en ciudades como Iquique, Rancagua, Valparaíso y de otras regiones, y en varias comunas de la Región Metropolitana. También circulará, desde el 4 de junio, una edición especial del periódico El Siglo, impreso partidista que se venderá en quioscos y en puntos de venta de todo el país, anunciaron sus voceros.
El Partido Comunista chileno fue fundado el 4 de junio de 1912 en la ciudad de Iquique, por el obrero tipógrafo Luis Emilio Recabarren, como Partido Obrero Socialista de Chile (POSCh) y en un Congreso partidario el 2 de enero de 1922, efectuado en la ciudad de Rancagua, pasó a denominarse Partido Comunista de Chile (PCCh). Los 110 años encuentran al PC formando parte de un Gobierno que promueve profundas transformaciones, en medio de un proceso constituyente que debe culminar en la aprobación de la nueva Constitución y en el desarrollo de luchas sindicales y sociales extendidas por todo el país.
Hitos históricos
El PCCh, en una histórica trayectoria, logró sobreponerse a la represión de dictaduras como la del gobierno de Gabriel González Videla en los años cuarenta. El 3 de septiembre de 1948 fue promulgada la Ley de Defensa permanente de la Democracia, que declaró proscrito al PCCh, impidiendo a sus militantes participar dentro del sistema político y en los procesos electorales. Alrededor de cuarenta mil militantes fueron borrados de los registros de la colectividad, y muchos otros fueron exonerados de sus empleos o sufrieron grados crecientes de persecución. La prohibición al partido se extendió durante diez años, hasta el año 1958.
Luego de una denodada lucha por retornar a la vida política, el PCCH contribuyó a formar, en diciembre de 1969, la Unidad Popular, coalición política y electoral de partidos y movimientos de izquierda, que llevó a la presidencia a Salvador Allende en septiembre de 1970. El gobierno de Salvador Allende, con importante presencia comunista en ministerios e instituciones implementó la llamada «vía chilena al socialismo», que suponía reformas estructurales. Entre otras, la Ley para la nacionalización del cobre; la profundización de la Reforma Agraria que permitió expropiar los grandes latifundios; primeros pasos para construir el área de propiedad social. En el aspecto económico, se instauró una política de acentuada redistribución del ingreso y de reactivación de la economía. Sin embargo, se fue conformando un complejo contexto que dificultó la aplicación del programa de Gobierno, agudizándose las tensiones con la oposición, que derivó en un cuadro de inestabilidad política e institucional. Esto llevó a que el 11 de septiembre de 1973, luego de tres años de gobierno, se produjera el golpe militar que derrocó al gobierno de Salvador Allende, ante lo cual los partidos políticos de la Unidad Popular fueron declarados fuera de la ley.
La dictadura de Augusto Pinochet llevó a miles de militantes populares a padecer torturas y muerte en las mazmorras, campos de concentración y al exilio. El régimen militar (1973-1990) fue particularmente complejo para los militantes comunistas que sufrieron persecución, detenciones, desapariciones forzadas, muerte y muchos de ellos debieron partir al exilio. A pesar de este duro contexto, se inició su reorganización en la clandestinidad.
En agosto de 1977 el primer Pleno del Comité Central del Partido en dictadura, analiza la coyuntura política, iniciándose un cambio estratégico que proponía «todas las formas de lucha contra la dictadura». Esta política se hizo oficial en 1980, e incluía una política de corte militar o armado. Desde fines de 1988 y hasta mayo de 1989, se desarrolló el XIX Congreso del partido, en la cual se ratificó la línea de rebelión popular o de todas las formas de lucha, no estando de acuerdo en el camino de la transición institucional. En consecuencia, después del retorno a la democracia, entre 1990 y 2014, el partido fue opositor a los diferentes gobiernos, no logrando representación parlamentaria.
Uno de los últimos congresos del partido, correspondió al XXI Congreso Nacional efectuado en septiembre de 2001. En este evento, la colectividad realizó un diagnóstico de la realidad sociopolítica y económica del país, examinando la necesidad de un cambio al modelo de desarrollo que, según su juicio, genera las desigualdades en la estructura social. Del mismo modo, se reafirmaron principios estructurales del partido, uno de ellos, seguir su “incesante labor a favor de la organización y la unidad de los trabajadores”. Asimismo, el partido reivindicaría «las conquistas democráticas y sociales alcanzadas por el movimiento popular». Dentro de sus ejes programáticos, se consigna la necesidad de suprimir la explotación del hombre por el hombre; generar, contribuir y mantener sosteniblemente la participación efectiva de los trabajadores en la gestión, propiedad y resultados de las empresas; resolver la enajenación del trabajador respecto a los medios de producción, de las condiciones en que trabaja y del fruto de sus esfuerzos; participación en la dirección política de la sociedad y el afianzamiento de un conjunto de valores culturales y éticos, los cuales indudablemente deben ser compartidos por la sociedad en su totalidad.
El PCCH ha tenido en sus filas a notables militantes como Pablo Neruda, Premio Nobel de Literatura 1971, y otros intelectuales chilenos de renombre internacional. La división juvenil de la organización, las Juventudes Comunistas (JJCC), tuvo como secretaria general a Gladys Marín, profesora primaria que entregó su contingente humano a la lucha social de Chile.
En fragmentos del poema Cuándo De Chile, Neruda evoca la lucha social de la organización comunista chilena.
Oh Chile, largo pétalo
de mar y vino y nieve,
ay cuándo
ay cuándo y cuándo
ay cuándo
me encontraré contigo,
enrollarás tu cinta
de espuma blanca y negra en mi cintura,
desencadenaré mi poesía
sobre tu territorio
-Pueblo mío, verdad que en primavera
suena mi nombre en tus oídos
y tú me reconoces
como si fuera un río
que pasa por tu puerta?
-Ay cuándo
podré entrar en la sala del Partido
a sentarme con Pedro Fogonero,
con el que no conozco y sin embargo
es más hermano mío que mi hermano.
Ay cuándo, Patria, en las elecciones
iré de casa en casa recogiendo
la libertad temerosa
para que grite en medio de la calle.
-Qué haré sin caminar con la bandera
que de mano en mano en la fila
de nuestra larga lucha
llegó a las manos mías?
Ay Patria, Patria,
ay Patria, cuándo
ay cuándo y cuándo
cuándo
me encontraré contigo?
Ay Patria, sin harapos,
ay primavera mía,
ay cuándo
ay cuándo y cuándo
despertaré en tus brazos
empapado de mar y de rocío.
Ay cuando yo esté cerca
de ti, te tomaré de la cintura,
nadie podrá tocarte,
yo podré defenderte
cantando,
cuando
vaya contigo, cuando
vayas conmigo, cuándo
ay cuándo.