Colombia, el país sudamericano es conocido por el café, las drogas y la violencia política, trilogía matizada por su expresiva manifestación musical. Estos componentes culturales hacen que los colombianos no pasen desapercibidos por el mundo y que cada vez que se trate de evocar un país echaopadelante, pensemos en nuestros hermanos del norte. Ese vigoroso empuje puesto en cada uno de sus rasgos distintivos ha configurado la Colombia de hoy, un país hastiado del establecimiento de los últimos años, la pobreza, la inseguridad y el debilitamiento de la esperanza de paz.
De cara al futuro, Colombia apuesta hoy por un cambio histórico. Sin duda, circunstancia que no es casual, y menos teniendo en cuenta la tradición conservadora de Colombia. Una nación en la que nunca ha gobernado la izquierda y que ahora está a las puertas de poder realizar un giro histórico sin precedentes.
Las fuerzas políticas progresistas colombianas lo saben, y es por eso que bautizaron a su coalición como Pacto Histórico, una serie de alianzas que se agrupa tras la candidatura de Gustavo Petro un político de larga data en el país como ex militante del movimiento guerrillero M-19, candidato a la presidencia de Colombia y hoy líder del progresismo colombiano. Pacto Histórico es un frente con diferentes actores políticos de la sociedad colombiana, algunos emergentes y olvidados históricamente por un país extremadamente centralista, pero otros encasillados en el establecimiento político desde hace años. La heterogeneidad de esta alianza es su signo más relevante; no obstante, a sus aliados los une el objetivo de llegar al poder en Colombia, sumando fuerzas que estén dispuestas a un cambio.
La voluntad popular colombiana, en su respuesta, se expresa con cifras inobjetables. El más reciente sondeo del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (CELAG), señala que a la pregunta «¿Si las elecciones presidenciales fueran mañana, ¿por cuál de los siguientes candidatos votaría usted?», el 45.1% de las personas respondió que lo haría por Petro. El estudio del CELAG agrega que a la pregunta «¿Quién cree la gente que será el próximo presidente?», el 53.2% respondió que sería Petro, el candidato de las fuerzas alternativas, progresistas y de izquierda colombiana.
Otros candidatos se ubican a continuación en la preferencia electoral. El nuevo estudio de opinión muestra que Federico Gutiérrez, de tendencia derechista, bajó en la intención de votos en relación con la encuesta anterior al pasar de 22% al 20.1%; mientras Rodolfo Hernández, populista, pasó de un 12% a 24%, y se coloca en segunda opción.
Un análisis proyectivo frente a una segunda vuelta electoral en Colombia, indica que Petro gana en todos los escenarios. Según INVAMER, un enfrentamiento Petro contra Federico Gutiérrez, sería para el primero con un 52,4% frente a un 45,2% del segundo. Para YANHASS la distancia es más holgada, pues el candidato del Pacto Histórico llegaría a un 47% frente a un 35% que lograría el candidato contendor. Por último, el CNC le da un 47% a Petro frente a un 39% de Gutiérrez.
Quién es Petro
Gustavo Petro es un político que proviene de la clase media, con estudios universitarios, que no pasó estrecheces en su vida, pero tomo conciencia de que en su entorno había millones de colombianos que sí las pasaban. Su activismo político comenzó contra las desigualdades que azotan a una nación profundamente clasista. Primero como concejal independiente en Zipaquirá, después como parte clandestina de la guerrilla del M-19, donde tuvo un desarrollo como cuadro político urbano y estudiantil más que militar con un punto fuerte en oratoria, Gustavo Petro nunca fue parte de acciones armadas. Un sector importante de sus seguidores cree que es una esperanza de cambio, lo que contrasta con el odio destilado por una parte de votantes que lo consideran “extremista” y un “peligro” para Colombia. Lo cierto es que su proyecto actual del Pacto Histórico es una opción muy transversal en el arco ideológico, con integrantes que van desde la izquierda a la centroderecha. Petro, a sus 62 años afronta su tercera carrera presidencial con un contexto social a favor que pide cambios históricos en su país.
A escasas horas de la primera vuelta, Petro con las encuestas a favor, ha dado una orientación clara a sus adherentes: “A partir de hoy todas las fuerzas, las personas que nos apoyan, a la calle, al barrio y a la vereda, a pintar murales, a hacer afiches, a convencer al público de la necesidad del cambio”. En el país cafetalero crece la polémica en torno a esta posibilidad única, mientras la victoria electoral de las fuerzas de izquierda y democráticas agrupadas en el Pacto Histórico son ya un hecho irreversible y de gran relevancia regional.
America Latina asiste a un momento político colombiano significativo y de expectativas esperanzadoras para el pueblo y el futuro de Colombia: el trabajo político de las fuerzas progresistas lideradas por el Pacto Histórico ha creado las condiciones para un ascenso popular que contribuye a limitar los espacios de acción de la derecha.
El pueblo colombiano, harto de la miseria causada por el modelo neoliberal impuesto con violencia por la derecha política, ha decidido movilizarse contra los que pretenden mantener ese modelo tan expoliador que solo beneficia al capital nacional y al extranjero y apostar por un cambio histórico.