La gesta libertaria que tuvo definitiva expresión en la victoria independentista de la Batalla de Pichincha, fue un proceso que movilizó ideales de libertad, democracia, republicanismo y propósitos de soberanía, vigentes en la actualidad. El gran logro de la Independencia es habernos emancipado del colonialismo español, un hecho inédito en la historia universal, puesto que no hay otra región del mundo que haya roto con el coloniaje como lo hizo América Latina. Sin embargo, en nuestros días, surgen expresiones que desconocen o no logran comprender este acontecimiento histórico en su real dimensión.
El gobierno de España, a través de su embajada, realizó la donación de un mural del artista español Okuda San Miguel, a la ciudad de Quito, como parte de la conmemoración del Bicentenario de la Batalla de Pichincha que conmemora el país. En la obra develada por el alcalde Santiago Guarderas en el bulevar de la Plaza 24 de mayo, se observan imágenes de tradicionales bordadoras de Llano Grande y la figura de un Pikachu en forma de sombrero, personaje protagónico de la serie de anime Pokémon. La donación de la Embajada de España forma parte del proyecto CaminArte, impulsado por el Municipio para recuperar el patrimonio urbano a través de una serie de murales.
El mural motivó la burla y el rechazo de los quiteños y habitantes de la ciudad por considerarlo ofensivo y fuera de lugar: “¿Qué hace un Pikachu en un mural del Bicentenario?”, es la pregunta recurrente en las publicaciones de los internautas.
El Instituto Metropolitano de Patrimonio explicó que la obra no representa ni ha sido inspirada en la gesta de 1822, y el alcalde Santiago Guarderas pretendió justificar el dislate del gobierno español con el obsequio del mural -por decir lo menos- impertinente, en el contexto histórico de la ciudad y la conmemoración del Bicentenario independentista. El edil argumentó que se trata de “un gran error de apreciación” y que dicha expresión de “arte contemporáneo” no tiene nada que ver con el Bicentenario: “La obra no representa ni ha sido inspirada en la batalla de Pichincha, sino que se trata de un homenaje creativo a las expresiones del patrimonio inmaterial simbolizado en bordadoras tradicionales”, señala la versión municipal. Sin embargo, el Municipio anunció el hecho en su cuenta de Twitter en estos términos: “A través de @PatrimonioQuito y la @EmbEspEcuador, hoy se entregó en el Bulevar 24 de mayo, un mural pintado por el artista español Okuda San Miguel. Esta obra artística es parte del proyecto #CaminArte y se realiza en el marco del Bicentenario”.
Resulta un despropósito querer manipular la conciencia de la ciudadanía quiteña que tiene perfectamente claro que el obsequio español resulta una ofensiva burla a la ciudad y sus habitantes. Personeros del Municipio manifestaron que “no abrirán las puertas a la censura” a un artista como San Miguel. En comunicado oficial, el Instituto Municipal de Patrimonio explica que el artista Okuda San Miguel es uno de los mayores exponentes del muralismo español y del planeta”, y que “ha elaborado su mural en Quito luego de un proceso creativo de sensibilización personal en el que pudo conocer a las bordadoras tradicionales de Llano Grande (…) Su obra tiene de modernismo pop, contenido multicultural y mensajes de paz dentro de un mundo globalizado”. El comunicado municipal aclara que la presencia de San Miguel en Quito se debe a la gestión de varias instituciones, entre las que destacan Universidad Central, Universidad San Francisco, Ayuntamiento de Llanos de Aridane y Gobierno Autónomo de las Islas Canarias, con “el invaluable apoyo” de las empresas privadas Movistar y Pintulac.
Se puede entender, incluso, que en el gesto diplomático del gobierno de España, resulte natural reiterar una visión colonialista, culturalmente invasiva, convencido de que puede volver a imponer paradigmas ajenos a nuestras cosmovisiones originarias, como lo hicieron sus antepasados con la cruz y la espada que impusieron su religión y su forma de gobierno feudal en nuestros territorios ancestrales.
Cuando los valores heredados de la gesta de Independencia son, precisamente, haber acabado con el colonialismo español, sus formas políticas y culturales, la historia nos sugiere el desafío de una segunda independencia. Esa es la herencia, emanciparnos de toda expresión neocolonial que hoy, a través de la cultura del neoliberalismo, pretende instaurar formas de organización política, modalidades de producción económica y condiciones de formación social en nuestro país.
El ofensivo mural debe ser retirado de la ciudad de Quito. Bien hace el pueblo quiteño en rechazar rezagos del coloniaje español, con digno espíritu independentista y soberano.