Se dice popularmente que la voz del pueblo es la voz de Dios. Cierto o no, dice la voz popular -en un 64%- que más de la mitad de los políticos son corruptos, según lo establece el informe Cultura política de la democracia en Ecuador y en las Américas 2021. Dicho estudio fue realizado con base en las encuestas de Barómetro de las Américas realizadas por la organización Latin American Public Opinion Proyect (LAPOP), circunscrita a la Universidad de Vanderbilt, EE.UU. El informe tiene el apoyo de la Corporación Participación Ciudadana, la agencia norteamericana para el desarrollo USAID y la Escuela de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales de la Universidad de las Américas (UDLA).
La evaluación ciudadana incluyó, además, aspectos relacionados con el funcionamiento de la democracia en la región, los procesos electorales y diversos aspectos institucionales, así como derechos humanos, seguridad ciudadana, impacto de la pandemia y violencia de género. La encuesta fue realizada con una metodología basada en consultas telefónicas a 3.022 ciudadanos y residentes en el país, entre el 4 de junio y el 27 de julio del 2021.
Opinión popular en cifras
En opinión de los ciudadanos consultados, la democracia tiene un apoyo del 63% de quienes consideran que “es preferible a cualquier otra forma de gobierno”, mientras que un 44% toleraría una dictadura militar que tome el poder frente a la corrupción y un 39% que lo haga por una emergencia de salud pública.
La percepción de corrupción prevalece entre los ciudadanos ecuatorianos. El 13 % mencionó que un policía le solicitó una coima en los últimos doce meses. Un 10% denunció que fue víctima de un servidor público y el 25% que fue victimado por un delincuente en el mismo periodo de tiempo.
La desconfianza en la democracia indirecta es tal, que los índices de tolerancia a un golpe de Estado civil llevado a cabo por el poder Ejecutivo se encuentran en un punto alto: “un 35% justifica que el presidente de la República cierre la Asamblea Nacional, en momentos difíciles”. La popularidad y satisfacción con la democracia aumentó en la región, pero es menor que hace una década: el 56% de los ecuatorianos se siente satisfecho con el sistema democrático, no obstante que el 65% de la población prefiere un sistema que “le garantice ingresos y servicios básicos por encima de las elecciones”. Además, un 27% se inclina por un sistema que garantice ingresos y servicios básicos por sobre la libertad de expresión, en tanto, el 75% se muestra favorable a la democracia directa y un 54% se pronuncia porque las leyes sean creadas por expertos en lugar de políticos electos por el pueblo. Llama la atención que Ecuador sea el país con el porcentaje más alto de ciudadanos que prefiere “un sistema que garantice ingresos y servicios básicos por sobre la posibilidad de elegir autoridades”, sin duda, como un reflejo de la crisis económica.
La región está volviendo a confiar en sus sistemas electorales. En nuestro país, 4 de cada diez ecuatorianos confía en las elecciones (41%), el 56% considera que “los votos son contados correctamente algunas veces”, mientras que el 44% cree “que los ricos siempre compran elecciones” y el 25% sostiene que los gobiernos extranjeros pueden influir en los resultados electorales locales.
Crisis pandémica y económica
La pandemia es un factor que incide en la situación económica según la encuesta. El 39 % de los ciudadanos consideró a la pandemia como el principal problema del Ecuador, frente al 25 % que tenía a la economía como principal problema. Un 67 % de los ecuatorianos considera que su situación económica, familiar o personal, es peor que hace doce meses y de ellos el 82 % cree que eso se debe al coronavirus.
Humana o divina, la voz del pueblo -vox populi- deberá ser considerada seriamente por los gobiernos responsables de la situación social del país. Cuestión de elemental lógica política.