El mandatario chileno, Gabriel Boric, el más joven de la historia del país, asumió la presidencia de la República en sobria ceremonia de transmisión de mando que tuvo lugar en el Congreso Nacional, en la ciudad de Valparaíso.
Caía la tarde en Santiago y en el mismo lugar desde donde Salvador Allende hace medio siglo prometía a su pueblo cumplir con el mandato popular y salir solamente muerto del Palacio de la Moneda, desde los balcones de la sede de Gobierno en la histórica Plaza de la Constitución en un emotivo discurso presidencial, Boric comenzó diciendo: “Este Chile hecho de diversos pueblos y naciones instalado en una cornisa del continente entre las cordilleras imponentes y su océano mágico, entre el desierto y los hielos antárticos, enriquecido y transformado por el trabajo de su pueblo; es este Chile que solo en un puñado de años, y ustedes lo han vivido, ha debido atravesar terremotos, catástrofes, crisis, convulsiones y una pandemia mundial y violaciones a los derechos humanos que nunca más se repetirán en nuestro país, pero en el que siempre nos sacudimos el polvo, nos secamos las lagrimas ensayamos juntos una sonrisa, nos arremangamos y seguimos chilenas y chilenos, siempre seguimos”.
El flamante presidente chileno manifestó necesitar, existencialmente, compartir con su pueblo la emoción de entrar en el palacio de la Moneda, sede de gobierno chileno, un pueblo protagónico en este proceso: “No llegamos aquí solo para ocupar cargos, llegamos aquí para entregarnos en cuerpo y alma al compromiso de hacer mejor la vida de nuestra patria”, manifestó.
Dijo Boric, haber mirado “las caras de los chilenos las de las personas mayores cuya pensión no les alcanza para vivir porque algunos decidieron hacer de la previsión un negocio, las de quienes enferman y sus familias no tienen como costear los tratamientos médicos, las de los estudiantes endeudados, las de los campesinos sin agua, las de las mujeres que cuidan a sus niños, las de las familias que siguen buscando a sus detenidos desaparecidos, que no los dejaremos de buscar, las de las disidencias y diversidades de género que han sido discriminadas por tanto tiempo, las de los artistas que no pueden vivir su trabajo porque la cultura no es lo suficientemente valorada en nuestro país, las de las dirigentes que luchan por una vivienda digna en las poblaciones de Chile, las de los pueblos originarios despojados de su tierra, las de la clase media acogotada, las de los niños y las niñas, las caras de las zonas más aisladas como el Magallanes de donde vengo, las de quienes viven en la pobreza olvidada, con ustedes es nuestro compromiso”.
Boric hizo un reconocimiento a los presidentes chilenos que le antecedieron:
“Hoy iniciamos un periodo de grandes desafíos de inmensa responsabilidad. No partimos de cero, Chile tiene una larga historia y este día nos inserta en esa historia. Iniciar mi mandato como presidente de la República es hacernos parte de una historia que nos excede a todos, pero que al mismo tiempo le da forma y sentido a nuestra mirada. Por aquí pasaron miles de personas que hicieron posible la expansión de la educación pública, el reconocimiento de las mujeres, la democratización del país, el reconocimiento de los derechos sociales. Por aqui pasó Balmaceda y su dignidad chilena, Pedro Aguirre Cerda y su gobernar es educar, Eduardo Frei, el compañero Salvador Allende y la nacionalización del cobre, Patricio Aylwin y la recuperación de la democracia, Michelle Bachelet abriendo caminos inexplorados con la protección social. Aquí se escuchan los ecos de quienes anónimamente se han levantado contra la opresión, defendiendo los derechos humanos exigiendo verdad y justicia. Por acá resuena el clamor feminista y su lucha por la igualdad. Pero estas paredes también han sido testigos del horror de un pasado de violencia y opresión que no hemos olvidado y no olvidaremos, por donde hablamos hoy ayer entraban cohetes y eso no se puede volver a repetir en nuestra historia. Este palacio, esta plaza, este país tienen historia y a esa historia también nos debemos. Hoy en este camino difícil que la ciudadanía decidió echar andar en unidad, vienen a mi mente y a mi corazón los días en que junto a muchos de los aquí presentes marchábamos juntos por un futuro digno. No va a ser este gobierno el fin de esa marcha vamos a seguir andando y el camino sin duda va a ser largo y difícil. Hoy los sueños de millones de personas están acá empujándonos, dándonos sentido para llevar a buen puerto los cambios que la sociedad demanda. Chilenas y chilenos, mi sueño es que cuando terminemos nuestro mandato podamos mirar a nuestros hijos y sintamos que hay un país que nos protege, que garantiza derechos y retribuye con justicia el sacrificio que cada uno hace para el desarrollo de nuestra sociedad”.
Boric auguró desde hoy un futuro complejo en su país:
“Sabemos que el complimiento de nuestras metas no será fácil, que enfrentaremos crisis externas e internas, que cometeremos errores que debemos enmendar con humildad apoyándonos en el pueblo de Chile. Vamos a vivir tiempos desafiantes y tremendamente complejos”.
En ese instante del discurso el presidente sintió el apoyo de su pueblo que coreaba: “Boric amigo el pueblo está contigo…”.
El mandatario hizo un convincente llamado a la unidad de todos los chilenos: “Tenemos que abrazarnos como sociedad, volver a querernos volver a sonreír, más allá de los discursos qué importante es cuando en un pueblo nos queremos, salimos adelante juntos, eso es lo que tenemos que construir, compatriotas. Sabemos que la economía sigue resentida y que el país necesita ponerse de pie y repartir de manera justa la riqueza, necesitamos distribuir la riqueza que producen los chilenos. A eso se suma un contexto internacional marcado por la violencia, Chile promoverá siempre los derechos humanos en todo lugar y sin importar el color del gobierno que los vulnere. Desde Chile en nuestra América Latina porque somos profundamente latinoamericanos y un saludo a nuestros pueblos hermanos. Desde este continente haremos esfuerzos porque la voz del sur se vuelva a escuchar firme en un mundo cambiante, tenemos que trabajar juntos con los pueblos de otros países. Practicaremos la autonomía política a nivel internacional, sin subordinarnos nunca a ninguna potencia”.
Promesas presidenciales
Boric prometió un gobierno participativo y dialogante:
“Como presidente de Chile no le haremos el quite a los problemas, vamos hablar con ustedes para contarles el porqué de nuestras decisiones, que este sea el gobierno del pueblo y ustedes lo sientan como su gobierno. Seré el presidente de todos los chilenos y chilenas. Vamos lentos porque vamos lejos, y no vamos solos. Quiero hacerles un llamado que nos acompañemos, caminemos juntos la ruta de la esperanza y construyamos el camino hacia un país que sea digno y justo”.
Prometió Boric preocuparse por la salud física y mental, por la educación, recuperar la economía sin reproducir sus desigualdades, crecimiento sustentable, crecimiento de pequeñas empresas, enfrentar la delincuencia y reparar las heridas que quedaron del estallido social. Prometió retomar el control de las fronteras frente a la migración. En el conflicto del Estado con el pueblo mapuche, prometió recuperar la confianza después de décadas de abuso y el camino será el diálogo, la paz, el derecho, no nos veamos como enemigos.
Hizo la promesa en su primer año de gobierno, acompañar de manera entusiasta el proceso constituyente: “Necesitamos una Constitución que nos una, diferente de la que fue impuesta a sangre y fuego por la dictadura, una Constitución que nazca en democracia y sea para el presente y para el futuro”.
Finalmente, el nuevo presidente de Chile concluyó evocando la figura y las palabras de Salvador Allende ante el pueblo de Chile:
“Queridos habitantes de nuestra tierra, asumo hoy con humildad, con conciencia de las dificultades del mandato que ustedes me han confiado, solo con la acción colectiva podremos fundar una sociedad más digna para todos y todas. Sé que en cuatro años más el pueblo de Chile nos juzgará por nuestras obras y no por nuestras palabras. Como pronosticara hace casi cincuenta años, Salvador Allende: estamos de nuevo, compatriotas, abriendo las grandes alamedas por donde pase el hombre libre, para construir una sociedad mejor.