Una nueva investigación identificada como “Estudio comparativo de la gobernanza de los conflictos asociados a la minería del cobre en Chile, el Ecuador y el Perú”, se propuso analizar la gobernanza de los conflictos sociales asociados a las actividades de exploración y explotación a gran escala del cobre en los tres países sudamericanos. Como primera conclusión, el estudio estableció que un escenario de auge en los precios de las materias primas incentivará a una mayor presión sobre la extracción y exportación de los minerales y tenderá a activar viejos y nuevos conflictos socioambientales asociados a la minería.
La investigación realizada por la División de Recursos Naturales (DRN) de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) de las Naciones Unidas, analizó la gobernanza y explotación de los recursos naturales y sus efectos provocados sobre los pilares del desarrollo sostenible. La investigación fue realizada en el marco del Programa de Cooperación regional para la gestión sustentable de los recursos mineros en los países andinos (Min Sus), ejecutado por la CEPAL en cooperación con la Deutsche Gesellschaft für Internationale Zusammenarbeit (GIZ) y financiado por el Ministerio Federal de Cooperación Económica y Desarrollo de Alemania (BMZ). El mencionado programa se propone favorecer la gestión sostenible de la actividad minera en los países de la región andina desde una integración transparente en las cadenas globales de suministro y valor y la utilización de información y salvaguardas sociales y ambientales en el análisis económico del sector.
Interrogantes claves
Particular énfasis puso el estudio en la identificación de los desafíos de gobernanza en el sector minero frente al nuevo auge en los precios de las materias primas, que traerá consigo una mayor presión sobre los flujos de extracción y exportación de minerales. Circunstancia que estimulará en la actualidad conflictos asociados a la minería reavivando viejos intereses asociados a la actividad anti industrial.
Ante dicha perspectiva el estudio compara la gobernanza de conflictos sociales y de participación ciudadana, asociados a las actividades de exploración y explotación a gran escala del cobre en Chile, Ecuador y Perú, considerados los más relevantes o emblemáticos ocurridos en estos países, a la postre, los mayores productores cupríferos del mundo en las dos últimas décadas. El informe señala que en cada uno de los países estudiados -con historias, contextos, estrategias y políticas distintas-, los conflictos sociales asociados a la minería han aumentado en cantidad e intensidad en los últimos veinte años, por lo que se constituyen en la actualidad en uno de los principales desafíos de la política minera y su problemática.
La problematización, según el estudio, supone algunas interrogantes claves: ¿Cuáles son las diferencias y semejanzas en los mecanismos de respuesta desde el Estado en la gestión de los conflictos mineros? ¿Cuáles son las estrategias de actuación de los ciudadanos y las comunidades en los conflictos mineros? ¿Qué tipo de acciones han utilizado las empresas mineras frente a los conflictos a nivel local, nacional e internacional? ¿De qué forma los conflictos pueden ser una fuente de innovación social en los países andinos? ¿Cuáles son los desafíos de gobernanza en el sector minero?
Las cuestiones señalas apuntan a solventar los objetivos del estudio que son: a) identificar los mecanismos de respuesta del Estado en la gestión de los conflictos mineros; b) determinar cuáles son las estrategias de actuación de los ciudadanos y las comunidades en los conflictos; c) analizar qué tipo de acciones han utilizado las empresas mineras frente a los conflictos; y, d) comprender de qué forma los conflictos pueden ser fuente de innovación social en los países andinos.
Frente a esta realidad descrita en el estudio, bien harían los principales actores del proceso industrial minero -Empresa, Estado, Comunidad- en identificar estrategias para asumir los nuevos desafíos de solventar una actividad no exenta de conflictos, y llamada a convertirse en fuente de desarrollo económico de aquellos países que toman conciencia de que la presencia de recursos naturales bajo el subsuelo de sus territorios no es una fatalidad geográfica y que, en el mediano plazo, puede convertirse en una oportunidad histórica.