Cambia todo cambia, cambia todo en este mundo, nos dejó dicho Mercedes Sosa. Y Roberto Navarrete confirmará este viernes en Casa Égüez que lo más conservador suele ser el cambio. Un cambio que, no obstante, hace que la historia se repita, reviva en la añoranza. Ese es el poder de la música, de la palabra poética hecha canción que nos devuelve siempre viejos anhelos fundidos a nuevas razones de vivir.
La noche de este viernes revivirá la negra Sosa en la voz de un cantor con oficio, con virtuosismo en la guitarra y con verdades en la conciencia social de un artista ya consagrado en las lides solidarias de la lucha social. Es que Roberto Navarrete ha estado en todas, en las que se le pida, con su voz y su guitarra portadoras de un mensaje afirmativo de esperanza. En las luchas del pueblo chileno, en la fe del pueblo argentino, en la resistencia del pueblo cubano y, por cierto, en las batallas de su propio pueblo, el ecuatoriano.
Formado en la tradición y en la nueva canción latinoamericana, Roberto interpreta todo en su repertorio, desde la Trova cubana, la Nueva Canción Chilena, la música argentina, los ritmos venezolanos y, desde el fondo de sus ancestros, la música ecuatoriana, la de siempre y la nueva, confirmando que los acordes latinos responden a un solo sentimiento unitario.
Cuando Roberto conoció la música de la Sosa pudo ser tal vez un niño, y la negra lo hizo crecer en un doble sentido, en los años de experiencia y en sabiduría musical. Oriundo de Otavalo, Roberto se vino a la capital con el bagaje al hombro de una familia de músicos desde sus ancestros, y luego adquirió sapiencia con maestros de la talla de los cubanos Vicente Feliú y José Ángel Pérez, entre otros referentes artísticos. Desde temprana edad cultivó el formato de la trova latinoamericana clásica, sin soslayar vivencias junto al repertorio de nuevos trovadores como Trovando Ando y Trova Sur. Roberto proclama su decisión de vincularse al formato “no comercial, donde importa el contenido que se vincula a una vieja guardia de lucha”.
–La música es parte del movimiento social y del lenguaje que se debe utilizar para reivindicar cuestiones sociales, es una herramienta eficaz para decir las cosas de manera estética. La música es contestataria a las injusticias que oprimen a los pueblos. La música te puede enseñar, visibilizar y movilizar muchas cosas y gentes.
Mientras escucho sus palabras, guitarra en mano, en el horizonte de mi mente gira la esperanzadora frase del gran cronopio, Cortázar: Nada está perdido si se tiene el valor de proclamar que todo está perdido y hay que empezar de nuevo. Por eso la negra Sosa tiene razón, cambia, todo cambia.
Tributo a Mercedes Sosa. Roberto Navarrete en concierto en Casa Égüez, viernes 10 de diciembre desde las 19h00.