En la historia minera de Ecuador, desde comienzos del siglo XX, empresas extranjeras y nacionales vienen explotando principalmente oro, en la zona de Zaruma y Portovelo, al sudoeste del país, a la par con el aprovechamiento de vetas auríferas por parte de comunidades indígenas locales. Sería la crisis de las empresas mineras pioneras a fines de los años 70 e inicios de los 80, un factor que provocaría una expansión de la pequeña minería aurífera.
Hoy la minería a gran escala en Ecuador es una realidad. En el año 2016, en el país había 790 mil hectáreas concesionadas a empresas mineras, en 2018 aumentaron a 3 millones. Se calcula que el área donde se practicará la extracción de minerales -oro, cobre y plata-, es 90 veces mayor que la superficie del Parque Nacional Cotopaxi. El proyecto Mirador, ubicado en el sur de la Amazonía ecuatoriana, es el primero de minería a gran escala en Ecuador, con un tipo de minería a cielo abierto en la que se extraen grandes cantidades de oro, cobre, plata y otros, a cargo de grandes empresas trasnacionales. En su desarrollo, la minería supone diversas fases de prospección, exploración, explotación, beneficio, fundición, refinación y comercialización de minerales metálicos y no-metálicos. Si bien la minería metálica tiene una incidencia marginal en la economía nacional, la minería no-metálica abastece a la industria de la construcción.
Conviviendo junto a conflictos de carácter político, social y ambiental, el sector minero tiende a consolidarse en la última década como el más dinámico del país en la extracción y procesamiento de minerales metálicos. Conforme cifras oficiales, más de 80% del área concedida tiene fines de exploración — generalmente a cargo de empresas internacionales–, mientras que la explotación queda a cargo de múltiples unidades que, por sus bajos niveles de producción e inversión, se sitúan en la pequeña minería o minería de pequeña escala.
No obstante, durante el año 2020, la minería generó $ 810 millones de dólares en exportaciones, y permitió recaudación de $ 430 millones por impuestos y captó $ 374 millones por concepto de Inversión Extranjera Directa. Según estadísticas del Banco Central del Ecuador (BCE), entre enero y noviembre de 2020, la exportación de productos mineros alcanzó un valor de $ 810 millones, reflejando un crecimiento del 206% comparado con el mismo periodo del 2019 en el cual estos rubros sumaron $ 265 millones de dólares. Hasta el mes de noviembre del 2020, los minerales representaron el 4,4% de las exportaciones totales del país. Los minerales se ubicaron como el sexto producto más exportado después del petróleo, camarón, banano, enlatados de pescado y cacao; y superando a productos de exportación primaria como flores y madera. Hasta el tercer trimestre de 2020, el sector registra $ 374 millones de dólares en Inversión Extranjera Directa (IED), posicionando a la minería como la actividad que más divisas extranjeras ha captado, ocupando el 41,73% del total nacional de inversión extranjera. En el año de la pandemia la inversión extranjera directa creció a $ 1. 016, 09 millones de dólares, apalancada en la inversión minera.
Las exportaciones mineras el año pasado totalizaron $ 921 millones. Eso incluyó las ventas de cobre de la mina Mirador propiedad de Ecuacorriente, una unidad del consorcio chino CRCC-Tongguan, y las ventas de oro de la mina Fruta del Norte de la minera canadiense Lundin Gold Inc. Hay varios otros proyectos mineros en etapa de exploración en Ecuador, incluida la concesión Cascabel de la minera australiana SolGold Plc y el proyecto Llurimagua, propiedad conjunta de la minera estatal ecuatoriana Enami y la estatal chilena Codelco, según el portal Mingaservice.
Como proyección económica se estimaba que para para el año 2021, en un escenario pesimista, las exportaciones serían del orden de $ 1.646, 03 millones de dólares, con una recaudación tributaria de $ 540,10. En un escenario optimista, se preveía una cifra de $ 2. 039, 55 millones de dólares en exportaciones y tributos por el orden de los $ 1.115, 38 millones de dólares. En la realidad, el presente año cerrará con exportaciones mineras de 1.500 millones de dólares.
Para analizar la realidad y las perspectivas de la minería ecuatoriana conversamos con María Eulalia Silva, presidenta ejecutiva de la Cámara de Minería del Ecuador (CME), gremio con 40 años de vida institucional. Silva, en su trayectoria cuenta con más de 25 años de experiencia liderando la comunicación de diferentes industrias, empresas de servicios y universidades, su último reto fue en la Cancillería ecuatoriana. La representante de CME se focaliza en el diálogo directo con los diversos actores inmersos en la minería y en el fortalecimiento de esta industria que, según manifiesta, se perfila como uno de los pilares para la economía nacional.
¿Qué diagnóstico hace la CME de la minería en el Ecuador?
La minería en Ecuador exhibe un diagnóstico positivo, porque la minería industrial responsable ya es una realidad en el país. A fines del 2019 comenzaron a operar dos minas industriales localizadas en el sur del país y los impactos positivos en la economía ya se pueden ver, no solo en términos de exportaciones y tributos, sino también de empleo y generación de encadenamiento productivo. La curva iba siendo ascendente cada vez se exportaba más minerales como aporte de la pequeña minería, y para 2020 Ecuador logra exportar alrededor de mil millones de dólares en minerales; en lo que va del año hasta agosto 2021 el país exportó $ 961,00 millones de dólares. Se prevé que este año se cierre con más de 1.500 millones de dólares en exportaciones. Esto convierte a la minería en el cuarto rubro en exportaciones de la balanza comercial del Ecuador, superando a las industrias florícolas y cacaoteras; luego del petróleo, banano y camarón, son los minerales los productos más exportados por el Ecuador. En los últimos años, prácticamente, la mitad de la inversión extranjera que el país ha recibido ha venido de la minería. En generación de empleo, solamente las dos minas industriales en el país generan 5 mil puestos de trabajo directo y casi veinte mil puestos laborales indirectos. En el cantón Yantzaza, provincia de Morona Santiago, es donde mayor crecimiento de empleo formal se registra, con una población de 20 mil habitantes y un sueldo promedio de $ 1.400 dólares. La minería es una industria con una capacidad transformadora que puede generar alternativas de desarrollo a zonas donde escasamente hay esas alternativas.
¿Cuál es la posición de los inversionistas y cuáles serían, en este momento, las perspectivas de inversión minera en el país?
Hay voluntad de inversión en el país, aunque el catastro minero está cerrado desde el 2018, pero el gobierno ha manifestado su voluntad de reabrir ese catastro y cuando eso suceda llegarán inversiones nuevas. Independientemente, la inversión de todas aquellas concesiones que empezaron a desarrollar proyectos, continúa. La industria minera pasa por varias etapas antes de comenzar la operación. Primero hay un proyecto de exploración que implica varias fases que requieren varios años y muchos millones de dólares de inversión. En ese sentido, los proyectos que están en marcha siguen avanzando y continúan invirtiendo.
¿Cuál es la expectativa de los principales proyectos mineros en marcha?
Ecuador tiene algunos proyectos en marcha, el estadío de cada uno de ellos difiere, algunos están en etapa inicial de exploración, otros en etapa avanzada, y aquellos que están entrando a estudios de factibilidad y son esos los que, posiblemente, en los próximos años arranquen con construcción de minas. La expectativa es que en los próximos cuatro años tengamos al menos unos cuatro proyectos entrando a la construcción de minas, puesto que construir una mina toma de tres a cinco años.
¿Cómo ve la CME el proyecto Warintza en sus avances?
El proyecto Warintza es muy interesante en Morona Santiago, Lowell es el operador. Es un proyecto en etapas iniciales de exploración, y una de las cosas interesantes es que es un proyecto con un modelo de gestión social y comunitaria muy peculiar, hay una alianza estratégica entre los pueblos de Warints y Yawi con la compañía para el proyecto minero. Es uno de los proyectos en donde se puede ver que la comunidad y el inversionista llegan a un acuerdo por el bien común y están comprometidos con prácticas responsables. Lowell, como todos los proyectos, en el devenir de su trabajo lo que hace es ir explorando distintos puntos y esa exploración, tengo entendido en el caso Warintza, ha tenido muy buenos resultados. Como CME preferimos que sean las mismas compañías quienes se pronuncien.
¿En términos generales, se puede cuantificar la reserva mineral del país?
No se puede cuantificar las reservas por una simple razón: nadie sabe lo que tiene hasta que no termina de explorar. Y para explorar se necesita concesionar. Ecuador es un país muy poco concesionado y, por lo tanto, muy poco explorado. Alrededor del 7% del territorio ecuatoriano está concesionado, sin embargo, en ese pequeño pedacito se ha podido encontrar yacimientos de talla mundial, uno de esos es el proyecto Cascabel, en la provincia de Imbabura. No obstante que no sabemos el volumen de las reservas, sí podemos decir que con dos minas industriales ya somos el cuarto rubro en exportaciones del país, y cerraremos el año 2021 con mil quinientos millones de dólares de exportación.
En el seno de la actividad minera existen algunos conflictos como, por ejemplo, en el noroccidente de Quito en el proyecto Pacto, en el cual la comunidad se opone a la extracción minera. ¿Qué está sucediendo allí?
Hay que decir que uno de los efectos nefastos de la minería ilegal no solamente son los pasivos ambientales que deja, no solamente son las actividades ilícitas asociadas a esta actividad delictiva, no solamente es el robo que se genera al Estado ecuatoriano que no recibe tributos cuando se trata de minería ilegal. El otro impacto nefasto que existe con la minería ilegal es el efecto reputacional con respecto a la minería en su conjunto; es decir, la gente pone en un solo saco cuando oye hablar de minería no diferencia y, de alguna manera, es entendible porque la minería industrial es una industria nueva que tiene poco más de un año en operación. Eso es lo que pasa en Pacto, que es una zona en donde ha habido muchísima minería ilegal, sabemos que algunos ríos de la zona de Pacto, no solamente son ríos contaminados por la minería ilegal, sino por el colapso de los sistemas de servicios sanitarios, son ríos que tienen aguas servidas en sus cauces. La gente dice: esto es cuestión de la minería. En cuanto a minería industrial, todavía está en una etapa inicial y no hay grandes movimientos en la zona de Pacto. Este proyecto de minería responsable tiene una buena relación con la comunidad, sin embargo, la zona en general es bastante conflictiva por las condiciones mencionadas.
A propósito de la minería ilegal, ¿qué hacer con esta actividad, se trata de formalizarla?,¿qué hace falta para este propósito, políticas públicas, voluntad empresarial?
Como CME nos reservamos ese concepto. La minería ilegal es una actividad delictiva, no se trata solamente de que actúan contaminando ríos. Se dio en la localidad de Buenos Aires, no solamente había pasivos ambientales, había además tráfico de armas, tráfico de personas, había tráfico de drogas, había niños trabajando; entonces, la formalización no es una opción. Si extrapolamos con otras actividades delictivas, diríamos que hay otras actividades delictivas que requieren formalizarse, y eso no es así. La solución es un mayor control que tiene que ejercer el Estado y se hace cumpliendo las leyes y con organismos más fuertes, no solamente con una Agencia de Regulación y Control Minero, sino también una Fiscalía que persiga a esos delitos, jueces que no dejen dormir el sueño de los justos a esos procesos, sí se necesita fortalecer al Estado desde las distintas instancias para ejercer ese control y se castigue a quien tenga que castigarse.
¿Podemos decir, entonces, que la minería ilegal no es una actividad de sobrevivencia de ciertas comunidades, sino que está en manos de la delincuencia y el narcotráfico como generación y lavado de dinero?
Así es. No hay que confundir con minería artesanal que es un régimen de minería previsto por la ley, es una actividad de supervivencia en ciertas comunidades. Por supuesto cualquiera sea el tamaño del proyecto de minería artesanal o minería industrial, todos tienen que sujetarse a las disposiciones de la ley. Por supuesto existe minería artesanal como sobrevivencia y, obviamente, un minero artesanal no va a tener las condiciones tecnológicas que puede tener una minería a gran escala, pero sí es necesario también que esa minería se dé la manera más regulada. Lo que sí es que no podemos tranzar con la minería ilegal.
¿Cómo evalúa la CME el anuncio de aceptación del Ecuador para formar parte de la iniciativa denominada Transparencia de las Industrias Extractivas IETI? Valore la importancia de esta iniciativa.
Es super importante, esta es una iniciativa que arrancó hace varios años y el pionero en esto fue el Reino Unido. Se buscaba un mecanismo que pueda transparentar las condiciones en las que se da un contrato de tipo extractivo, sea petrolero o minero. Ecuador, efectivamente, desde hace un año es parte de esa iniciativa que busca implementar esta herramienta que permita a los ciudadanos hacer una trazabilidad de esos recursos. Así vamos a saber todos cómo fueron dados esos contratos y cómo retorna a la comunidad los beneficios de esa actividad extractiva. De hecho, el IETI Ecuador está conformado por el grupo multipartícipe que tiene tres integrantes, el gobierno, la industria y la sociedad civil. Es decir, están ministerios, la CME y algunas organizaciones ciudadanas que apoyando las buenas prácticas y transparencia de la actividad, finalmente tendremos herramientas que nos permitan entender cómo se da la industria, sus contratos y cómo retornan los beneficios a las comunidades donde están los proyectos.
El gobierno ha sugerido la iniciativa de desarrollar una refinería minera en el país, y habla de dos mil millones de dólares de inversión, ¿Por qué la CME considera todavía prematura a esta iniciativa, según se ha pronunciado?
Porque para considerar una refinería se necesita tener una industria minera desarrollada porque requiere de mucha inversión. Todavía no hay los montos de producción que ameriten una refinería, tomando en cuenta, además, que exportamos cobre y oro, de tal manera que son dos minas produciendo dos minerales distintos.
En el marco del XVI Encuentro Anual de Minería, ENAEP 2021. realizado en octubre, las autoridades del sector energético ratificaron la política oficial en relación a la atracción de inversiones en sectores estratégicos como la minería sustentable y, además, se enfatizó en que Ecuador abre las puertas a la inversión minera desarrollada en forma estratégica e inclusiva. ¿Cómo evalúa la CME esta posición del gobierno?
Es positivo. El 5 de agosto pasado el presidente Lasso firmó el Decretó 151 que contiene el Plan de acción para el sector minero en donde se refrenda el compromiso de mantener la seguridad jurídica, pero también se exige prácticas de transparencia, innovación, responsabilidad ambiental, responsabilidad social. El presidente ha mostrado su intención de levantar un portafolio de inversiones de 30 mil millones de dólares en cuatro años y sin duda la industria minera será un actor importante en ese portafolio. Como industria, se busca seguir invirtiendo. El gobierno se compromete a algunas acciones para atraer esa inversión, la seguridad jurídica, el compromiso de agilitar los trámites represados que están rezagados en el Ministerio del Ambiente desde hace años. Para sacar adelante al sector minero y tener una minería desarrollada y responsable, por supuesto está la industria ahí firme, pero también se necesita el apoyo y la decisión política del Estado. Con el Decreto 151 de está refrendando esa decisión política, pero tiene que pasar del papel a la realidad porque es un decreto que no solo beneficia al sector minero, sino también a los ecuatorianos porque una minería bien hecha es una minería que beneficia a quien se está formando para ser parte de esta industria en responsabilidades operativas, técnicas y corporativas, y también a las comunidades de influencia que están remotas y que no tienen muchas alternativas de desarrollo y que pueden verse beneficiadas de empleo directo. No podemos morirnos de hambre sobre la veta de oro, ni tampoco podemos decir no a la minería, los minerales son parte de la vida de todo ser humano, están en todo. Si se necesita, y tenemos recursos, es el momento de aprovechar eso en beneficio de todos. No podemos vivir eternamente endeudados.
Se habla del Círculo Virtuoso de la Minería Responsable ¿Cómo entiende la CME este concepto?
Ese circulo virtuoso es un esquema de ganar-ganar. Es decir, gana el inversionista, gana el Estado, pero gana el obrero, el emprendedor, la cadena productiva y sí se convierte en un círculo. No se trata de una industria hecha por inversionistas extranjeros que se llevan, se benefician y se van; se trata de permitir una industria con todos los componentes alineados, Estado, industria y comunidad. Las minas tienen un fin no son eternas, duran algunos años y quedan después de eso las industrias que se generen a partir de la minería. En Chile, que tiene una economía desarrollada, sostenida por la minería, las industrias que se generaron a partir de la minería facturan tres veces más que la misma minería. Ese es el poder transformador de la minería.
En este momento en que el país vive la crisis de un enfrentamiento entre el Estado y sectores opuestos a la minería -como el indigenismo y el ecologismo- y una de las exigencias de estos sectores es oponerse a la industria extractiva ¿Qué ha percibido la CME en torno a la voluntad política del gobierno de mantener la concesión minera, es una línea roja, o va a tranzar con la oposición y dar marcha atrás frente a esas concesiones?
Siempre llama la atención que todas estas posiciones radicales respecto a la minería son difundidas desde sus dispositivos electrónicos que utilizan minerales, es decir, hay un doble discurso. No se puede decir no a la minería, porque simplemente se usa minerales. Es decir, usemos minerales, pero aquí no los explotemos. Con respecto a la voluntad del Estado, el Decreto 151 claramente establece la seguridad jurídica. Más allá de la minería, sería un mensaje nefasto al mundo que se retroceda y se deje de honrar los convenios establecidos en los contratos. El contenido de un contrato tiene fuerza de ley; en ese sentido, el presidente del país ha sido muy claro en cuanto a la seguridad jurídica, y en cuanto a que se van a respetar las concesiones. Las exigencias de los movimientos ecologistas tienen que aterrizar en la realidad, hoy mismo el 32% de los ecuatorianos vive en situación de pobreza, siete de cada diez hombres y mujeres de la población económicamente activa en edad de trabajar, no tiene trabajo. Entonces, tener esas posiciones extremas no llevan a nada. Va haber minería, y si no se permite la minería legal responsable, lo único que se va hacer es permitir la proliferación de minería ilegal. Obviamente, no podemos hablar por el gobierno, pero el presidente ha mostrado en varias ocasiones su voluntad de levantar inversión extranjera y todos sabemos que la inversión extranjera se da en tanto y en cuanto hay seguridad jurídica. Un país que no respeta las obligaciones y los compromisos adquiridos, pues, está ahuyentando inversiones -e insisto- eso está claramente establecido en el Decreto 151 en el que se garantiza la seguridad jurídica.