El encuentro Bienal Universitaria de Arte Multimedial (BUAM 21), Alternativas Presentes, organizado por la Universidad San Francisco de Quito, (USFQ) con apoyo del Consejo de Educación Superior (CES), exhibe en el Centro de Arte Contemporáneo (CAC), en Quito hasta el 16 de diciembre, 24 proyectos seleccionados entre 147 aplicaciones que respondieron a la convocatoria. En una reflexión sobre el presente convulso por la pandemia, la muestra híbrida tiene un componente presencial y otro virtual que exhibe obras en diversos formatos de grabado, fotografía, video, performances, esculturas, maping, en una muestra multimedial.
Para los curadores Marcelino García y Byron Toledo, “la muestra es una visión crítica que llama a reflexionar sobre formas alternativas de habitar el presente en el contexto del confinamiento pandémico que nos llevó a un alejamiento de las calles, de las personas. Una reflexión crítica que no pesimista sino una forma constructiva, esperanzadora, señala García, además de ser “una visión disconforme que se plantea un pensamiento fuera de todas las restricciones que nos impuso el confinamiento en el habitar”.
El jurado entregó reconocimiento al primer lugar a Ernesto Salazar, autor de la obra Teseobiométrica que se cuestiona “con qué sentido podrían continuar funcionando las maquinas si se reemplaza o se elimina al ser humano del proceso”. Massiel Carillo ganó el segundo lugar con el trabajo Ella y yo, “ese otro yo con la que me mejoraba al desahogarme o quien me estancaba en las emociones de un pasado cercano”, según señala la autora. Christian Proaño logró el tercer puesto con la obra 4 escuelas clandestinas, según la cual “la realidad virtual se convierte en una poderosa herramienta disponible para aprendizajes más horizontales, descentralizados y libres y su apropiación y uso se inserta en la ya larga tradición de los pueblos y nacionalidades de usar tecnologías ajenas adaptándolas a sus necesidades”.
Entre los participantes de la muestra se encuentran Registro Aurora, Gabriel Arroyo, Laboratorio Disonancia, David Jarrín, Massiel Carrillo, Christian Proaño, Rocío Soria, Iza Páez, Ernesto Salazar, Kevin Ortiz, Rene Martínez, Marcela Correa, Marcia Guaillas, Micaela García, Paula Romero, Katerine Galván. Desiré Corral y Killan Dunne, Colectivo Nudo, Brenda Vega, Colectivo RR, Andrea Alejandro, Edwin Mauricio Cruz y Paola Paredes.
En la muestra también destaca el audiovisual Celda, una producción de Registro Aurora que propone un proyecto de carácter expansivo con varias instrucciones en el contexto pandemia, desarrolladas de manera libre en formato audiovisual, imagen, escritura, y distintos lenguajes dentro de un soporte digital.
En formato de pictograbados, llama la atención la composición de 10 cuadros de la artista Katerine Galván, cuyo origen es la exploración en combinación de diferentes técnicas plásticas y la investigación acerca de la percepción háptica o ciencia del tacto, donde se han empleado medios capaces de provocar cambios en la percepción visual y táctil.
Reflexión académica
La bienal Buam 21 da lugar a una reflexión académica de los miembros de la USFQ, sobre la pandemia, arte y tecnología. “Más allá de ser algo meramente aplicativo o mediacional, la tecnología tiene aspectos transformativos, constituye y hace diferentes a los seres humanos. En la pandemia abocados a reflexionar acerca de experiencias sobre espacialidad y temporalidad, sobre binarios como realidad virtual o realidad ficción, se vuelve urgente reconocer que, en sociedades posindustriales como sociedades fuertemente mediatizadas, la comunicación y la información cumplen en ella un papel protagónico, sobresaliente, decisivo”, según se dijo.
Quizás quien mejor expresa este panorama es Jean Baudrillard y su idea del éxtasis de la comunicación, que permite concebir la situación de cambio social y cultural ocasionado por el avance y la perfección de las técnicas de comunicación y percepción, según la cual las sociedades actuales se rigen por el principio de simulación que prima sobre el principio de producción de la época industrial y sobre el principio de falsificación que reivindicaba la época clásica. Los simulacros de tercer orden se imponen: el sistema, según Baudrillard, comienza a girar sobre sí. Los simulacros se adelantan a los hechos: los medios crean el acontecimiento. Así, lo real no es ya sólo objeto de representación, ahora también es objeto de reproducción indefinida, infinita. La realidad se disipa, la pérdida de referencia de la realidad es paralela a la desmaterialización progresiva de lo social. Todo parece indicar que el éxtasis de la comunicación conduce a la desaparición de lo real. Buam 21 da cuenta de ello.