Fue una orfandad comunicacional de proporciones nunca antes vista durante tanto tiempo, seis o más horas de soledad en un mundo, supuestamente, hipercomunicado. La realidad virtual colapsó y dejó al descubierto el desamparo que se vive en la realidad real sin sus redes y canales de intercambio entre millones de abonados. Cuando aún se especula acerca de las causas de que Facebook, WhatsApp e Instagram silenciaran a millones de seres humanos en su cotidiana comunicación, el mundo no sale de su asombro ante lo vulnerable que pueden ser estas omnipotentes vías de información. Expertos en seguridad cibernética dijeron haber encontrado señales de interrupción en las rutas que conectan a las personas con la red social. Todas las páginas web están en una especie de directorio llamado DNS (sistema de nombres de dominio), pero lo que no se sabe aún es por qué de ese listado desapareció Facebook. Mientras esto sucedía en el mundo virtual el mundo real seguía su curso en silencio, sin vigilancia, sin dar o recibir señales de que es el mundo que existe en la realidad.
Diversos acontecimientos de impacto mundial y local se sucedían durante las horas del apagón tecnológico de las tres redes sociales más usadas en el planeta. Se reabría la caja de pandora para dejar al descubierto a una élite política y económica que, desde sus respectivos países han invertido fortunas en bancos de los llamados paraísos fiscales, eludiendo en su momento el control tributario correspondiente. Entre presidentes, artistas, líderes de opinión y personajes del jet set internacional se revelaba, en la llamada Pandora Papers, la investigación de 300 periodistas acerca de los ocultos intereses de los implicados. Entre ellos, Guillermo Lasso, presidente de Ecuador, quien en su momento negó su participación en el ilícito de invertir en empresas offshore fuera de su país. Ahora queda más claro el empeño de grupos económicos en acabar con los impuestos a la salida de divisas.
Mientras esto ocurría durante el apagón, la crisis carcelaria revelaba nuevos vínculos del narcodelito con la violencia imperante en el país que, según fuentes oficiales, causó el fallecimiento de 118 reclusos durante la masacre acontecida la semana pasada en la Penitenciaría del Litoral. Quedaba al descubierto, en estas circunstancias, un narcoestado intentando reemplazar al Estado constituido con implicaciones paramilitares, en evidente desinstitucionalización del país.
Durante las horas del silencio cibernético, una delegación de la CONAIE encabezada por su presidente, Leonidas Iza, ingresaba a la sede de gobierno en Carondelet a dialogar con el presidente Lasso. Luego de tres horas de reunión los participantes salieron con apreciaciones diferentes sobre los resultados alcanzados. El Gobierno calificó el encuentro como “un diálogo productivo”, la Conaie, en cambio, indicó que salió “sin respuestas concretas del Ejecutivo a sus pedidos”: que se congelen los precios de los combustibles y se deroguen los decretos presidenciales que permiten el alza gradual; la moratoria de los créditos en las instituciones financieras, detener la explotación minera y que se revise el proyecto de Ley de Creación de Oportunidades.
El presidente Lasso, en tanto, no perdía la ocasión para negar su relación con la caja de pandora, además de imponer sus políticas neoliberales mientras la crisis carcelaria se le va de las manos y los acuerdos de su gobierno con la Conaie son una irrealidad. Mark Zuckerberg, fundador y dueño de Facebook, perdía 7 mil millones de dólares durante el apagón de la red, mientras nosotros simples mortales, callados y aislados, perdimos por unas horas el rumbo del universo real, silenciado por el mundo virtual en inquietante aislamiemto.