En medio del verde interminable de los parajes selváticos de la Cordillera del Cóndor, emerge la comunidad Warints a pocos minutos de vuelo en avioneta desde la ciudad de Macas, capital de la provincia amazónica de Morona Santiago.
La vida ha cambiado en esta comunidad shuar aledaña a la frontera con Perú, gracias a los estudios que se vienen realizando en la zona para una posible explotación minera en el macizo al norte de la Cordillera del Cóndor. Warints es una comunidad tradicionalmente aislada de las poblaciones urbanas provinciales, en este escenario de la geografía nacional en el cantón Limón Indanza, atractivas elevaciones custodian sus fuentes de agua transparente, próximas a la vecina localidad de Yawi. Sus habitantes, aspiran que se les construya una carretera, en tanto el mejoramiento local llega al ritmo de la voluntad de su gente, sin ayuda estatal. Las familias del lugar han acondicionado sus viviendas de madera y techos de zing, disponen de tratamiento de aguas residuales para evitar la contaminación del río y otras mejoras. Existe una pista aérea que en gran parte es una adecuación con piedras, y tiene baches por falta de mantenimiento. Uno de los pilotos de las avionetas que aterrizan a diario en la pista dice que él debe traer personalmente en su camioneta material para dar mantenimiento a la pista y poder brindar el servicio aéreo a la comunidad y atender a la empresa que hace los estudios de minería. También la localidad de Warints dispone de una entidad educativa y un subcentro de salud en donde sus habitantes se atienden con médicos y medicinas.
Según el testimonio del colega periodista Wilson Cabrera, de la página digital Conectados, “todo esto cambia a raíz de la presencia de la empresa Lowell que ha hecho un tratamiento, o un acuerdo estratégico con la comunidad, que tiene que ver con la asistencia que le están brindando a sus habitantes y esto es bueno. Por eso creemos que existe diferencia entre lo que antes nos tocaba vivir aquí cuando conocimos estos sectores, las condiciones eran infrahumanas. Niños shuar sufriendo de parásitos y familias shuar alimentándose con productos que cultivan en su tierra, particularmente yuca, plátano, oritos, algo de caza y pesca. Ahora ya tienen acceso a traer otro tipo de alimentos de tiendas y supermercados, cuentan con servicio aéreo que les ofrece la oportunidad de trasladarse a la ciudad de Macas, capital de la provincia de Morona Santiago”. También cuentan con una vía que hizo el gobierno provincial, pero “está secuestrada porque en la comunidad los habitantes que se oponen a la minería no permiten el transito normal y han puesto una especie de control en donde aplican peajes y cobros, totalmente ilegales”, cuenta Cabrera.
La obstrucción de la vía se relaciona con el conflicto fratricida que tienen lugar en el seno del Pueblo Shuar Arutam (PSHA)por el destino de los recursos naturales existentes en la región. Warints y Yawi dos comunidades pertenecientes al PSHA establecieron un convenio por un periodo de tres años con la empresa Lowell para la exploración de eventuales reservas mineras cupríferas que existirían en el subsuelo del lugar. La existencia de recursos naturales en territorios ancestrales del Ecuador es considerada por algunos como una suerte de fatalidad geográfica, mientras que otros ven una oportunidad histórica. Allí donde unos fomentan el aislamiento ancestral, otros bogan por la integración productiva de los pueblos y nacionalidades amazónicas como factor esencial de la reactivación económica del Ecuador. Donde unos profesan anti extractivismo primitivo, otros propugnan la industrialización de los recursos naturales.
La rica discusión trata sobre la defensa ambiental de los territorios, al calor del necesario diálogo consultivo que debe existir con el Estado sobre procesos productivos que puedan realizarse en la región. En el debate cobra relevancia la legitimidad actoral de las dirigencias indígenas, la representatividad de sus bases y los interlocutores foráneos válidos que concurran. En esa dinámica queda trasparentada la injerencia de organizaciones no gubernamentales (ONG), la acción de empresas inversionistas y el propio rol del Estado en el uso, defensa y beneficio de los recursos naturales amazónicos. Reservas en el orden minero, hidrocarburífero y maderero que deben servir como fuente de riqueza para sacar a los pueblos y nacionalidades del abandono social y al país de su estancamiento económico en crisis. Marcelo Wachapá, síndico de Yawi ha manifestado: “Todos, empresa Lowell y el Estado, estamos unidos (…) Hemos tomado decisiones para que los recursos vengan directo a la comunidad y para eso estamos viendo las necesidades de cada familia (…) Nosotros, como representantes de Warints y Yawi, hemos firmado este proyecto por tres años y los compañeros del directorio son asesores, este proyecto que hemos firmado tenemos que respetar”.
La dirigencia del Pueblo Shuar Arutam se opone a dicho convenio y su presidenta, Josefina Tunki, ha manifestado: “No a las empresas, tenemos posición firme, no queremos que nuestro territorio, ríos y lagunas, se contaminen (…) No se ha informado debidamente, las empresas mineras se están posicionadas de manera ilegal dentro del PSHA, y están generando procesos de división y destrucción del tejido social del pueblo shuar”. Marlon Vargas, presidente de la CONFENIAE, manifestó que “es preocupante lo que está pasando dentro del territorio shuar de Morona Santiago”. Preocupación compartida por Jaime Vargas, de la CONAIE, quien convocó “a la unidad de los pueblos y comunidades para ratificar el fortalecimiento de las guardias indígenas que den seguridad y autonomía a nuestros territorios, no conformaremos otro ejército”, señaló.
El debate adquirió un tono beligerante la mañana del 8 de septiembre cuando la normalidad en el camino vecinal que une a las comunidades de Warints y Yawi, se vio alterada por el incendio de una maquinaria de una empresa contratista de Limón Indanza que ayudaría a la construcción de una vía esperada por sus habitantes durante 50 años.
En las últimas semanas se evidencia obstrucción de carreteras, bloqueo del tránsito de productos que entran y salen de Warints. En rueda de prensa que tuvo lugar en la semana en Warints, el síndico de la comunidad denunció: “No permiten el progreso de la comunidad y construcción de obras en beneficio comunitario. Quiero rechazar el cierre de la vía por los inconvenientes para los ciudadanos ecuatorianos que tenemos derecho al libre tránsito en la vía publica nos afecta a toda la ciudadanía de la comunidad Warints y Yawi. (…) Somos afectados y es muy preocupante, quiero que todos conozcan la situación que vive la comunidad Warints y Yawi. Invito a los líderes a que tomen en cuenta que el cierre de vías es preocupante para nuestra comunidad. Los miembros de la comunidad que tenemos derecho a transitar libremente somos amenazados, rechazados como si no fuéramos ciudadanos ecuatorianos”.
El clamor comunitario queda expresado en el llamado que los comuneros hacen a los demás representantes: “Invitamos a los líderes de la provincia, al gobernador, al teniente político y las autoridades de Limón Indanza, con mano dura, a resolver este problema que se suscita dentro de nuestro territorio. A la presidenta del Pueblo Shuar Arutam que resuelva el problema. Invito al presidente de la asociación que dé solución al problema que tenemos entre hermanos, no podemos llegar a este extremo, están rompiendo nuestros sueños y el de nuestros hijos, queremos construir nuestro proyecto para avanzar en nuestras metas”.
Al mismo tiempo denunciaron la presencia de ONGs foráneas a la comunidad que estimulan el enfrentamiento fratricida “Hay personas extrañas, extranjeros, que vienen a manipular a un grupo de personas para que nosotros tengamos problemas entre hermanos. Nosotros abastecemos a todo el cantón de la provincia con nuestros productos que necesitan. Por lo tanto, mandamos este mensaje a nivel nacional e internacional porque somos ecuatorianos y tenemos derechos. Esa es la decisión del pueblo Warints y Yawi nadie puede tomar nuestra palabra de decidir trabajar”.
El verde interminable de la selva cobija, como una esperanza, los sueños de una comunidad que no renunciará a sus derechos.