La Asamblea Nacional, sumida en las peores prácticas políticas, ahora suma a su imagen el dispendio de recursos en plena crisis económica nacional.
Según trascendió, la Asamblea Nacional confirmó el reembolso de $646.10 dólares por concepto de viáticos para un día de viaje de Guadalupe Llori, presidenta del organismo parlamentario. Dicho valor representa “gastos de hospedaje y alimentación en un viaje de agenda oficial en la provincia del Guayas el 27 de julio”. Llori habría solicitado el reembolso a la Coordinadora General Financiera de la Asamblea Nacional del Ecuador, Ruth Rocío Durango, solicitud que fue aprobada el 13 de agosto, según registros de la transacción. Llori, utilizó servicios de hospedaje y alimentación del hotel Wyndham de Guayaquil, según facturas, por un valor total de $430.36 dólares, del cual se detallan propinas por $35 dólares y alimentación por $215.74, dólares con propina de $17.69 dólares, valor que supera el sueldo básico mensual percibido por un trabajador ecuatoriamo.
La señora presidenta de la Asamblea Nacional habría solicitado “una habitación de lujo” -Junior Suite-, la cual utilizó durante el mismo día sin pernoctar, el 27 de julio del presente año a un valor de $ 400,00 dólares. Conforme el confort requerido por la asambleísta Llori, no fue suficiente ninguna de las habitaciones que el mismo hotel Wyndham ofrece por $ 123,50 por noche. Estas cifras se suman a una anterior denuncia en el sentido de que Guadalupe Llori, habría abierto un proceso para «la adquisición de seis vehículos de alta gama para la institución legislativa que tendrían un costo que superaría los $ 60.000 cada uno». Situación que fue desmentida en un comunicado parlamentario oficial que afirma se busca el desprestigio de la institución que «trabaja sin descanso por el bienestar de todos los ecuatorianos». Conocida la denuncia, Llori habría pedido la renuncia a todos sus colaboradores cercanos después de revelarse sus gastos de lujo en hoteles, masajes y comida.
Complejos parlamentarios
El accionar de la presidenta de la Asamblea Nacional, acaso se explica en el arribismo, complejo inherente a la persona arribista o alguien carente de escrúpulos que pretende prosperar o ascender de manera rápida, privilegiando el fin antes que los medios. La conducta sin miramientos, sin freno para realizar cualquier acto, es propia del inescrupuloso que actúa sin reflexionar si lo que hace es bueno o malo. El arribismo describe la pretensión de ser algo que no se es, que implica la negación de sus raíces, lo que origina una gran frustración por parte de quien presenta este comportamiento. Actitud que no tiene relación con el natural y sano deseo de progresar en la vida, el arribismo busca acceder a una clase superior sin importar los medios que se deban utilizar para lograr la felicidad que se basa en estatus y bienes materiales. La persona que aplica el principio de «el fin justifica los medios», agota todas las instancias para alcanzar sus objetivos predeterminados y, carente de escrúpulos, no duda en apelar a conductas poco éticas para lograr lo que quiere en la vida, siendo insaciable en su sed de poder, según los expertos en psicología humana.
La palabra arribismo -de acuerdo con la Real Academia Española (RAE)- procede del francés arriviste, que hace referencia a quien “progresa en la vida”, a través de medios rápidos e inescrupulosamente.
La conducta de la presidenta de la Asamblea Nacional tendría explicación en el desclasamiento que, según el diccionario de la RAE, consiste y se relaciona con la «acción o efecto de hacer que alguien pretenda dejar de pertenecer a la clase social o etnia de la que proviene, o que pierda conciencia de ella», esto es, de su conciencia de clase o condición étnica a la cual se pertenece.
La movilidad social, en una sociedad mesócrata, permite que miembros de una clase inferior o media asciendan a otra superior e inversamente; no obstante, el desclasamiento se produce cuando estos referentes se pierden, produciéndose la anomia social y el aislamiento del individuo. En una sociedad de consumo el proletariado desclasado suele sentirse situado en una clase social ajena, que no es la propia, y pierde su conciencia de clase. Fenómeno que tiene que ver con el llamado conflicto generacional o bien, como afirma Borudieu, «la generación engañada». O autoengañada, cuya separación del grupo social puede estar orientada hacia “el desclasamiento por abajo”.
En círculos parlamentarios se solicitó la renuncia de la presidenta de la Asamblea Nacional, Guadalupe Llori, tras el escándalo que estalló por los exuberantes gastos en viáticos y un contrato de alimentación para eventos parlamentarios que ascienden a 100 mil dólares. “Aquí hay cenas VIP, almuerzos VIP, gastos VIP”, se denunció en el organismo desprestigiado ahora por dispendio parlamentario, regentado por autoridades inescrupulosas que “se tratan bien” con dineros públicos, mientras la gran mayoría de los ecuatorianos lidiamos, tratando de sobrevivir en medio de la peor crisis de la historia del Ecuador.
Tarea urgente para las encuestadoras: medir el declive del primer poder del Estado que refleja la descomposición ética y social del país.