Cuando parecía que el país atraviesa un periodo de austeridad económica y sobriedad social, tiene lugar en Quito un evento fuera de la realidad. Juan David Borrero, hijo del vicepresidente de Ecuador, Alfredo Borrero, contrajo nupcias con la supermodelo estadounidense Jasmine Tookes, top models de Victoria’s Secret y una de las 20 mejores pagadas del mundo, según la revista Forbes.
Al acto religioso que tuvo lugar en la Iglesia de San Francisco la tarde del 4 de septiembre, asistieron 300 invitados, entre los que figuraron modelos reconocidas en el ámbito del modelaje internacional como Josephine SKriver, Lais Riveiro y Rachel Scott.
En marcado contraste, los preparativos en la plaza de San Francisco sorprendieron a cientos de comerciantes que fueron desalojados para hacer limpieza y cercamiento del lugar, previo a la ceremonia. Los vendedores expulsados del lugar aseguraron no haber recibido ninguna bonificación, y se quejaron de haber perdido un día de trabajo.
El desalojo respondió a una petición que hiciera la empresa organizadora del evento a la Secretaría de Seguridad de DMQ, la cual solicitó limpiar las calles de mendigos y del excremento de las palomas, retirar a los indigentes de los pórticos citadinos, cerrar principales avenidas, cercar plazas públicas para limitar el libre acceso a la ciudadanía, reforzar la seguridad con dispositivos policiales, entre otras medidas.
Una expresión de división social, como en los rancios tiempos medioevales, cuando los cortesanos marcaban diferencias con los siervos de la gleba en una divergencia sociológica y cultural marcada en el ADN clasista de pudientes y mendicantes, para que nadie se equivoque ni se alce en bochornosa desubicación de clase.
Si bien el gobierno deslindó responsabilidades sobre el carácter del evento que calificó de “privado”, también compartió “la indignación que ha suscitado en la opinión pública” la carta de los organizadores, cuyos términos para el régimen resultaron “inaceptables por las peticiones planteadas” ante autoridades municipales y estatales. No obstante, todas las solicitudes fueron cumplidas entre la tarde del viernes 3 y el sábado 4 de septiembre, lo cual casó malestar entre vecinos del lugar, quienes consideran que se deben realizar las actividades de limpieza de forma normal y continua.
Ante “la boda del siglo” en el país, no deja de llamar la atención las discordancias que se evidencian en el Ecuador de la crisis social y la depresión económica. La ostentación familiar del segundo mandatario del país marca contrastes, si bien se trató de una ceremonia privada, ésta puso en evidencia todo el boato de la oligarquía criolla en un país sumido en la miseria por una crisis que no muestra evidencias de solución.
Pujos aristocráticos de una sociedad tercermundista, dirán algunos, alardes arribistas en plena crisis económica y social. El encuentro del segundo mandatario de gobierno con el Jet set internacional forma parte de la impronta de un régimen que gobierna de cara al pueblo, sin tapujos sociales. Aunque actualmente, en los países desarrollados el término jet set ya no denota prestigio, continúa siendo un mundo inalcanzable para la mayoría de los habitantes de una nación del tercer mundo.
En el Ecuador del encuentro aún se espera que los desencuentros con la realidad social sirvan de lección para aspirar a ser un país más democrático.