Patitas pa qué te quiero, el término popular que se usa para significar que uno se va corriendo,
por miedo o para evitarse problemas, sirve para ilustrar la sorpresiva noticia de la salida de Lenin Moreno del país. La nota de prensa señala que Moreno va a los Estados Unidos por tres meses, respondiendo a motivos “laborales y personales” relacionados con una invitación a dictar “algunas” conferencias, que le hizo el Instituto Interamericano para la Democracia, y que mantendrá reuniones con la Universidad de la Florida “con miras a mi vinculación con esa institución”, según dijo. Es decir, los planes de Moreno en tierra norteamericana pintan para largo, más allá del trimestre que mencionó en la carta enviada a la Asamblea Nacional.
El abandono del país en la acción de Moreno responde a una trama que sigue y que ponemos en términos sencillos para su mejor comprensión.
Según informaciones, la impunidad deja fugarse del país a Moreno, permitiéndole eludir su responsabilidad frente a hechos que forman parte del caso denunciado bajo el nombre de INA PAPERS. En marzo de 2012, en la capital de Belice, el hermano del Presidente del Ecuador, Edwin Moreno Garcés constituyó una empresa fantasma, comúnmente denominada offshore bajo el nombre INA INVESTMENT CORP. Su nombre no es una sigla sino el acrónimo de las tres últimas letras del nombre de las hijas que el Presidente del Ecuador, Lenin Moreno Garcés, tuvo con su esposa Rocío González Navas: Irina, Carina y Cristina. La empresa fantasma de la que el Presidente dice no tener nada que ver pero que lleva implícito el nombre de sus hijas fue en primera instancia creada con el fin de recibir dineros que por medio del “empresario” y a la vez su testaferro Xavier Macías Carmignani se recaudaban producto de coimas que determinadas empresas como la china SINOHYDRO y la panameña RECORSA, pagaban por el lobby efectuado en las adjudicaciones de determinadas concesiones con el Estado. En uno solo de esos movimientos se pagaron 18 millones de dólares. Los INA PAPERS son “una serie de documentos que confirman la existencia de una organización criminal liderada por el ex Presidente del Ecuador Lenin Moreno Garcés y que teniendo como integrantes de la misma a su señora esposa, la Primera Dama Rocío González, su íntimo amigo, el empresario y testaferro Xavier Macías Carmignani, la esposa de éste María Herdoiza Patiño, la cuñada del Presidente Guisella González, el hermano del Presidente, Edwin Moreno Garcés y el ex embajador de Panamá en México, Ricardo Alemán Alfaro junto a media docena de abogados y personajes secundarios, por medio de al menos una docena de sociedades fantasmas (offshore) constituidas en diversos paraísos fiscales habrían cometido una serie de delitos que incluyen el lavado de activos, la defraudación fiscal y tributaria, el tráfico de influencias y el cobro de coimas (cohecho) en perjuicio del Estado ecuatoriano”, cuyos alcances indican que dichos ilícitos se sitúan en diferentes países.
Recientemente se conoció que el régimen de Lenin Moreno, utilizó la participación de su ministra de Gobierno María Paula Romo, como una cortina de humo al caso INA PAPERS arrestando a gente que no tiene que ver y manipulando informes de Inteligencia para distorsionar los hechos que comprometen a Moreno.
Moreno a pocos días de asumir la presidencia, cierra la Secretaría Nacional de Inteligencia (SENAIN), cambia el nombre y pone en el organismo de inteligencia a gente de su confianza. La SENAIN tenía como proveedor de información a un sujeto apodado “el ruso”, que proporciona datos del caso Ina Papers que vinculan a Moreno con dineros indebidos y enviados a paraísos fiscales. Había que silenciar la información. Indagación obtenida a través de filtración de conversaciones telefónicas y correos electrónicos intercambiados por los involucrados. Ola Bini visitó alguna vez a Julián Assange en Londres, el gobierno se entera y se convence entonces de que el sueco Bini es “el ruso” hacker filtrador de la información comprometedora contra Moreno. Pero, oh sorpresa, se conoce que existió una reunión de seis personas en la que participa personal de Inteligencia que informa a M.P. Romo que Ola Bini no es “el ruso” que buscaban. La información acerca de dicha reunión es confirmada por cuatro testigos presenciales -presentes en la reunión- y que ahora estarían dispuestos a entregar detalles a la Fiscalía sobre el tema.
María Paula Romo, presionada desde la Presidencia por encontrar culpables de la filtración de información, decide ordenar el arresto de Bini. Se procede a encarcelarlo, inocente e inculpado de “desestabilizar e intentar derrumbar al gobierno” de Lenin Moreno. Se buscaba un culpable al que conocían como “el ruso” y lo encontraron, el propósito era distraer a la ciudadanía del tema de fondo: la implicación de Moreno en el caso Ina Papers. Se detuvo al sueco Ola Bini para dar por terminado el asunto y la vinculación de Moreno junto a su familia, cuya información reprodujo WikiLeaks, razón por la cual el gobierno de entonces retiró el asilo a Julián Assange y lo entregó a la policía británica.
Igualmente, Moreno ahora dijo patitas pa que te quiero, y salió empujado en su silla de ruedas fuera del país, huyendo del juicio popular. Y la manera con que lo hizo es también de siniestra trama.
Todo ex presidente de la República está obligado por ley, avisar o solicitar autorización a la Asamblea Nacional, por un periodo de un año después de su mandato, antes de cualquier salida del país. Moreno lo hizo estando con las patitas en la escalerilla del avión, es decir, cuando prácticamente se encontraba fuera de Ecuador, sin dar tiempo al parlamento de revisar su solicitud de permiso de abandono del territorio nacional. Según fuentes parlamentarias, el documento fue recibido en la Asamblea Nacional a las 15H45, hora en que Moreno estaba volando en avión ya fuera del país, es decir, los asambleístas no fueron comunicados oportunamente como establece la ley, previamente al viaje. El documento llegó al parlamento faltando cinco minutos para que Moreno embarque el avión, lo cual le permitió abandonar Ecuador con presuntas intenciones de no regresar, en abierta burla al país.
¿Cómo se llama ese apresuramiento, pies en polvorosa o, simplemente, fuga arbitraria? Se llama impunidad, acción posible gracias a quienes empujaron su silla fuera de la frontera nacional para protegerlo de un juicio que podría, incluso, llevarlo a la cárcel. Y todo aquello ocurre en el “gobierno del encuentro”, mientras que el país se encuentra ante un caso de vergonzoso y cómplice encubrimiento, cuya responsabilidad recae sobre las actuales autoridades. Y la prensa ante estos hechos calla porque para eso existe, para desinformar, abonar y encubrir hechos que debieron ser conocidos por el simple derecho de la ciudadanía a la oportuna información. También se llama retribuir favores, acolitar sin rubor en la cara. Antes, el gobierno de Moreno entregó hospitales a cambio de complicidad parlamentaria y silencio frente a las irregularidades oficiales. Ahora el gobierno de Guillermo Lasso, siguiendo el ejemplo, retribuye con la vista gorda ante la fuga del ex presidente Lenin Moreno. Gracias por haber creado, en una parafernalia de “transición” del país hacia el neoliberalismo, las condiciones para que exista el actual régimen. Gracias por todo y por tanto, y todos contentos.
Ahora se comprende porqué Lenin Moreno dijo patitas pa que te quiero, y la silla de la vergüenza fue empujada, rauda, fuera del país en apresurada fuga que deja impune al ex mandatario. Ya sabemos que la frase que amerita a continuación es que la historia lo juzgará. Lo significativo es que el pueblo ecuatoriano ya lo juzgó como el sujeto político traidor que destruyo al país, juzgado por la conciencia nacional como el funcionario corrupto que manejó, en su régimen, el Estado como un cartel mafioso y que, no por casualidad, Ecuador lo recordará como “el peor gobierno de la historia”.
Fotografía El Universo