La política es un quehacer que nunca deja de enseñarnos nuevas realidades en sus porfiados hechos. Un saber concreto y objetivo para muchos esquivo, y para otros, una abstracción del pensamiento subjetivo. Cualquier fuere el caso, la política es un quehacer que transita por un andarivel con dinámica propia. El ser social e individual, está llamado a comprender esa dinámica decodificando el idioma de la realidad en una lectura correcta de los hechos.
Un acontecimiento que desafía toda agudeza de comprensión es la elección de Leonidas Iza como presidente -para un periodo de tres años- de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE), máxima organización que agrupa a los habitantes de pueblos y nacionalidades del indigenado en el país. La CONAIE, formada en 1986, actualmente agrupa organizaciones de base del movimiento indígena ecuatoriano. Iza fue elegido por 821 votos entre, aproximadamente, 1.300 delegados al VII Congreso Nacional de la CONAIE que tuvo lugar en la parroquia Salasaca, Tungurahua, seguido de sus contendores María Andrade que captó 287 votos y Marco Guatemal, que obtuvo 153 sufragios. Durante su campaña había prometido “recuperar la unidad orgánica e indisoluble” entre la CONAIE y su brazo político Pachakutik. Iza alcanza la Presidencia de la CONAIE con una agenda bajo el brazo que incluye “la defensa del territorio ante el proceso expansivo de mineras y petroleras”. Además, la aplicación de 21 derechos colectivos, como “el respeto a la educación intercultural bilingüe, postulados de la justicia indígena, autogobierno y el reconocimiento a las autoridades comunitarias.
Perfil de un líder
Leonidas Iza Salazar nació en el seno de una familia de agricultores indígenas de ocho hermanos, en la comunidad de San Ignacio, Cotopaxi. Hijo de José María Iza y Rosa Salazar, sus padres le inculcaron valores de honestidad y rebeldía contra el huasipungo en la Hacienda Cotopilaló. De niño se vinculó durante una década a la iglesia católica colaborando en coros. Asistió a la Universidad Técnica de Cotopaxi y obtuvo el título de Ingeniero Ambiental, desde entonces se vincula a procesos organizativos de su comunidad como dirigente juvenil realizando talleres de música, medicina ancestral y política; posteriormente se constituye en dirigente del Movimiento Indígena y Campesino de Cotopaxi (MICC). Inspirado en ejemplo de lucha de los líderes históricos Dolores Cacuango, Tránsito Amaguaña y Fernando Daquilema, Iza inicia su ascenso a la máxima representación de los pueblos indígenas del Ecuador y se define como autoridad del Pueblo Panzaleo y se alinea con políticas de izquierda radical.
Durante los 11 días de jornada de protesta social, en octubre del 2019, Iza destaca como organizador de la participación indígena que termina con la derogación del decreto 883 que eliminó el subsidio a los combustibles. En esa oportunidad, en representación del indigenado, Iza declara su postura anticapitalista y contra el sistema de partidos.
En las elecciones presidenciales de febrero del 2021, Leonidas Iza se mantiene al margen durante la candidatura de Yaku Pérez y al candidato Guillermo Lasso advirtió: “No, Sr Lasso, jamás le apoyaría a usted, causante del feriado bancario que condenó a ecuatorianos a migrar. Fue el poder detrás de Moreno para la arremetida neoliberal. Apoyó la represión contra mi pueblo en octbre 2019. Mi lucha es contra la derecha venga de donde venga”.
Los porfiados hechos
En calidad de Presidente de la CONAIE, Leonidas Iza anunció que exigirá al Estado “se apliquen políticas públicas para revertir las condiciones de pobreza y pobreza extrema que afectan a las comunidades indígenas”, luchar por “sostener la producción, mejorar la capacidad productiva de las comunidades y así cubrir la demanda de alimentación del pueblo”. Se comprometió, además, a “seguir trabajando por la unidad de nuestra organización para la transformación social», y “rechazar las acciones estatales permanentes para criminalizar la protesta social y el derecho a la resistencia”.
Tras la elección de Iza en la CONAIE, Pachakutik declaró que “no existe ningún acuerdo político con el Mandatario y que, al contrario, están dándole tiempo para que pueda gobernar y presentar sus planes al país”. Al cabo de un mes del nuevo gobierno dirigentes de ese movimiento manifestaron que “no han visto lineamientos claros en cuanto a los temas extractivistas y medioambientales”, y solicitaron, a través de su coordinador nacional Marlon Santi, que el régimen “congele la subida gradual de los precios de los combustibles”, realice “auditorías a las concesiones mineras y no se dé paso a la ampliación de concesiones petroleras”. La dirigencia de Pachakutik expresa que las bases del movimiento mantendrán vigilancia a las acciones gubernamentales, advirtiendo al Presidente Lasso “que ningún miembro del movimiento puede solicitar o negociar cargos a nombre de Pachakutik”, y que no aceptará vínculos de “cogobernanza con el Ejecutivo”.
Escenarios posibles
La CONAIE constituye a la postre la única organización social capaz de dar respuesta orgánica de sus bases para mantener el control de la movilización social prolongada en el país. La presencia de Leonidas Iza en la presidencia de esta organización representa la rica y compleja composición del movimiento indígena y el respeto en la práctica a la unidad en sus bases que, con sabiduría y posponiendo circunstancias de segundo orden, hicieron prevalecer. Se trata de una expresión democrática que se inserta en una tendencia natural del movimiento indígena que otorga una oportunidad al progresismo en el país. Dicha vocación democrática se expresó en el respeto electoral mostrado durante la candidatura de Yaku Pérez, sin que necesariamente coincidiera con sus postulados y alineamiento a la derecha política. Situación que confirma un reflejo y expresión de coherencia política en consecuencia de principios. La elección de Iza en la presidencia de la organización capital del movimiento indígena ecuatoriano es un parteaguas en su relación con el gobierno de Lasso, protagonizada por Pachakutik en acuerdos parlamentarios funcionales a los propósitos oficiales del régimen.
Las posiciones de Iza frente al tema del subsidio de los combustibles, derechos sociales, entre otras reivindicaciones populares, garantizaría un respeto a la economía popular solidaria, factor fundamental de la reactivación económica del país.
La vigilancia del movimiento indígena a las acciones del gobierno no suponen necesariamente una oposición radical, ni una obsecuencia a ultranza. Nadie quiere conflictos, menos teniendo como prioridad nacional la recuperación económica y social del país. En ese sentido, se abre la posibilidad de una rica discusión acerca del aporte del movimiento indígena campesino en procesos productivos de industrialización de recursos naturales como fuente básica para reactivar la economía.
Políticamente, la presencia de Leonidas Iza en la CONAIE representa una posibilidad mayor de hacer una oposición sabia frente a la actitud triunfalista de la derecha. La política hace que los actores aprendan lecciones y la lección del movimiento indígena se inscribe en un significativo capítulo de sabiduría ancestral e interculturalidad.