La relación entre fascismo y democracia, además de los encuentros incestuosos que puedan practicar entre las sombras de la noche, a plena luz del día suelen mantener relaciones utilitarias. La historia demuestra que entre fascismo real y democracia formal también existe una relacion de hecho abusiva marcada por la fuerza de uno y la debilidad de la otra. El fascismo se impone en la sociedad por violación de la democracia pero, como todo delito machista, no falta quienes concluyen que es un delito provocado y permitido por la víctima.
El fascismo, en su acceso al poder, se vale de las propias instituciones que la democracia permite en el sistema capitalista para consumar una dinámica inmoderada, sin medida ni clemencia. Conocidos son los excesos cometidos por el fascismo, mentores y seguidores durante plena vigencia de la institucionalidad formal que la ha servido de matriz. Ocurrió durante la década de los años treinta cuando el fascismo hitleriano advino al poder, impulsado por elecciones populares. En las elecciones de 1932, los nazis ganaron el 33 por ciento de los votos, más que cualquier otro partido y en enero de 1933, Hitler fue nombrado canciller, el jefe del gobierno alemán. En 1922, como líder oficial del Partido Nacional Fascista, Benito Mussolini organizó la Marcha sobre Roma, tras cuya victoria obtuvo creciente apoyo popular y fue nombrado presidente del Consejo de Ministros Reales en diciembre, logró disolver el parlamento y asumir así el mando supremo del Estado itálico. Y en Chile en 1973, advino el fascismo pinochetista luego de derrocar de manera violenta a un gobierno constitucional elegido en las urnas tres años antes.
En Ecuador del 2021 un fenómeno análogo estaría en marcha. Luego de ser elegido legítimamente un gobierno constitucional, diversos representantes del nuevo poder obtenido por voluntad popular adhieren a un manifiesto fascista de origen español, con el agravante de que quienes lo hacen están a la cabeza de instituciones claves para la democracia en el Ecuador.
Estos días se ha conocido un manifiesto denominado Carta de Madrid, cuyo origen data del 26 de octubre de 2020 y que fue remozada recientemente para la firma de varios adherentes latinoamericanos, entre otros según versión de prensa el ministro de Defensa ecuatoriano, almirante Fernando Donoso Morán ¿Cómo es que el jefe de las FFAA ecuatorianas de claro origen liberal alfarista suscribe un documento de corte conservador y rasgos fascistas? Sea por una relación incestuosa, por debilidad o abuso, el representante de las fuerzas armadas ecuatorianas coincidiría con una ideología de innegable cuño violento en un país que se proclama democrático, tolerante, en evidencia de que en la sociedad ecuatoriana en la que impera la democracia formal, es posible utilizar sus instituciones para fines distintos a los que está llamada a cumplir dicha institucionalidad.
El neoliberalismo instrumentaliza a las instituciones de la democracia formal y coopta funcionarios públicos otorgándoles un rol de actores orgánicos en representación de sus intereses, a partir de entonces cambia el sentido del Estado burgués asumiendo nuevas dinámicas. Según una visión gramsciana de la sociedad, las instituciones entran en una dinámica de hegemonías y contrahegemonías, merced de la cual en una etapa de capitalismo salvaje puede un gobierno democrático volverse represivo.
¿Qué hace posible que el fascismo entre en unión libre con la democracia, hasta convertirse en una relación reprimida? Sin duda, iniciales coincidencias en comunión de ideas.
Vox fue fundada en el 2013 en España, luego de una crítica socialdemócrata del ex presidente Mariano Rajoy en el seno del Partido Popular erosionado por la crisis económica. Entre sus fundamentos ideológicos, Vox defiende la unidad de la nación española en contra de todo separatismo y autonomía de las pueblos catalán y vasco. Propone una radicalización ideológica en torno al procedimiento judicial del proceso de exhumación de Francisco Franco, ex dictador español. El movimiento plantea un retorno a un neofranquismo asociado a la derecha populista europea, incorporando el maniqueísmo como forma característica de populismo. Profesa el antifeminismo y reivindica tradiciones como la caza y la tauromaquia. Se inclina por un nacionalismo centralista, rechaza el aborto y sus propuestas económicas son de signo liberal a favor de reducir impuestos y la burocracia estatal. Ubicado a la extrema derecha nacionalista, Vox es una organización reaccionaria frente al cambio estructural y a favor de un autoritarismo de matriz nacional eclesiástica. Se separa del partido Podemos en temas migratorios y está a favor de “una España viva” y una cultura de inspiración católica. En sus prácticas cotidianas deforma términos políticos, según sean sus necesidades, y los usa como estigmas contra sus enemigos ideológicos: “violencia intrafamiliar”, “feminismo supremacista”, “dictadura progre”, “lobby gay”, “frente popular”, entre otros.
El nacionalismo neoliberal ultra conservador de Vox es de clara inspiración fascista. Su propósito es dotar de una base social amplia a la ultraderecha mediante un desplazamiento posfascista. Entre sus posturas reconoce a Juan Guaidó como presidente de Venezuela, y en su momento, reconoció a Jeanine Añez como presidenta de Bolivia, y acusa al partido Podemos de estar financiado por Nicolás Maduro. Cuando presidente, Donald Trump cedió una instalación en el Rockefeller Center a la organización española que se financia con aportes de sus propios afiliados, aun cuando en su formación inicial fue apoyada con un millón de euros por exiliados iraníes de inspiración anticapitalista y contrarios a la República Islámica de Irán.
Matriz ideológica
Su matriz ideológica tiene ADN común con el fascismo clásico, movimiento político europeo y un tipo de Estado de carácter totalitario, autoritario, antiliberal, antimarxista y antidemocrático creado por Benito Mussolini en Italia. “Este es el siglo de la autoridad, un siglo de derecha, un siglo fascista” diría el Duce como certificado de nacimiento de esta ideología en su origen italiano.
El fascismo es una ideología inspirada en una “concepción religiosa” en la que el hombre es visto bajo su relación inmanente con una ley superior y una voluntad que trasciende el individuo. Su estrategia de lucha consta de una fuerza social, contra el marxismo y las organizaciones clasistas proletarias, venciéndolas y sustituyéndolas como la ilusión de las masas. Se trata de un intento populista que en su dimensión más profunda es lo racional, no tiene otra universalidad.
El fascismo suele proclamar principios grandilocuentes. La patria es su categoría histórica y social más firme. El Estado liberal no es ya el Estado nacional y las instituciones demo burguesas viven al margen del pueblo y no representan ni interpretan esos intereses, según su declaración de principios. En términos políticos, una oposición a la democracia burguesa es oposición a poderes feudalistas de la sociedad en la que el marxismo es la solución antihumana. Solo procede la violencia implacable como solución antimarxista, propone Vox, asumiendo que la disciplina es la liberación convertida en eficacia y en grandeza del hombre. Un discurso concebido entre las sabanas de una economía nacional y una economía del pueblo frente al gran capital financiero y monopolista. Sentido de autoridad unitario de la disciplina y la violencia que “propugna la unidad nacional por sobre la lucha de clases”. Si bien el fascismo se forma en la pequeña burguesía, en el lumpen proletariado y en las masas proletarias, usa la demagogia socialista para formar un movimiento de masas. Su base social genuina es la clase media de la ciudad y del campo. Pero en la práctica, ha resultado ser la dictadura terrorista abierta de los grandes monopolistas financieros cuando ha alcanzado el control del Estado en la última fase del capitalismo. El fascismo aparece para frenar el ascenso del movimiento obrero y tratar de superar la crisis económica que genera esta etapa capitalista. Es un sistema en descomposición y en crisis permanente que adopta las más drásticas medidas de fuerza para intentar superarla, cuando la agudización de las contradicciones sociales impide a la burguesía resolverlas por métodos propios de la democracia burguesa, parlamentarismo, elecciones, partidos, tribunales, etc.
El fascismo es la dictadura terrorista abierta de los elementos más reaccionarios, chauvinistas e imperialistas del capital financiero, según la visón gramsciana de la sociedad. Su ideología sintetiza el culto a la tradición que rechaza el modernismo. Culto a la acción por la acción que desdeña al intelectualismo. Teme a las diferencias en forma de racismo. Apela a la clase media frustrada para movilizarla, en permanente obsesión por la conspiración y la xenofobia, en una lucha en la que considera que sus enemigos son demasiado fuertes y demasiado débiles. La vida para el fascismo es una guerra permanente, siempre debe haber un enemigo contra el cual luchar. Manifiesta su desprecio a los débiles, no obstante considera que todo el mundo puede convertirse en héroe. Mantiene un reiterado culto a la muerte y su ideología es machista, populista y selectiva, impulsada por el líder fascista como el intérprete de la voluntad del pueblo.
En ese afán de liderazgo no falta aspirantes. El almirante Fernando Donoso Morán designado como ministro de Defensa Nacional, es graduado en la Escuela Naval Militar de Salinas y cuenta con preparación académica en Estudios Administrativos y de Comando, Estado Mayor y Administración de Recursos para la Defensa. Fernando Donoso Morán nació en la ciudad de Quito en 1944, se graduó como alférez de fragata en la Escuela Naval Militar de Salinas en 1967 y se desempeñó como comandante del Buque Escuela Guayas y de la Aviación Naval del Ecuador. En el año 2000 fue comandante General de Marina del Ecuador y también formó parte del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas y en el 2006 fue presidente del directorio de la Autoridad Portuaria de Guayaquil. En su vida civil fue miembro del directorio del Banco de Guayaquil y presidente de la Autoridad Portuaria del puerto principal.
El 7 de mayo de 2021, Fernando Donoso fue designado ministro de Defensa de Ecuador por el presidente Guillermo Lasso. Asumió el cargo el 24 de mayo de 2021, día en que Lasso fue posesionado. Su designación no hace más que poner en marcha una dinámica de viejas amistades y renovadas confianzas.
Dios los cría y el diablo los junta, dice el pueblo. Donoso, como ministro de Defensa Nacional conduce hoy la instancia político-administrativa del Gobierno de Lasso, encargada de dirigir la política de defensa y administrar las Fuerza Armadas, armonizando acciones entre las funciones del Estado y la institución militar. Además emite la directiva de defensa militar, en la que determina la política que orienta su planificación. Es la columna vertebral del Estado, responsable de velar por la gobernabilidad de la nación. En esta simbiosis, el Presidente y su colaborador conjugarán intereses junto con otras instituciones afines como los ministerios del Interior, Relaciones Exteriores, Justicia y Derechos Humanos y varias secretarías, del Ministerio Coordinador de Seguridad Interna y Externa y del Consejo de Defensa Suramericano.
Relaciones abiertas y a la luz del día. Se espera de algún modo que en su ideario criollo el ministro que iría hoy al encuentro con el fascismo español, no vaya en detrimento de la democracia ecuatoriana.