El gobierno colombiano de Iván Duque se vio en la obligación de dar marcha atrás en sus propósitos de aumentar el impuesto a las rentas y a los artículos de consumo masivo, decisión que desató una ola de protestas que cobró 17 víctimas de represión policial y provocó graves disturbios en las principales ciudades del país. La medida del gobierno cafetalero es considerada por estudios académicos como una decisión perjudicial que afecta los intereses de amplias mayorías populares y de sectores medios. «El camino de un consenso despeja percepciones y nos permite decir con claridad que no habrá ningún incremento del IVA para bienes y servicios ni se cambiarán las reglas existentes (…) Le solicito al Congreso de la República el retiro del proyecto radicado por el ministerio de Hacienda y tramitar de manera urgente un nuevo proyecto fruto de los consensos y así evitar incertidumbre financiera», dijo el presidente Iván Duque, rodeado de sus ministros.
La medida que llega tras cuatro días de violentas protestas en las principales ciudades del país, es una derrota del gobierno después del tardío retiro de una reforma tributaria verdaderamente lesiva. Desde un comienzo fue concebida sin la participación de los partidos en el Congreso, sin un verdadero debate público, sin los gremios de los trabajadores, sin escuchar a la gente que ha perdido su trabajo y que hoy tiene que izar una bandera roja para indicar que en su casa ya no queda qué comer.
La reforma tributaria se proponía asegurar fondos para “el Ingreso Solidario, un subsidio de 166.000 pesos mensuales (41 dólares)” que tres millones de familias recibieron durante seis meses de pandemia, cuando el salario mínimo en Colombia apenas llega a los 250 dólares.
La desesperación de muchas familias que han salido a las calles a protestar es la pobreza que ha aumentado en la pandemia en un 50%, y los ha empujado a rechazar los planes oficiales de gravar hasta el uso de Internet. El país bordea los tres millones de contagios y los 80 mil muertos por Covid. Esas son las cifras de los resultados del manejo de la pandemia por el Gobierno central en Colombia.
Luego de las protestas populares pierde el régimen de Iván Duque, que intentó imponer una reforma que incrementa impuestos pagados por el 73% de la población, sabiendo que no iba a ser aprobada en el Congreso y que causaría un gran rechazo ciudadano. Nunca antes la protesta contra un gobierno había sido tan amplia, a pesar de la violencia de criminales que buscan desacreditarla.
Cifras reveladoras
Estudios de Alí Ramón Rojas Olaya, Rector de la Universidad Nacional Experimental de Caracas, aproximan una dimensión de la realidad colombiana. En el vecino país el 42,5 % de su población se muere de hambre según estadísticas publicadas el 29 de abril de 2021 por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE). Uno de cada diez colombianos emigra por pobreza, violencia e inseguridad debido al paramilitarismo. Colombia es el segundo país del mundo (primero Afganistán) en emplear minas matapersonas. Durante el primer trimestre del 2021 hubo 23 masacres con un saldo de 84 asesinatos, mientras que en el año anterios, 76 masacres dejaron 292 personas asesinadas, según la Oficina de la Alta Comisionada de la ONU para los Derechoss Humanos.
Se conoce que el narcotráfico se ha incrementado durante el gobierno de Iván Duque. Colombia hoy produce el 70% de la cocaína mundial, lo que convierte al país en el mayor productor de drogas. El número de muertes por sobredosis en Colombia sobrepasó las 70.000, de acuerdo con el Informe Mundial de Drogas de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito presentado en junio del 2020. La economía colombiana depende hoy en gran medida de la producción y distribución de narcóticos, especialmente, para abastecer al gran consumidor mundial en los Estados Unidos.
El ejemplo de Colombia lo convierte en un mal “aliado” de Ecuador, con un gobierno perdedor y un pueblo dispuesto a facturarle sus errores.