Entrados los años sesenta Cuba recibe en abril de 1961 una de las agresiones más flagrantes de su historia con la incursión armada de 1.500 mercenarios isleños, entrenados en los Estados Unidos para invadir la isla con el propósito de derrocar al gobierno revolucionario cubano. Fueron 72 horas de resistencia popular desde la madrugada del 15 de abril que un bombardeo aéreo mercenario inicia la invasión. El desembarco – el día 17 -, marca el asalto a Playa Girón en Bahía Cochinos, al sur de la isla. El 18 de abril, la milicia popular cubana reacciona y contrarresta el ataque armado doblegando al invasor.
La victoria de abril deja escrito en la historia cubana un episodio de dignidad nacional. A sesenta años de la batalla de Girón, hoy los cubanos abocados en abril a nuevas batallas renuevan, generacionalmente, la dirigencia de la revolución con el relevo de Raúl Castro de la dirección del Partido Comunista Cubano.
En tanto, jóvenes médicos cubanos se baten sin tregua contra un enemigo invisible, pero mortal: el coronavirus, y desarrollan antídotos para inocular a su población durante este año, mientras ofrecen solidaridad médica a los pueblos amigos del mundo en diversos puntos del planeta.
Abril es un mes de victoria – señalan los cubanos -, en la retaguardia un pueblo unido y organizado libra nuevas batallas de cara al futuro para hacer del suyo un país más próspero y solidario. Tras un año de acoso pandémico y seis décadas de bloqueo político y económico, el pueblo cubano sobrevive ante el asombro del mundo. Un mundo que parece sucumbir en el colapso de sus sistemas sociales, mientras el cubano de yergue invicto en la batalla por la vida.
Mejor que nadie los cubanos saben que las victorias de abril no han sido fáciles, que no han sido en vano. Entre embates y debates los cubanos reflexionan y vencen la agresión externa y al enemigo viral interno que invade para minar la voluntad revolucionaria y la salud de su pueblo.
A pesar de los pesares no es tiempo de congoja; a pesar de la muerte los cubanos habituados a vencerla, renuevan su compromiso colectivo frente a la historia: sobrevivir, y con ellos, sus principios bajo el ejemplo de Girón y las gestas de abril.