Una fuente internacional localizada en Argentina, denuncia una maniobra encabezada por “dos aliados para las elecciones de Ecuador: Guillermo Lasso de CREO y Jaime Nebot, del PCS”. La revista Página 12, de Buenos Aires, publicó en las últimas horas un reportaje del periodista Marco Teruggi en el que señala que “el Consejo Nacional Electoral sería un eje de un plan para cometer fraude”. Según la publicación argentina, estaría en marcha un fraude con “actores claves que ya están en un proceso avanzado” de ejecución y financiamiento del complot electoral, luego de consultar con fuentes de la dirección del CNE en un encuentro en el sur de Quito. Conforme manifestó la fuente, su objetivo de hablar es “lograr que la votación presidencial sea transparente y evitar una maniobra preparada”. Al describir detalles la fuente señala que a nivel de actores “la arquitectura del intento de fraude tiene cuatro niveles en el CNE: la cúpula, los enlaces, las zonas medias y las delegaciones provinciales”.
La denuncia manifiesta que la dirección estaría bajo el mando “de los dos hombres fuertes de la derecha ecuatoriana” (Nebot y Lasso), que designaron a 3 de los 5 consejeros. “Lasso colocó a Enrique Pita y Nebot a José Cabrera”, señala la información. En tanto, la presidenta Diana Atamaint “llegó por organizaciones sociales, y al asumir como consejera hubo un pacto que se realizó en la casa de Nebot en isla Mocolí para que sea presidenta del CNE y respondió a él desde entonces”, explica la fuente que prefirió mantenerse en reserva.
La trama continua con reuniones entre Cesar Monge, presidente de CREO y Pascual del Cioppo, miembro del PCS “con los consejeros o sus asesores” identificados como “Andrea Cárdenas y Christian Solís, quienes trabajan para Pita, Francisco Yépez y Valeria Grande, a las órdenes de Atamaint, Gabriela Zurita y Fidel Ycaza, quienes están bajo el mando de Cabrera”. Entre sus tareas asignadas realizan “acciones en provincias como cambiar directores, personal técnico, sugerir nombres para que sean funcionarios, poner gente de Lasso en los sitios claves para el fraude”. En la llamada zona media del organigrama se menciona a “Lucy Pomboza, directora nacional de procesos electorales y a Stalin Cardona y Esteban Montero”. Según los detalles de la denuncia “todos los directores nacionales y de las provincias están sometidos a informar y proceder de acuerdo a los lineamientos que dé la comisión”, explica la fuente, en la implementación de un fraude estructurado, invisible, que le otorgue la victoria a Lasso. El escenario del fraude sería “las mesas de votación y el momento del recuento de los votos”. Este procedimiento tiene base “en la tenencia en el CNE de alrededor de 600 mil papeletas electorales no declaradas, conseguidas antes de la primera vuelta”. Este hecho ocurrió luego de un error de impresión de más de seis millones de papeletas lo que “obligó a una nueva compra del papel de seguridad -regulado y adquirido en Canadá-, movimiento en el cual se produjo un excedente que no fue auditado”. Esto significa, según la fuente, “que pueden inyectar papeletas originales con papel de seguridad en diferente provincias a favor de Lasso”. El objetivo, según este procedimiento fraudulento, es “sobrecargar” las mesas electorales con papeletas excedentes y no declaradas a favor del candidato que hacen ganador. Para ello se elegirían mesas rurales con falta de control electoral adecuado por parte de las candidaturas y los recintos grandes en zonas urbanas donde tampoco existe presencia completa de delegados con un veedor en cada una de las mesas. La acción debería contar con participación de un coordinador cómplice del fraude.
“La orden dentro del CNE es, primero, que gane Lasso. Segundo que si el porcentaje de votación es un empate técnico a favor de Lasso, el CNE va a publicar resultados inmediatos, y si el empate técnico es a favor de Arauz, no van a publicar y se va a definir en reconteo, y ahí van a cambiar los resultados”, afirma la fuente.
El presunto fraude ocurría apelando a ciertas irregularidades como “inconsistencias numéricas, es decir que el escáner no reconozca los datos del acta y sean actas ilegibles, problemas en las firmas, o una inconsistencia entre el acta escrutinio que tendrá el partido político y la que dispondrá el CNE”. La fuente afirma, “hemos descubierto un sistema que consiste en poner mal la hoja para que el escáner no reconozca los puntos visuales, el acta pase a reconteo, y de forma manual, se inflen los votos”.
La publicación de Página 12 concluye en que los intentos de alterar los resultados electorales no son nuevos, como parte de una estrategia para impedir el triunfo del progresismo y, esta vez, representaría la última carta para intentar abortar la victoria del candidato que encabeza la mayoría de las encuestas.