El Municipio es el gobierno local, la instancia del Estado más cercana a la ciudadanía. Esa proximidad permite, teóricamente, la satisfacción de necesidades comunitarias y brindar servicios conforme las competencias institucionales del cabildo. El cabildo como órgano municipal, desde sus inicios europeos, permitió a los vecinos velar por problemas judiciales, administrativos, económicos y militares del municipio. Esa gestión dio origen al término “cabildeo”, válido para referirse a la intermediación de gestiones edilicias, planes comunales, compras y contrataciones, en fin, una suerte de intriga que se lleva a cabo para conseguir propósitos del grupo de personas allegadas al cabildo.
La proximidad entre el gobierno local y los quiteños se ha visto afectada estos últimos tiempos de crisis sanitaria. La pandemia pasó factura a esa relación natural, cuando el cabildo y sus representantes encabezados por el Alcalde Jorge Yunda, tramitó la adquisición de 100 mil pruebas PCR para detectar Covid-19. El 20 de abril del 2020 llegaron las primeras pruebas Isopollo de Corea del Sur, vendidas por la empresa Salumed, gerenciada entonces por Alejandro Vinelli, y se conoció una irregularidad; Vinelli fugó y se mantiene prófugo de la justicia. Según la investigación fiscal, la compra de insumos no cumplió con la especificación del concurso, que requería pruebas con técnica PCR, no LAM. Dentro de un mes tendrá lugar la audiencia preparatoria para el Alcalde y otros involucrados por presunto peculado en la compra de las pruebas por un valor de 4.2 millones de dólares. Yunda está investigado y porta un grillete electrónico en el tobillo que le impide abandonar el país. Medida precautelar que para el Alcalde es “la mejor presea que me han dado”, un galardón como distinción por posible abuso de fondos públicos.
El vástago municipal
El grillete no es el único galardón que la vida ha brindado al señor Alcalde. También un vástago que heredó su afición por la música, la farándula y el cabildeo, como buen hijo del jefe del cabildo. Según indicios encontrados en chats del celular del Sebastián Yunda, incautado en allanamiento al domicilio de su padre, el joven de 29 años cabildeó negocios privados al interior del municipio quiteño.
Los mensajes evidenciarían que Yunda hijo “recomendaba contrataciones de personal, sugería quiénes debían salir y hablaba con empresas proveedoras del Municipio para la adquisición de equipos”. Los diálogos con familiares, amigos y empresarios evidencian cabildeos para realizar posibles negocios municipales en los que el hijo del burgomaestre tendría impedimento, conforme establece la ley. El joven Sebastián intercambia información con un empresario chino identificado en la investigación fiscal como ‘Dalong’, al que llama papá. Le solicita cámaras para el patronato municipal y en otras conversaciones le propone: “hagamos las electrolineras, pongámonos ese negocio, mi papá me aprueba”, consultándole si ya reunió el dinero. Propone, además, hacer una construcción en terrenos municipales: “pongamos el estadio en la mitad del mundo, nos va a dar concesión porque va a ser un tema turístico increíble”.
Los chats familiares del hijo de Yunda revelan también que estaba consciente de la realidad de las prueba PCR. En un chat le dice a su tía Lilia Yunda: “para colmo las pruebas son falsas”. Al referirse en el chat a los insumos de las pruebas PCR, escribe: “No están aprobadas por la OMS”.
La reacción del señor Alcalde no deja de llamar la atención, no cierra filas con su hijo: “no voy a poner la mano al fuego por nadie, ni por familiares, ni amigos, ni compadres, ni funcionarios”. “Yo respondo por mis actos. En el momento que a mí se me encuentre algo, responderé por mis actos”.
Un alcalde distante
Quito tiene un alcalde distante. Además del distanciamiento con la ciudadanía, está distanciado con familiares y con ediles que hoy le piden la renuncia. Los concejales Luz Elena Coloma, Eduardo del Pozo y Fernando Morales en sendas cartas, tuits y entrevistas públicas piden a Yunda que renuncie a la Alcaldía de Quito, que encargue el puesto mientras es investigado por la Fiscalía. La petición de Del Pozo lo exhorta a “no continuar generando un desgobierno en la Municipalidad”, mientras que Morales lo incita a que pida “disculpas por todos los engaños a la ciudad”. Una carta firmada por Coloma solicita “que renuncie por el bien de la ciudad”.
¿Qué espera el señor alcalde, que lo saquen esposado con un galardón de sus oficinas edilicias?
La petición está hecha. Renuncie, señor Alcalde, por elemental delicadeza. No se aferre al cargo, hágalo por respeto a la ciudad que merece otra cosa. Al fin y al cabo, usted sabe como dice la canción, la distancia es como el viento.