Este mes se conmemora el aniversario luctuoso de Selma Lagerlöf, escritora sueca, feminista y defensora de los judíos. Nació en Mårbacka (provincia de Värmland, Suecia) el 20 de noviembre de 1858, hija de un funcionario del régimen y propietario rural. La nutrida familia de cinco hijos cayó en aprietos con la muerte del padre y la consiguiente quiebra de la propiedad. Es posible que, de pequeña, Selma sufriera una displasia infantil en la cadera, algo que le obligó a permanecer sentada la mayor parte de su tiempo durante la infancia, condición que le ayudó a fomentar su pasión por la lectura. Con tan solo 7 años se acercó a libros de los Hermanos Grimm, Alexandre Dumas y Walter Scott, entre otros. Más tardeleyó a William Shakespeare, Lord Byron y Johann Wolfgang von Goethe.
Escribió su primer poema a los 12 años y tres años más tarde, en 1873, fue enviada a Estocolmo para terminar sus estudios. Con todos los problemas económicos que tenían en casa, Selma entendió que tenía que aprender una profesión para poder mantenerse por ella misma, motivo por el que eligió la docencia, profesión que pudo estudiar gracias a un préstamo obtenido por su hermano mayor. Estudió en el Liceo Sjöberg para señoritas y posteriormente ingresó en el Real Seminario Superior para Estudios Docentes, una universidad para jóvenes con talento y capacidad. En este lugar se hizo conocida por sus sonetos y sus escritos.
Con 26 años, en 1885 se fue a Landskrona, donde empezó su carrera de maestra. Allí conoció a sus dos primeras amigas, Anna Oom, quien también era profesora, y Elise Malmros, una empleada. Ambas le enseñarían la realidad de esa pequeña ciudad costera donde había alcoholismo, pobreza, discriminación hacia la mujer e ignorancia. Todo ello se vería reflejado posteriormente en sus libros.
Poco a poco su vida se va desarrollando entre la enseñanza y sus escritos, comenzando a escribir artículos para el periódico y la iglesia locales. Además, la cercanía que tenía con Copenhague la llevó a despertar su interés por la cultura. En 1886 recibió una carta de Sophie Adlersparre, la principal figura del movimientofeminista sueco, quien la invitaba a visitarla. Su interés surgió a raíz de los escritos que sus amigas habían estado mandando a la revista literaria femenina Dagny.
En 1888 la propiedad que su familia tenía en Mårbacka salió en subasta, por lo que la familia se dispersó aún más. Selma se hizo cargo de su tía paterna y se prometió que algún día recuperaría lo que había sido su hogar. Por este tiempo fue cuando el periódico local Idun ofreció un premio de 500 coronas, lo que era en ese momento la mitad de su sueldo, por lo que decidió arriesgarse y mandar los cinco primeros capítulos de lo que sería su primera obra, La saga de Gösta Berling. Como resultado ganó el concurso y Shopie Adlersparre le consiguió una beca para que se tomara un tiempo libre de la escuela y se dedicara a escribir.
El libro se publicó en 1891, y aunque al principio no tuvo mucho reconocimiento, este vino un tiempo después de la mano del movimiento feminista. Más tarde, dos amigas danesas de Selma la convencieron para que presentara su trabajo al crítico Georges Brandes, quien escribió una gran reseña en el periódico Politiken, lo que permitió que el libro empezará a ser reconocido.
Fue en 1897 cuando tomó la decisión de dejar la enseñanza y mudarse con su tía a la ciudad de Falun, donde vivían su madre y su hermana Greta, comenzando así una nueva etapa para ella. A partir de entonces comenzó a escribir diversas novelas y obras, pero fue Lazos invisibles, publicada en 1894, la que le dio el reconocimiento como celebridad a nivel internacional. Ese mismo año conoció a Shopie Elkan, una escritora sueca que se convirtió en su mejor amiga y en su alma gemela durante toda su vida.
Todo éxito que fue cosechando llamó la atención del rey Óscar II de Suecia y Noruega, y de la Academia Sueca, por lo que la ayudaron económicamente para que pudiera dedicarse de lleno a la escritura. Durante los siguientes años, además de instalarse definitivamente en Falun, se dedicó a viajar con Shopie y a inspirarse de las diversas cosas que veía. Con todo ello, Selma consiguió en 1904 cumplir la promesa que se había hecho y comprar la casa de su infancia en Mårbacka.
Largelöf se convirtió en 1904 en la primera mujer en recibir un Nobel de Literatura, en cuyo veredicto se destacó lo logrado del retrato tan natural que hacía sobre la vida campesina. También fue nombrada, durante la Primera Guerra Mundial, como miembro de la Academia Sueca, aunque las tareas que desempañaban le quitaban tiempo para escribir.
Selma era una feminista desde el principio del movimiento en su país, por lo que dedicó gran parte de la de década de 1920 a defender los derechos de la mujer en una sociedad donde apenas estaba comenzando esta lucha.
Años más tarde, con la persecución nazi presente, Lagerlöf ayudó a muchos intelectuales y escritores a esconderse y a salir del país, como fue el caso de la poeta judía Nelly Sachs. Además, cuando Finlandia debió enfrentarse a la agresión soviética en la conocida Guerra de Invierno, Selma donó su medalla de oro del Premio Nobel para conseguir dinero para la resistencia finesa.
Selma Lagerlöf falleció el 16 de marzo de 1940, a los 81 años, debido a un ataque cardíaco masivo que sufrió mientras ayudaba a los refugiados fineses.
Fuente Revista Rocinante 149, marzo de 2021