Un eslogan puede ser un grito en la pared, o en la garganta de centenares de militantes o simpatizantes de una causa. Convoca desde la vanguardia, moviliza multitudes y genera conciencia colectiva. ¡Patria o muerte!, consigna simbólica de la Revolución Cubana, resume en su sentido profundo la voluntad de entrega de combatientes cubanos que ante perder la patria, prefieren perder la vida. ¡Patria o muerte! Es la frase pronunciada por primer vez por Fidel Castro en el discurso durante el funeral de un centenar de víctimas de la explosión del barco francés «La Coubre», el 5 de marzo de 1960. Desde entonces evoca el sentido revolucionario del pueblo cubano de inmolarse por su causa. Tal vez se haya criticado desde cierta perspectiva ideológica esta exaltación de la muerte en las arengas revolucionarias, pero no es más que un desapego a la vida propia por la vida de los demás. Una actitud que, más allá de los preciosismos semánticos, no comporta ambigüedad alguna: Patria o muerte es el designio de todo revolucionario, como un tránsito a la inmortalidad en la memoria de los pueblos. Si se observa el destino del Che, ese es el camino que el guerrillero argentino cubano transita por la historia. Una consigna viene profundamente arraigada en la moral del combatiente, es su leiv motive de generosidad, a diferencia de otras “éticas” desde el individualismo egoísta que la contradicen.
La versión de una pieza de rap interpretado por Yotuel Romero, Descemer Bueno, Maykel Castillo (conocido como El Osorbo), Eliécer Márquez (El Funky) y el grupo Gente de Zona, constituye una afrenta a la memoria colectiva revolucionaria de los cubanos. A guisa de ser creativos, innovadores, escribieron una letra que injuria los preceptos revolucionarios de un pueblo que, en su derecho a la defensa de su causa, rechazó la manifestación rapera en expresión de libertad y rechazo a cualquier intento de agresiones y manipulaciones.
De acuerdo a la historia cubana, en medio de la revolución de los años cincuenta, “Patria o muerte” fue uno de los emblemas de Fidel Castro y otros guerrilleros durante la guerra. Seis décadas después, un grupo de músicos se atrevió a insultar el logo oficial y el Gobierno de Cuba con una canción rapera de título “Patria y Vida”. Un juego de palabras que pretende oponerse semántica y políticamente a la consigna original. En entrevista para CubaNet, el rapero El Funky definió el tema como “un himno de libertad” y describió las complicaciones que supuso grabar el video.
El video con la canción rapera está lleno de detalles que fueron rechazados por el gobierno de Cuba. Comienza con “la quema de un dibujo del héroe cubano José Martí, y las cenizas dejan ver detrás un dólar con la cara de George Washington” (Cambiando al Che Guevara y a Martí por la divisa, dice la canción sobre el poder del dinero). En la segunda mitad del vídeo se ven imágenes de represión de la policía contra el movimiento de jóvenes San Isidro, un grupo disidente formado por artistas e intelectuales del país. También aparece una imagen del líder del movimiento, el artista Luis Manuel Otero Alcántara, abrazando la bandera cubana.
Diversas instituciones cubanas salieron en rechazo al rap de la contra. “No existe nada más triste que un coro de anexionistas atacando a su tierra, Patria y vida no es arte ni obra”, escribió el Teatro Nacional de Cuba en la propia plataforma digital. La Casa del Alba incitó a cantar a la Patria, no contra ella, en tanto el Consejo Nacional de las Artes Escénicas Cuba suscribió la frase: Patria o Muerte y ¡bien!, cual grito unánime de la nación caribeña. Por su parte, la Empresa de Grabaciones y Ediciones Musicales también se unió a la denuncia en redes sociales. El Ministerio de Cultura, el centro de Artes Promociones Artísticas y Literarias y el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos, también unieron sus voces en rechazo a la canción Patria y vida. El presidente de Casa de las Américas, Abel Prieto, dijo que “el tema posee un mensaje político abierto y sin matices, un cúmulo de consignas y una especie de balance, desde el resentimiento (…) con insultos propios de la peor propaganda anticubana”. Pareciera, según el escritor cubano, un chiste macabro hablar de patria y vida desde la Florida, donde tantas personas son desatendidas durante el genocidio cotidiano que es el capitalismo y el neoliberalismo.
La prensa cubana también se sumó a las críticas. Granma publicó: “Huele a azufre el ‘arte’ que nace a merced de la voluntad de quienes pagan –a toda costa y a todo costo– para intentar irrumpir, desde la más burda injerencia política, en la soberanía de una nación”. “El texto apuesta sin disimulo por la restauración capitalista y el derrocamiento del poder revolucionario”, señala otro de los artículos oficiales.
La historia musical de Cuba tiene sus bemoles. Desde la Nueva Trova cubana con Silvio Rodríguez siempre consecuente con la Revolución Cubana, hasta el alejamiento de Pablo Milanés y el exilio de Celia Cruz o los raperos que a ritmo de hip-hop, desde Miami, cuestionan al régimen cubano.
La mejor consigna de un pueblo es aquella que encarna la vida y la lucha en sus ideales por mejores días. Lo demás es propaganda.