La política es una confrontación de intereses ante la cual hay que hacer que las cosas sucedan. Una de las cosas que hacen los políticos es tratar a los demás con guante blanco. Esa manera elegante, a menudo insincera de tratar a una persona, hace posible que hasta un insulto no tenga efecto de ofensa.
Yaku, toma la iniciativa política para hacer que determinadas cosas sucedan y pide a la Corte Constitucional investigar un fraude electoral, solicita al CNE revisar las actas que le generan desconfianza, e invita a su contendor a un diálogo en presencia de cinco vocales de la autoridad electoral. Lasso aceptó la invitación y ambas circunstancias sucedieron. Se dio paso a la apertura del 100% de las urnas y conteo de votos provinciales del Guayas y del 50% de votos de otras 16 provincias. Lasso acudió a conversar con Yaku pero no “sobre el futuro del país”, como había condicionado previamente. En el encuentro hablaron de garantizar “la transparencia del proceso”, como pidió el candidato indigenista.
No obstante, también hubo un round electoral con intercambio de golpes políticos en el que ambos contrincantes se enfrentaron con guante blanco. Afuera de las instalaciones del CNE, en Quito, las banderas de los candidatos en disputa flameaban al viento de las circunstancias. Dentro del recinto tenía lugar el pugilato con guante blanco y Yaku dijo en la cara a Lasso: “Con usted, es improbable ganar al correismo”. Lasso respondió: “Gracias por su voto, usted dijo que prefería a un banquero que a un dictador”. Yaku contraatacó: “Usted tiene responsabilidad en el feriado bancario, usted fue ministro de Mahuad”. Y, finalmente, Lasso interpeló a Yaku: “No puedo aceptar que me ofenda, usted echa mucho lodo al proceso”. Todo dicho con guante blanco.
Segunda vuelta
Las estrategias políticas para la segunda vuelta buscan hacer que dos cosas sucedan: la descalificación de Andrés Arauz y el triunfo del neoliberalismo. En esa línea de acción, el Fiscal General de Colombia viajó a Quito con documentos que, supuestamente, prueban el presunto financiamiento del ELN a la campaña de Andrés Arauz para desprestigiarlo y, finalmente, descalificarlo en una acción conjunta con la Fiscalía ecuatoriana y el CNE. La segunda estrategia en marcha busca la unidad en torno a la candidatura de la derecha, endosando votos recibidos por Lasso y Yaku en primera vuelta, para apoyar a quien pase a la segunda contra el candidato progresista. La “carta de triunfo” frente al correismo, presuntamente, es Yaku, pero la alianza de derecha CREO-PSC reclama que su candidato, Lasso, enfrente a Arauz. Y las cosas están sucediendo en ese sentido. Sin embargo, Lasso físicamente debilitado sale del CNE apoyado en un bastón, confirmando su confesión de falta de energía para enfrentar una campaña electoral y el ejercicio del poder.
Jaime Nebot, su aliado, durante la noche de un día agitado acepta abrir todas las urnas y contar el 100% de los votos en Guayas, “para probar que el fraude es mentira”. Se pone guante blanco y concluye, “con corazón porque queremos al país sin egoísmo, abramos las actas para borrar la sensación de fraude, este no es un problema legal, es ético”.
Mientras Lasso y Yaku se dedican al recuento de votos, Arauz hace campaña con ventaja para la segunda vuelta y el tiempo se les viene corto. Consciente de esa realidad y convencido de que “el 67% del país votamos porque no pasen las tesis inconvenientes, mientras unos cuentan votos otros hacen campaña y van a ganar la elección”, reconoció Nebot en un canal estatal. Apelando a su experiencia política, agrega: “Tenemos que unirnos para que en el país no entren las tesis inconvenientes. No creo en la extrema izquierda que es tan torpe como la extrema derecha. Este es un país diverso, no debemos dirigirnos a los candidatos, sino a la ciudadanía, a la gente y sus problemas diversos”. En otras palabras, trata con guante blanco al pueblo “que votó por los candidatos perdedores”.
Bajo la política de guante blanco se esconden las manos negras de quienes conciben la estrategia que se propone descalificar al binomio Arauz-Rabascall por el supuesto delito de haber financiado la campaña electoral con dineros de la guerrilla colombiana del ELN. Se llega a sugerir públicamente declarar ganador a Lasso en un intento ilegal que perturba la conciencia nacional. Las cosas deberán suceder de tal manera que la segunda vuelta sea entre Lasso y Yaku, y después acusar al candidato indigenista de terrorismo por los acontecimientoe de octubre del 2019. Y la última carta bajo la manga, una dictadura civil militar que complete la privatización de los activos del Estado, cubra la retirada de Moreno y su gente, postergue nuevas elecciones y destituya a los parlamentarios progresistas.
El ciudadano común, agobiado por sus propios problemas, acaso vote por sí mismo en la segunda vuelta. El candidato que pretenda ganar la contienda debe quitarse el guante blanco y tratar con sensible sinceridad al elector que, en su intuición popular al votar con su voto reivindicativo, deberá hacerlo por un mejor Ecuador.