En un diálogo político sincero, profundamente humano, se encontraron dos generaciones. Una representada por el candidato presidencial Andrés Arauz, y otra, por el ex presidente de Uruguay, José Mujica. El encuentro entre los dos políticos latinoamericanos vino a romper una barrera generacional y al, mismo a tiempo, a romper el mito de que los principios progresistas, revolucionarios, que luchan por la justicia social, son parte del pasado.
El ex mandatario uruguayo saludó a Arauz agradeciéndole “por pertenecer a una generación que le está levantando el ánimo a nuestros pueblos latinoamericanos”. Es muy grande la deuda social que tenemos en Latinoamérica, -dijo Mujica- vivimos en un continente rico y terriblemente injusto, queda mucho por delante y precisamos sangre nueva, compromisos nuevos de nuevos luchadores que cojan las viejas banderas de la igualdad, del derecho a vivir que tienen todos los postergados que viven en nuestra América, por eso te tengo que felicitar, se que estás en una contienda electoral que como toda contienda electoral es dura, pero estás contribuyendo a levantarle el ánimo a la gente que está acostumbrada a sufrir y que necesita expresarse de alguna forma”.
El joven candidato agradeció el saludo y expresó que “sus palabras inyectan muchísimo ánimo a quienes estamos dando esta batalla en Ecuador y enfrentando acusaciones absurdas de una campaña sucia, esa fea parte de la política que no respeta la ética. Lo bueno es que, a pesar de que hay todos esos intentos de campaña sucia y esta manipulación con noticias falsas, yo confío en el intelecto colectivo y que la gente ya sabe distinguir entre la manipulación y la realidad, porque lo viven en su día a día. Nosotros estamos planteando una campaña vinculada con ese día a día, y estamos muy cerca de lograr una victoria contundente, si es que los poderes fácticos no se ponen en el medio”.
En coincidencia con su interlocutor, Mujica señaló: “Si, por supuesto, además en muchas partes de América han torcido la justicia tratando de judicializar la política y eso enturbia las relaciones. Y además, esta generación digital permite que cualquier irresponsable diga cualquier disparate (…) fabricar mensajes a su medida aunque sean mentiras, eso también participa de las campañas electorales de hoy, y hay que luchar contra todo eso”.
Dos personajes de diferentes generaciones que se unen en diálogo de integración intergeneracional, hablaron de esa otra integración, la regional sudamericana, y Mujica dijo: “Tengo que felicitarte por este compromiso en una América que busca encontrarse a sí misma. Hay que luchar por integrarse con lo que hay, integrarse con la realidad, porque sino no vamos a cambiar la realidad. El mundo se viene juntando en gigantescas realidades, con dificultades, y los latinoamericanos estamos de espaldas los unos a los otros”.
A lo que Arauz replicó: “Puedes creer que, en nuestro caso, Quito era la sede de Unasur, es decir la capital de Sudamérica, y ese personaje terrible para la historia de nuestros pueblos, como es Lenin Moreno, decide renunciar a ser la sede de Unasur. Decide salir de Unasur, y dejar un proyecto de integración que tenía carácter civilizatorio. Queremos corregir eso para los sudamericanos lo más urgentemente posible”.
Acostumbrado a apelar a diversas sabidurías, Mujica citó a otro latinoamericano: “Dijo un argentino que ya no vive, este tiempo nos encontrará unidos o vencidos, y esa es la alternativa, si no logramos formas de unirnos estaremos vencidos frente al mundo. No nos damos cuenta de que en Asia, nada menos que China, Japón, Corea, Singapur, Australia, y otros, con todas sus diferencias y sus conflictos, están construyendo una unidad. Y los latinoamericanos en un montón de repúblicas ni siquiera hablamos entre nosotros. Yo creo que estas cosas nos tienen que servir porque es mucha la responsabilidad que tenemos con nuestros pueblos”.
El nobel candidato presidencial recordó los desafíos que enfrenta en ese sentido: “Uno de los retos que tenemos en Ecuador, es la integración de nuestros pueblos y nacionalidades indígenas (…) por la importancia de ir superando el racismo en el siglo XXI, y cumplir con nuestra Constitución que ordena la construcción de un Estado plurinacional e intercultural que es la integración hacia adentro de nuestros pueblos. Allí tenemos un reto de construir la integración de nuestra América con los pueblos originarios”.
Un Mujica siempre lúcido, complementó: “Decía alguien hace algunos días, estamos en el mismo mar, pero no estamos en los mismos barcos, por lo tanto, hay un racismo soterrado. Hay un castigo a los indígenas, a los negros, a los olvidados, hay en los hechos un racismo que se expresa en algunos países de América. Sin la gente de color que ha muerto por el virus en la misma proporción que los blancos, habría miles de muertos menos. Esto quiere decir que la atención del Estado en salud, no fue equitativa con todos los colores de piel. Hubo gente que sufrió mucho más porque además de ser pobre tiene enormes dificultades, tenemos que tener consciencia de eso. Y hay todavía mucho que luchar para superar eso, todavía hay mucho racismo en nuestras venas, mucho desprecio. Y en realidad es un tesoro que tenemos en las culturas indígenas que están sepultadas, pero que están allí, y que son parte de nosotros mismos”.
Arauz replicó enfatizando el compromiso concreto que tiene con los pueblos ancestrales: “Son parte de nosotros mismos y hay que salir de la retórica y empezar a construir realidades en lo material, en lo educativo, en la participación en el gobierno. Ese es el rol fundamental en la construcción de los imaginarios colectivos y en las autonomías territoriales que necesitamos construir e implementar”.
En seguida, interrogó a su interlocutor asociando “la traición de Moreno a un proyecto político y a todo un pueblo”, con la actuación de Almagro, secretario de la OEA: “¿Cómo mira el rol de Almagro en la región latinoamericana?”
“En la vida se ve caras pero no se ve corazones -respondió Mujica-, dice un viejo poeta argentino atrás del oro van los maulas como hacienda, no hay flujo que no se venda por una sucia moneda pero siempre en mi patria queda el que la defienda”.
El joven Andrés se congratuló por el diálogo con su amigo Pepe y Mujica compartió con él “un consejo de viejo: triunfar en la vida es volver a empezar cada vez que uno cae”
El postulante a la presidencia de Ecuador esgrimió una respuesta optimista: “Seguimos en la lucha y estamos seguros de que este 7 de febrero podremos vencer para alegría de nuestro pueblo y de toda América Latina”.