Es hora que la cultura tenga el espacio que se merece, escribe un ciudadano en Facebook, y acaso su anhelo representa el pensar y el sentir de miles de ecuatorianos. Mientras este clamor se difunde en la red social, el candidato de la cultura, Kintto Lucas, recorre el país entregando libros y difundiendo su plan de trabajo como aspirante a ocupar un escaño en la Asamblea Nacional. Lucas ha dicho que “el 7 de febrero es una fecha crucial, no son unas elecciones más, es fundamental ganar en la primera vuelta, como ya lo muestran las encuestas y la gente cuando conversamos, pero es fundamental que nos juguemos el todo por el todo, que conversemos con toda la gente posible, que la lista 1 es la que puede ayudar a sacar de este país del desastre y construir un futuro distinto. Les pido el último esfuerzo con la pasión y la voluntad para conquistar las voluntades que nos falta para tener una gran votación y que no nos hagan fraude”.
En otro síntoma de la campaña por la cultura, el frente político cultural UNES, emite un comunicado en el que denuncia que el 71% de los artistas y gestores culturales no tiene ingresos económicos estables; el 59% de los artistas y gestores no tiene acceso a un seguro social. Uno de cada tres artistas tiene ingresos inferiores al salario básico. El 59% no tiene capacidad de ahorro ni puede acceder a ningún crédito. El 72% de los gestores culturales afirma que las pérdidas sufridas durante la pandemia son definitivas. Además, la institucionalidad de la cultura está siendo desmantelada, continúan los recortes a los presupuestos y los despidos en las entidades culturales .
Ante esa realidad, UNES propone en su plan de trabajo para recuperar el sector cultural, “incluir a los trabajadores de la cultura en el programa Mil dólares a un millón de familias; este beneficio debe llegar al menos a 10 mil familias vinculadas al sector cultural”.
La plataforma por la cultura incluye, además, las siguientes acciones: El 50% del pago a cada nuevo empleo adecuado de una pequeña empresa cultural lo asumirá el Estado. Seguro social universal para los trabajadores de la cultura y portadores de saberes con coberturas para salud, invalidez, vejez, y muerte. Inclusión del sector cultural y comunitario en los créditos que, por mil millones de dólares, se destinarán a la pequeña y mediana empresa. Créditos, de hasta 50 mil dólares, para actividades culturales a través del sistema económico popular y solidario. Incentivos tributarios para la cultura que beneficien a pequeñas y medianas empresas, organizaciones y colectivos dedicados a actividades culturales.
El proyecto de gobierno de UNES, propone: La creación de al menos 4 mil empleos dignos y directos para el sector de la cultura, a través de la implementación de los programas y regímenes establecidos en la Ley Orgánica de Cultura: Régimen integral de formación en artes, RIEFAC, 1.500 artistas que se incorporarán al sistema educativo; ejecución de un verdadero Plan nacional del libro y la lectura, incorporación de mediadores, promotores, editores, etc.; implementación del Sistema nacional de bibliotecas, archivos, museos: incorporación de bibliotecarios, libreros, técnicos, mediadores, etc.; implementación del Sistema nacional de orquestas infantiles, juveniles, populares, estudiantiles: incorporación de músicos, directores, compositores, etc.; implementación del Programa nacional de Formación de públicos; implementación de las Redes nacionales, de espacios escénicos, de gestión cultural comunitaria, etc.
En cuanto al trabajo comunitario, el plan se propone un impulso a la economía cultural en parroquias, comunidades y barrios; soporte a servicios culturales y pequeñas y medianas iniciativas culturales, lo que generará 11.300 puestos de trabajo digno, a través de copago y acceso a créditos por hasta 25 mil dólares. Facilitar la contratación pública de servicios y productos culturales a través de una reforma a la Ley de compras públicas que especifique y reconozca a los artistas y creadores.
La conservación del patrimonio cultural que forma parte del plan incluye, la recuperación del Tren patrimonial y del Sistema ferroviario nacional, a través de un acuerdo público-comunitario que reactive las rutas del tren, incorpore a las comunidades y garanticen la preservación de los bienes patrimoniales. Impulso al turismo cultural y patrimonial, implementación de circuitos en las 39 ciudades patrimoniales; generación de actividades e iniciativas articuladas a la cultura viva comunitaria, operadores y promotores culturales y turísticos.
Campaña sucia
Los detractores de la democracia echan mano a sus armas cuando escuchan la palabra cultura. Mercenarios en acción echan a rodar típicos rumores -reiterativos, mal intencionados- fruto de la desesperación ante la eventual derrota de sus contratantes, en una campaña sucia orquestada a nivel internacional y local. Desde la revista colombiana Semana y el periódico argentino Clarín, se publican Fakenews que son desmentidos a las pocas horas. El canal criollo TC Televisión ha contratado al comentarista Carlos Vera para replicar esas y otras noticias en el país. Vera, citando al semanario colombiano que publicó una supuesta “financiación guerrillera de la campaña del binomio Arauz- Rabascall”, reproduce la «noticia». La historia se repite esta vez como farsa, no es la primera vez que recurren a la misma patraña. En evidente falta de ética profesional, el comentarista del canal estatal, alude al candidato incriminado sin darle espacio a la réplica que por ley le corresponde. Los “sesudos” analistas invitados esgrimen todo tipo de falacias para desprestigiar a quien se oponen por convicción y doctrina.
Tal vez estas prácticas políticas resulten insólitas para las nuevas generaciones, pero ya fueron utilizadas en Chile, en 1970, contra el candidato presidencial Salvador Allende, a quien cercaron con una similar campaña sucia electoral, mentiras mediáticas, sonadas violentas callejeras, hasta el crimen político y asalto armado al palacio de gobierno. Se trató de impedir primero que Allende asuma el poder, luego recurrieron a diversos actos terroristas para desestabilizar su gobierno, hasta derrocarlo en un golpe de estado militar, al cabo de tres años, en septiembre de 1973.
La historia puede repetirse esta vez como tragedia. Nadie puede asegurar que no ocurran similares hechos en Ecuador, bajo un guión terrorista concebido por oscuras fuerzas internacionales y locales no resignadas a ser desplazadas del poder. Ese guión salió a la luz pública cuando el aparato de inteligencia norteamericano CIA, desclasificó documentos que demostraban la injerencia norteamericana en los acontecimiento ocurridos en Chile.
Los detractores, cuando escuchan la palabra cultura echan la mano al cinto para sacar un arma. La cultura es el arma necesaria contra la innobleza de la política. La movilización popular es la alternativa ciudadana para impedir el robo de su voluntad en las urnas.
Es hora que la cultura tenga el espacio que se merece. La decisión ciudadana es el arma para llevar la cultura al poder.