Quienes están detrás del asalto armado al parlamento norteamericano es una cuestión que la propia prensa de ese país intenta responder. Según diversas versiones mediáticas que investigan los violentos hechos ocurridos en el Capitolio el miércoles de esta semana, los organizadores del asalto son los senadores republicanos Josh Hawley, Ted Cruz, Ron Johnson y Kevin McCarthy, y las organizaciones “The Proud Boys” (“Los Chicos Orgullosos”), “Q-Anon”, “Custodios del Juramento” y Falun Gong. Ultraconservadores, neofascistas, racistas, oscurantistas, que constituyen, según medios de prensa estadounidenses, “la mafia de Trump”.
Estos actores políticos actuaron en gestiones, apoyos, organización, movilización y acciones destinadas a irrumpir violentamente y de manera ilegal en el edificio que alberga al Senado y la Cámara de Representantes, respondiendo a su consigna desestabilizadora del régimen democrático formal de los EE.UU. El asalto con claros rasgos golpistas fue instigado desde sus redes sociales por el propio Donald Trump, reconocido como líder de las bandas derechistas gringas. A estos grupos los une ideas y sentimientos ultra conservadores entre los que destacan tesis supremacistas, anti migrantes, racistas, anticomunistas, neofascistas, nacionalistas, oscurantistas, ultra religiosas y de fomento del poderío económico/militar de Estados Unidos. Son sectores que apoyaron la “supremacía blanca”, políticas autoritarias y anti democráticas desarrolladas por el Presidente Trump en la Casa Blanca; en respuesta, el magnate los defendió decididamente durante su gestión en el poder.
Organizaciones periodísticas como The New Yorker, Jacobin, The New York Times y The Washington Post se han referido a estos sectores reaccionarios como “grupos mafiosos de Trump” que participaron y defendieron dentro y fuera de los Estados Unidos el ataque al Capitolio. Una nota en The New Yorker muestra cómo “esa mafia fue alentada por el actual jefe de la Casa Blanca en lo que ahora se ve como algo muy planificado”, que incluyó la llega de cientos de personas desde otros estados de EE.UU, a Washington, la capital. Ante del asalto, Trump se dirigió a un grupo de sus partidarios reunidos en la Elipse -se escribió-, el parque al sur de la Casa Blanca, donde declaró: ‘Nunca ha habido algo como esto, es un robo puro, en la historia de Estados Unidos’. Luego de repetir una letanía de afirmaciones falsas sobre el fraude electoral, dijo: “Esta es una empresa criminal”, e instigó a los manifestantes “a caminar por Pennsylvania Ave. Vamos a intentar darles a nuestros republicanos, los débiles, porque los fuertes no necesitan nuestra ayuda, vamos a intentar darles el tipo de orgullo y audacia que necesitan para recuperar nuestro país’”.
El apoyo político que respaldó el asalto al parlamento fue identificado por la prensa estadounidense con nombre y apellido. The New York Times, escribió que Hawley, Cruz, Johnson y McCarthy “están dispuestos a sacrificar sus almas, el alma de su partido y el alma de Estados Unidos” y por eso promovieron la asonada violenta del miércoles. La nota señala que esos congresistas aplican la premisa de que “si no podemos mantener el poder, entonces al demonio con las reglas y con el sistema. El poder no viene de la voluntad del pueblo, sino de nuestra voluntad y de la de nuestros líderes”.
Ted Cruz es “un personaje ligado a la conservadora Asociación Nacional del Rifle, es artífice de leyes y medidas de bloqueo y agresiones a Cuba” Fue parte del equipo de George W. Bush que trabajó para garantizar que el Poder Judicial le diera el triunfo electoral frente a Al Gore, en una ocasión acusó formalmente al ex presidente Barack Obama de tener “abiertamente deseos de destruir la Constitución y esta República”, es un participante del movimiento anti aborto “Pro vida”, se opone a los matrimonios del mismo sexo y las uniones civiles, es partidario de las políticas privatizadoras y neoliberales en ámbitos como la salud y la educación. Según denuncia la prensa de EE.UU, el descendiente cubano “es opositor a legalizar la marihuana, fue impulsor de la nacionalista Ley Patriota de EE.UU, apoya la pena de muerte, no acepta legalizar a migrantes que hayan ingresado irregularmente a Estados Unidos, niega que exista el calentamiento global, y sostiene que hay que cerrar la frontera con México”. Éste es uno de los alentadores del ataque al Senado y la Cámara de Representantes actuando a nombre de Donald Trump.
En tanto, Josh Hawley es un senador por Misuri que se opuso siempre a admitir en el Parlamento al triunfo de Joe Biden, mantuvo la tesis del fraude y planteó que Donald Trump debía seguir siendo el Presidente. Organizó diversos trámites para evitar que se certificara el triunfo del demócrata y arremetió contra “la izquierda” y “los anarquistas” que habrían contado con el apoyo de Biden. Hawley es un senador joven que tiene vínculos con agrupaciones cristianas ultra conservadoras y siempre adhirió al ala ultra derechista del Partido Republicano.
Otros parlamentarios republicanos que apoyaron el asalto son cortados por la misma tijera: incondicionales al magnate, enemigos acérrimos de la izquierda, ultra conservadores en distintas materias, promotores del sector privado y las corporaciones, anti abortos y anti derechos de la diversidad sexual, opuestos al matrimonio de parejas del mismo sexo.
Entre las bandas que actuaron, fueron identificadas organizaciones ultraderechistas, conocidas por sus directrices neofascistas y de apoyo a Trump. La novedad es que el asalto puso en evidencia hasta dónde son capaces de llegar y en qué operaciones están dispuestos a participar, en un contexto donde congresistas y académicos estadounidenses no dejan de plantear que había un plan de golpe de Estado y de dejar al magnate a cargo de la Casa Blanca.
Proud Boys está hace unos años en la lista de “grupo peligrosos” del Buró Federal de Investigaciones FBI. El grupo se auto considera “guardián de los valores de Occidente y un azote para la corrección política de la izquierda”. Falun Gong, es movimiento espiritual chino que promueve una tendencia moralista que siempre tuvo el respaldo de Trump. Los miembros de esta corriente son perseguidos en China y ante eso el mandatario siempre les dio apoyo y defendió.
Q-Anon, abreviatura de “Q-Anónimo”, es un grupo ultraderechista que levanta una tesis conspirativa y advierte de una trama de un “Estado profundo” en contra de Donald Trump. Son perseguidores a los demócratas que levantaron datos conspirativos respecto a políticos de ese partido Partido, artistas, funcionarios federales, personalidades, que participarían en una red de tráfico sexual, de prácticas sexuales y de pedofilia. La letra Q tiene un significado de un sujeto anónimo y ligado a los militares o fuerzas de Inteligencia.
En esa línea están los “Oath Keepers” (“Custodios del Juramento”), que anunciaron su respaldo a Trump como un salvador del país y estuvieron en el asalto al Capitolio. Operan como milicias con mandos internos, uniformes militares y armamento de todo tipo, incluidas ametralladoras de grueso calibre, granadas y explosivos. La prensa norteamericana no descarta que estos congresistas ultra conservadores y grupos ultraderechistas, serán una punta de lanza y hasta un brazo armado del magnate, que pueden llegar a repetir episodios como el del Congreso o peores.
Los sucesos del Capitolio estadounidense confirman que los sectores conservadores no creen en su propia democracia formal, que cuando los órganos de poder capitalista no les funcionan los destruyen o intentan hacerlo. A eso nos tienen acostumbrados en América Latina, lo curioso es que también ocurra en los EE.UU, paradigma “democrático y modelo de los grupos conservadores” latinoamericanos. Las cosas caen por su peso y la voluminosa responsabilidad golpista y criminal de los grupos reaccionarios estadounidenses es una bola de nieve capaz de convertirse en una bola de fuego que incendie la frágil democracia norteamericana.