A pocas horas de concluir el año anterior, Argentina fue escenario de una noticia singular en América Latina. El Senado del país austral aprobó por mayoría una “ley de aborto libre y seguro” que faculta a la mujer a solicitar dicha intervención médica sin restricciones en las causales. Este hecho tiene impacto en la región latinoamericana y no se descarta que otros países sigan esos pasos. Existen diversas condiciones que hicieron posible la decisión parlamentaria argentina, entre otras, el cambio en la correlación de fuerzas políticas del Parlamento argentino, la presión que ejerció el presidente Fernández y, esencialmente, el significativo incremento de la lucha que libran los sectores feministas y organizaciones de mujeres por los derechos de género en el país gaucho.
En el contexto internacional se reconoce que Argentina “vuelve a situarse a la vanguardia de los derechos sociales en América Latina», continente que se venía quedando a la zaga en el tema. En la región son pocos los países -Uruguay, Cuba, Guyana, Puerto Rico y algunas zonas de México- que permiten que una mujer solicite un aborto legal. La prensa mundial destaca la noticia señalando que implica “una gran victoria para el creciente movimiento feminista de América Latina”.
El diario norteamericano The New York Times destacó la aprobación del aborto como un “hito en la región conservadora” latinoamericana. La publicación estadounidense no descartó que “es probable que sus efectos se extiendan por el continente”. En Latinoamérica los movimientos feministas, legisladoras y organizaciones sociales, han intensificado su protagonismo en el reclamo social por la prerrogativa de la mujer a decidir sobre su cuerpo, su salud y su maternidad que se traduce en la vigencia de un aborto legal, libre y seguro. El periódico español El País, destacó la posición de liderazgo argentino en el tema que puede incidir en la decisión de otros estados latinoamericanos a optar por la legalización del aborto.
En el caso argentino, primó mucho la información respecto a casos de mujeres adolescentes embarazadas producto de una violación, la inviabilidad fetal, el derecho a no querer ser madre, y otras circunstancias expuestas. Lo que demuestra que fue una decisión informada y argumentada bajo el criterio del derecho a decidir por parte de las mujeres. Una legisladora argumentó que “el aborto es producto de un cúmulo de violencias que las mujeres vivimos todos los días de nuestra vida”, ratificando que “quiero que las mujeres vivamos libres, sin miedo, y con el poder de decidir”.
Uno de los aspectos significativos de la ley de aborto libre aprobada por los argentinos, es que la intervención médica se permitirá hasta la semana 14 de embarazo de la mujer, y solo la consideración de extender el plazo sería en casos de violación y que esté en riesgo la vida de la embarazada. Otro aspecto destacable, es que tuvo gran atención en el debate el derecho de mujeres y personas con otras identidades de género con capacidad de gestar, a decidir la interrupción del embarazo. De igual modo, se cuidó que se garantice por parte del servicio de salud público y privado, la atención integral adecuada a las mujeres que opten por el aborto. La ley además pone énfasis en que se requiere el consentimiento informado por escrito de la persona gestante, antes de que se realice el aborto. Los profesionales de la salud que practiquen el aborto pueden ejercer la objeción de conciencia y mantener esta posición en todos los ámbitos, pero no se pueden negar a hacerlo si está en riesgo la vida de la gestante.
La ley entrará en vigencia este inicio de año y toda persona gestante podrá acceder en el sistema de salud al aborto de forma gratuita y segura, hasta la semana 14 de gestación. Las niñas menores de 13 años podrán hacerlo con asistencia de uno de sus padres, o del representante legal. Aquellas mayores de 13 años y menores de 16, podrán decidir por sí solas. La nueva ley de aborto establece la urgencia por parte del Estado de implementar la ley de Educación Sexual Integral y fijan las penas de prisión con las que serían reprimidas las personas que causen el aborto o consientan que se lo haga fuera del plazo y causales permitidas.
Sin duda, el continente latinoamericano y, en particular Argentina, ha dado un paso trascendental en la vigencia de derechos humanos. El abortó es un tema cultural, cuya réplica en otros países de la región dependerá de la correlación de fuerzas y voluntad política que se exprese sobre el tema. Es imprescindible crear una nueva percepción ideológica popular sobre el aborto, orientada por la ciencia y el derecho. Esta nueva conciencia ciudadana sobre un tema vital de salud pública y derechos civiles de la mujer, es un factor determinante que orientará la postura política de las élites dirigentes sobre el tema. Un país que retarda la decisión sobre la vida de sus ciudadanos, es un país que renuncia fatalmente a sus derechos humanos.