Si se calla el cantor, calla la vida, dice el verso de una emblemática canción latinoamericana. Pero la vida sigue aun con la canción silente. La historia de silencios y armonías de nuestra región registra en sus anales el protagonismo de Pueblo Nuevo, la agrupación musical ecuatoriana que nació en medio de las luchas populares por transformaciones políticas y sociales latinoamericanas en los años setenta. Al cabo de 45 años de trayectoria artística, el grupo por el que han pasado cuarenta integrantes, rompió silencios políticos y musicales, a través de sus “crónicas cantadas” que son fundamentales para popularizar y difundir la esperanza en un mundo alternativo y más justo.
Con los bríos que da la madurez, la consolidación y consecuencia vital como exponente emblemático del canto latinoamericano, Pueblo Nuevo conmemora hoy casi medio siglo de contarnos nuestra propia historia popular, tantas veces escrita con sangre y cincelada a fuego lento en la memoria de sus habitantes.
Pueblo Nuevo, creado en 1975 por un grupo de jóvenes estudiantes universitarios, tres lojanos y tres quiteños, desde sus inicios plasmó en su música las razones y emociones del hombre y mujer nuevos en un canto consagrado a un nuevo pueblo. Acreedor del reconocimiento a la Orden Nacional al Mérito en el Grado Oficial, otorgado por el Estado ecuatoriano, Pueblo Nuevo es inclaudicable embajador de los valores artísticos ecuatorianos ante el mundo.
Miguel Mora, uno de sus integrantes fundadores, evoca los orígenes y trascendencias de Pueblo Nuevo en conversación exclusiva con LAPALABRABIERTA, en la que recrea un testimonio que rompe el silencio de su vivencia artística y de la vida misma.
Pueblo Nuevo nace en forma natural en los duros años de la represión política de los setenta, ¿cómo fueron esos inicios, Miguel?
Había una corriente muy fuerte de la canción latinoamericana en los años más duros de las dictaduras del cono sur. Había una influencia muy clara de varios cantores latinoamericanos con canciones que decían algo, mucho más allá qué cantarle al amor. Poetas, cantores, como Anibal Sampayo en Uruguay, Atahualpa Yupanqui en Argentina, Carlos Puebla en Cuba, habían dejado un mensaje con sentido social. Eso y los sucesos del cono sur influyeron con mucha fuerza a la integración de grupos que habían comenzado en el Ecuador, como el grupo Jatari, el más emblemático de la canción popular ecuatoriana y nosotros seguimos en esa línea. Nos iniciamos en la Facultad de Medicina de la Universidad Central del Ecuador en el año 1975. Al principio era amorfa esta relación del grupo, ninguno tenía experiencia grupal, éramos solistas y había que dejar ciertos protagonismos para integrar un colectivo.
¿Quiénes influyen en la creación del grupo?
Tuvimos influencia de Max Berrú Carrión, fundador ecuatoriano de Inti Illimani, que fue un entusiasta propulsor del grupo, él nos dio una mano al inicio y nos regaló un cuatro venezolano. Nos incentivó mucho, hicimos una gira por Perú y por Bolivia para adquirir instrumentos y para conocer un poco de las formas de interpretación. Éramos tres lojanos y tres quiteños y luego se sumó el chileno Juan Paredes que estaba en Quito, y fue parte del grupo por algún tiempo.
El nombre Pueblo Nuevo, desde sus comienzo fue promisorio…
Escogimos el nombre por el tema del hombre y la mujer nuevos, que no creían en los paradigmas caducos en América Latina y el mundo.
¿Cuáles son los principales hitos en la trayectoria del grupo?
Hay un primer momento que es reproducir el floklore latinoamericano, un segundo momento que tiene que ver con la canción social contingente, y un tercer momento de canción latinoamericana que no es cantar cualquier tipo de cosa. Siempre el concepto fue cantar opinando, canciones que tengan condumio y algo que decir.
Un momento muy emotivo es su proximidad a Julio Jaramillo…
Lo de Julio Jaramillo es muy especial, de alguna manera ayudamos a la reivindicación de un cantor popular que, en el momento que nosotros hacemos un homenaje, no era lo que es hoy, era un cantor muy vilipendiado, tratado a menos y ayudamos en su recuperación.
¿El arte es reflejo de una época o influye en la definición política de esa época?
Yo creo que es una forma de incentivar una definición ideológica, no creo que sea el instrumento para lograrlo. Ayuda a la concientización de la gente, sensibiliza, ese es el papel del arte. No es el arma el arte, pero es una forma de llegar a las conciencias de la humanidad.
¿Las nuevas generaciones están en esa línea, por qué no han surgido grupos como Pueblo Nuevo?
Una de las causas es la falta de difusión, en radios y disqueras dejó de interesar el tema de la canción latinoamericana como tal, por razones que son de orden político, no le interesa a cierta clase que la gente tenga consciencia, mientras más apagado este su espíritu, mejor. Creo que hay otras formas que han surgido, hay muchísimos interpretes de canción latinoamericana, nuevos grupos que van reflejando una forma distinta. Por ejemplo Guardarraya en Ecuador, un grupo vanguardista que tiene una cierta composición arreglística similar a lo que nosotros hemos hecho, con su visión propia. Ahora mismo veo como una idea brillante la reinterpretación de la cantata Santa María de Iquique por mujeres, un hecho trascendental que cambia los paradigmas. Hay un intercambio virtual que se hace en redes, hay mucho de la canción latinoamericana que circula a ese nivel, sigue siendo un suceso importante. Se ha hecho homenajes a Víctor Jara, recreaciones a Chabuca Granda. Si veo que hay una muy interesante nueva camada de cantores populares que están tomando la posta.
¿Cómo ha influido la tecnología a la creatividad artística, hace caer en un facilismo?
Estoy de acuerdo contigo que una tecnología ayuda al facilismo, sin embargo ha ayudado para suplir, por ejemplo, en muchísimos casos las orquestaciones. Estoy de acuerdo contigo en que la creatividad pasa por componer con los instrumentos, trabajar los textos y emplearse para lograr grabaciones de nivel. Ahora hay formas tecnológicas de corregir las líneas melódicas. La tecnología ha ayudado a lograr mejor calidad en las grabaciones y de todas maneras se necesita creatividad.
¿En este momento hay una desmovilización política que impide que se hagan los grandes festivales de antes?
Aquí hay un tema que lo estamos viviendo, la pandemia ha impedido este tipo de actividades. Los festivales siguen. Por ejemplo, el Festival de Cosquín, en Argentina, es un suceso año a año, es el momento cumbre del floklore latinoamericano. En Chile, Argentina y México si se desarrollan grandes festivales.
Hay canciones que se han convertido en himnos en la interpretación de Pueblo Nuevo. ¿Cuál es la canción emblemática del grupo?
Hay momentos. Seremos el Pueblo Nuevo es una suerte de canción de inicio para todo lo que hacemos. Todavía Cantamos, que es parte de una propuesta un poco más nueva, temas como la Chacarera del Exilio, de compositores argentinos. El Soneto a Matilde, de Pablo Neruda y César Isella. La Esperanza, creada por nosotros o Ángel de luz. Cómo será la Patria, es otra canción emblemática. Hemos grabado más de 400 canciones y hecho 80 publicaciones.
¿Cómo va a conmemorar Pueblo Nuevo sus primeros 45 años?
Con un recital virtual que será un recorrido por estos 45 años que comienza con las canciones iniciales más emblemáticas: Julio Jaramillo, la canción social, música popular ecuatoriana y que termina también con los temas que han tenido ritmo. Es un recorrido de 27 canciones que nos van a llevar, mágicamente, por ese vuelo a través del tiempo, con invitados especiales. Algunos ex integrantes se van a reunir para cantar con nosotros. Miguel Sanchez, Hernán Sotomayor, fundadores, Juan Paredes, estará también gente de la nueva generación, Guardarraya, Alvaro Bermeo, Darío Castro integrante de Verde 70, Sebastián García. Vamos a tener nuevas y antiguas generaciones en este encuentro. Esto ocurre este sábado 12 de diciembre, a partir de las 20h00, on line: Concierto por los 45 años Grupo Pueblo Nuevo https://web.facebook.com/grupopueblonuevo1975.
Pueblo Nuevo, se renueva, renace en cada época, trasciende el tiempo con sus crónicas cantadas. Cantores que no callan, porque la vida misma es todo un canto.