En un foro electoral convocado por la empresa Cedatos se dio a conocer que 8 de cada 10 ecuatorianos se muestra “pesimista”, y dice sentirse “preocupado, incierto y triste” ante la actual realidad nacional con miras a proyecciones futuras. El estudio de la investigadora de opinión revela los principales problemas que identifica la población: carestía de la vida, pobreza y desempleo. Un 17% señala al mal control de la corrupción y manejo del covid. Sobre la situación futura del país, un 95% dice que seguirá “igual o peor”. Respecto de la aprobación al presidente Lenin Moreno, un 7,1% aprueba su gestión y un 87% desaprueba.
Los panelistas invitados al foro, Simón Pachano, Ramiro Rivera y Patricio Donoso, coincidieron en que estamos ante “un escenario extremadamente peligroso, compatible con una posición de suicidio electoral”. Un escenario de crisis, pesimismo, falta de credibilidad y desencanto. Los datos dan cuenta de la “demolición de credibilidad de todas las instituciones”. El pesimismo es mucho más alto que en estos 40 años y estamos en una sociedad dispuesta “a pegarse un tiro en la nuca, a apostar al populismo autoritario”. El pesimismo y desconfianza en el futuro se agrava con la comparación que se hace entre el presente y el pasado. La gente puede apoyar a quienes ofrezcan “soluciones mágicas” frente a los problemas actuales. El pesimismo, además, alimenta posiciones extremistas, concluyeron los participantes.
De cara a los comicios de febrero el foro analizó cifras que difieren con el resto de encuestadoras. Como tendencia se mostraron los siguientes resultados a una encuesta realizada en los últimos 15 días. Ante la pregunta “¿Quién le gustaría que ganara las elecciones?, la población respondió: Lasso 22%; Arauz 19%; Pérez 10%. Los demás candidatos no llegan al 6%. Nulo 15%; Blanco 10%; No sabe 21%. Solo un 33% muestra interés en la elección y ha decidido por quien votar. Los analistas, desde una tendencia de centro derecha, mostraron su preocupación por esta realidad que revela «desinterés y pesimismo de los ecuatorianos” de cara a las elecciones. Y contrastaron encuestas de otras empresas que señalan que “todos los candidatos tienen una baja intención de voto frente a una dispersión muy grande». Los que pasen a la segunda vuelta lo harán con un 20%. Esa cifra daría poca legitimidad al eventual ganador de las elecciones. Hay una gran polarización entre candidatos que creen en una mayor intervención del Estado y quienes creen en mayor intervención del libre mercado. El centro político está vacío y no hay candidaturas que atraigan a la población en ese sector.
Los ecuatorianos comparan el pasado con el presente de cara al futuro que es impredecible. En esa comparación “si es que la gente se olvida quien es responsable de la crisis, gana Arauz. Si pensara en mejores días, probablemente ganaría Lasso”, es la conclusión a la que arribaron los invitados de Cedatos, con la intuición no consentida de que nuestro tiempo pasado inmediato fue mejor.
En su libro Tiempo, Abdón Ubidia hablándonos del pretérito y del porvenir se pregunta: cuánto dura el pasado, cuánto dura el futuro, cuánto duran los deseos. Y sugiere que la interrogante, cuánto dura el presente, es la pregunta venenosa que arruinará nuestros momentos felices. El tiempo es la gran incognita de los humanos.
Fotografía Voces