Todo lo que Trump toca se convierte en oro. No por sus virtudes de rey Midas, si no por su desmedida ambición y vocación de comerciante contumaz. Sus denuncias de supuesto fraude se convierten en otra fuente de ingresos, recaudando 170 millones de dólares que le servirán para sus actividades pospresidenciales.
No obstante que el fiscal general de los Estados Unidos, William Barr dio un tiro de gracia a las pretensiones de Trump al declarar oficialmente que no existe rasgos alguno de fraude, “ni pruebas de ningún caso de irregularidad de suficiente entidad para revertir la victoria del demócrata Joe Biden”, el mandatario saliente insiste en su postura de no reconocer la derrota.
Barr declaró a la Associated Press que “hasta la fecha, no hemos visto fraude a una escala que hubiese podido afectar y dar lugar a un resultado diferente en la elección”. Según la versión de Trump en un principio se pensó que podría haber existido un “fraude sistémico” y que algunas máquinas estaban programadas para alterar los resultados electorales. El Departamento de Seguridad y el Departamento de Justicia descartaron dicha posibilidad. Trump usó el argumento del fraude durante la campaña hasta un extremo ridículo. Los abogados de Trump llegaron a decir que había servidores alemanes con información de votantes estadounidenses y un software creado en Venezuela “bajo la dirección de Hugo Chávez”, muerto en 2013.
La patraña del fraude se desmorona, pero se ha convertido en un lucrativo negocio para Trump y su equipo que mediante la recaudación de dinero de donaciones han asegurado su futuro político para las elecciones del 2024. La empresa electoral montada por Trump ha recaudado 170 millones de dólares desde el 3 de noviembre, gracias a donaciones para financiar la infructuosa batalla legal pero que ha significado que engrosen sus arcas para actividades políticas y personales. Se sabe que Trump apenas cumple con agenda presidencial durante estos días volcando sus energías en hacer acusaciones de fraude infundadas y recaudar dinero.
Según la prensa norteamericana, datos de The Washington Post y The New York Times, Trump recaudó 170 millones de dólares desglosados en 81 millones en noviembre y el Comité Make America Great Again reunió 125 millones en todo el segundo trimestre. Un comunicado firmado por Mike Pence, el vicepresidente dice: “Nuestra democracia y nuestra libertad están más en riesgo que nunca, por eso me pongo en contacto contigo con una petición urgente”. En este tiempo se han multiplicado los correos electrónicos pidiendo ayuda para el llamado Fondo para la Defensa de la Elección. Un 75% del dinero se destina a un nuevo Comité de Acción Política para apoyar a candidatos, llamado “Salvar America” que se creó en noviembre y que tiene como fin “sufragar sus actividades políticas después de dejar la Casa Blanca”, según los citados medios. El 25% restante se destina para el Comité Nacional Republicano, lo que implica que el dinero será invertido para financiar sus próximos pasos políticos.
Ya no solo time is money, sino que ahora fraud is money.