Según sondeos a boca de urna -que tardaron inexplicablemente en ser difundidos-, el candidato progresista Luis Arce, del MAS, sacó una considerable ventaja a su oponente de la coalición centroderechista, Carlos Mesa. Los candidatos de la fórmula ganadora -integrada por el ex ministro de Economía, L. Arce, y el ex Canciller del régimen masista, D. Choquehuanca-, se impusieron al menos con un 52% contra el 31% que obtuvo Mesa, confirmando la amplia preferencia mostrada en las encuestas previas a los comicios de ayer domingo en Bolivia. El conteo rápido fue publicado por la televisora Unitel varias horas después de concluida la votación, lo que dio lugar a la incertidumbre ciudadana. La noticia de alcance mundial circuló pasada la media noche de este domingo y provocó desazón en círculos del oficialismo que contrasta con el clima de tranquilidad en el que se desarrolló la elección.
Con el triunfo del movimiento de Evo Morales, Bolivia ha recuperado la democracia alterada por el golpe de Estado que depuso al ex mandatario boliviano, con la irrupción ilegal en el poder de Jeanine Añez, en un oscuro guión concebido en los círculos políticos estadounidenses. El escenario puesto en marcha en octubre pasado había sido denunciado por el sitio web Behind The Back Door que alertó sobre el golpe de Estado en gestación y confirmado por la publicación británica The Morning Star, que advirtió sobre los planes militares para sabotear las elecciones e impedir el regreso al poder del candidato progresista.
Nuestro corresponsal internacional, el analista boliviano Alfonso Gumucio, había anticipado el actual escenario en los siguientes términos: «hasta el más obtuso sabe que un voto por Luis Fernando Camacho podría hacer que el MAS gane en la primera vuelta en las elecciones del domingo 18 de octubre. Y la propuesta engañosa del «voto cruzado» solo le quitaría fuerza a Carlos Mesa en una Asamblea Plurinacional dominada por el MAS”.
Luego de conocido el resultado del sondeo a boca de urna, la presidenta de Bolivia, Jeanine Áñez, escribió en su cuenta de Twitter: «Aun no tenemos cómputo oficial, pero por los datos con los que contamos, el Sr. Arce y el Sr. Choquehuanca han ganado la elección. Felicito a los ganadores y les pido gobernar pensando en Bolivia y en la democracia».
No obstante, el triunfo electoral del progresismo boliviano que recién comienza, no excluye la posibilidad de ser defendido por la movilización popular que ponga camisa de fuerza a los intentos golpistas y a un no descartado fraude electoral mentalizado desde círculos políticos vinculados a la embajada norteamericana.
Tanto Bolivia como Argentina marcan la pauta de la actual tendencia latinoamericana de un retorno a gobiernos de corte social, luego del estrepitoso fracaso del modelo neoliberal impuesto por la derecha política continental. La incógnita boliviana sigue pendiente hasta la proclamación oficial de los resultados electorales del día de ayer: ¿se arriesgará la derecha a poner en marcha alguna maniobra golpista o fraudulenta, para instaurar una dictadura con apoyo norteamericano como en décadas anteriores?
El pueblo boliviano tiene la respuesta en las calles.